NAVIFUN: PLANES CON NIÑOS EN NAVIDAD

Vuelven, un año más, las mañanas más divertidas de la Navidad.


Un espacio para toda la familia donde disfrutar de actividades lúdicas en 6 salas de cine.





Lugar: Cine Kinépolis Heron Diversia

Fechas: 26, 27 Y 28 de diciembre, y 2, 3 y 4 de enero en horario de 10.30 a 14.30 horas.

Precio: Entrada individual 10 EUROS y entrada familiar (4 personas) 32 euros.Y Con nosotros... 

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Los peques ya estamos de vacas y queremos ir a NAVIFUN!!

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Nos vemos en Diversia!!



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HABLA CHUCHO QUE NO TE ESCUCHO

Siempre me ha resultado muy curioso que la mayor parte de la gente prefiera ver a escuchar. Me explico: si a la población sana que tiene la suerte de conservar sus dos sentidos, vista y oído, se le pregunta que si tuviera que perder completamente uno de los dos y pudiese elegir cuál, qué preferiría, contesta (mayoritariamente) que opta por conservar la vista.

No es raro imaginar porqué la expresión una imagen vale más que mil palabras cobra tanta importancia. Sin embargo, a mí me llama poderosamente la atención y lo es por una razón: el aislamiento. Si observamos a nuestros mayores, que van perdiendo oído con los años, también podremos constatar cómo este hecho les conduce a un cierto aislamiento. No pueden seguir la conversación, por ejemplo, en una comida. De hecho, los educadores de niños que padecen de sordera estarán de acuerdo en las complicaciones que supone romper las barreras del aislamiento.

Pero preferimos ver. Nos cuesta abandonar la sola idea de dejar de contemplar lo que pueda estar ante nuestros ojos; a pesar de que el cerebro engañe a la vista, a pesar de las limitaciones espaciales que tienen nuestros ojos.

No se trata sólo de que las palabras las lleve el viento. Es algo mucho más profundo. Tiene que ver con la sordera humana en toda su dimensión. La sordera que todos y cada uno de nosotros manifestamos continuamente. Me estoy refiriendo a la incapacidad para escuchar y, aún más, la enorme capacidad que tenemos las personas para hacer oídos sordos.

Hace poco supe de esa famosa historia tibetana que explica porqué la gente se grita cuando está enojada. Si tienes al otro al lado, no parece tener sentido que haya que gritarle. La respuesta es que dos personas enojadas tienen los corazones alejados, por lo que tendrán que gritarse fuerte, para escucharse y salvar esa gran distancia.

En cuestiones de sordera mental aún podemos ser más discapacitados porque, sin duda, el engaño más fácil es el autoengaño. Por lo que da igual cuánto traten de explicarte algo intentando que lo reflexiones. Mientras quieras creerte tu verdad, nadie podrá clarificarte nada.




Pensé que había dos cosas que debía empezar a hacer de forma constante. La primera, no callarme. Dejar de permitir que la gente hiciera de mi capa un sayo. Decir lo que siento. No morderme más la lengua. Si te quiero, te lo digo. Si necesito algo, te lo pido. Si pretendo que vengas, te llamo. Sin embargo, el error de base de mis argumentos está en que yo puedo hablar, pero el otro puede no escuchar. La segunda cuestión era No dejar nada a medias cuando deba llegarse hasta el final. Volvemos al mismo error exacto. El de al lado puede no secundar el plan.

Así es cómo sigo teniendo la sensación de gritar y que nadie, aparte del eco, me devuelva nada de viva voz.

Esta misma semana un amigo me dijo: “Cada, si además de ser buena e intentar hacer las cosas bien te sientes mal, eso tiene otro nombre”. Efectivamente, eso se llama (y que los lectores me perdonen) ser un completo gilipollas.

Cómo ya estoy más que harta de intentarlo, he tenido que analizar dónde estaba el fallo. Y no es otro que no haber pensado primero en mí. Aunque suene egoísta, parece lógico recapacitar que si, de todo lo que queremos dar, no nos reservamos un pedazo, es imposible que toquemos a nada.

Mi jardín tiene una valla y yo sólo puedo cortar el césped hasta el límite de la misma. El otro lado es de mi vecino. Cuando sus hierbas están tan altas que ya no se ve su casa, trato de decírselo, pero él no escucha. Qué más da, si esa es su parcela.

Pero al mismo tiempo, que el vecino no se extrañe si, algún día las medidas que yo tome tengan que ser otras, porque su hierba empiece a invadir mi terreno.

Porque, quizá, una imagen sí vale más que mil palabras; pero un hecho es un derecho.

Porque no hay peor sordo que el que no quiere escuchar…

CADA.



Dedicado a N, porque este próximo 2015 te prometo que sí habrá vacaciones, verás lucir mi sonrisa y terminará con una amplia satisfacción. Porque no voy a permitir que nada se me vuelva a escapar entre las manos. Porque seré más “despiadada” en lo que deba y más justa contigo y conmigo misma. Porque no me van a preocupar los sordos más que nuestras propias circunstancias. Porque te lo debo

NUEVAS OPORTUNIDADES

Estamos casi de pleno en las festividades propias del mes de diciembre, con la celebración de la Navidad, el Año Nuevo y demás y durante estas semanas el mundo parece sumirse un poco en el caos de la organización de los grandes eventos familiares.

Un caos al que no hemos sido ajenos ni CADA ni yo y por ello os pedimos disculpas, por no haber tenido la oportunidad de compartir con vosotros la entrada de cada jueves. Esta vez la publicamos en domingo, qué se le va a hacer.

Y ya que hablamos de oportunidades, me gustaría que empezáramos a pensar en este año que va llegando a su fin. Es cierto que cuando uno mira para atrás, en muchas ocasiones no encuentra lo que le gustaría y parece que los proyectos del ya lejano año nuevo se han quedado , una vez más, en agua de borrajas. Pero yo soy de los que pienso que en realidad la vida es más sabia que nuestros proyectos humanos. Hay muchas oportunidades en los sueños incumplidos o por mejor decirlo, hay sueños incumplidos que en realidad son la piedra angular de la materialización de nuestros sueños, porque muchas veces, sabemos lo que queremos pero no tenemos que despreciar el modo concreto en que se suceden los acontecimientos para llegar a alcanzar nuestros objetivos.

En las últimas semanas, curiosamente, estoy recibiendo muchas noticias de personas cercanas que ven cómo, poco a poco, sus sueños se convierten en realidad aunque las circunstancias concretas distan mucho de ser las que hubieran imaginado. Yo mismo estoy viviendo una especie de catarsis profesional, que por vericuetos nunca pensados, me están llevando mucho más cerca de lo que quiero de lo que hubiera pensado en un principio. Y esto es lo que quiero compartir con todos vosotros en esta lluviosa tarde casi invernal.

El otro día estaba charlando con una persona a este respecto y le comenté que, efectivamente, hay dos formas de enfrentarse con los imprevistos. Una es la mirada miope del que se queja porque las cosas no son como le gustaría. La otra opción, más interesante y desde mi punto de vista hasta más inteligente, es que realmente las cosas que nos suceden se van alineando y tenemos que ir un poco más allá de las circunstancias actuales para ver qué oportunidades nos ofrece esa situación en principio indeseada.

La magia, dicen, es el resultado del agradecimiento y el agradecimiento por las circunstancias no deseadas es la mejor manera de llegar a donde queremos. Cualquier cosa en la vida, cualquiera, es una oportunidad para crecer, para desarrollarnos, para limar esa habilidad que no sabemos cuándo vamos a necesitar. Si pasamos por alto estas oportunidades de crecimiento, encabezándonos en que el camino debe ser el que esperaba, nunca disfrutaremos de paseos quizá ingratos, pero que en ocasiones suponen verdaderos atajos hacia nuestros sueños.

El consejo de hoy es bastante sencillo y sin embargo, por mi propia experiencia y la de otras personas que conozco, muy complicado de llevar a cabo: vive cada situación como un nuevo escalón hacia tu bien más preciado, aunque aparentemente suponga un paso hacia atrás.

Aunque pueda sonar a conformismo, me he dado cuenta, a tenor de las últimas vivencias que he tenido, que en la vida no hay pasos hacia atrás, o al menos no los hay si aprovechamos todo lo que la vida nos ofrezca, si bien en principio esa circunstancia concreta carece de sentido para nosotros.

Imagen de tekuidamos.com

Es por ello que he llegado a la conclusión de que efectivamente, no podemos tener la percepción de la realidad si nos centramos sólo en nuestros deseos. Cuando abandonamos o nos desapegamos del deseo, empezamos a ver, con mayor claridad, que las circunstancias son una oportunidad en la medida en que nosotros pensamos que lo son.

Uno puede pensar que cocinar es un tostón, pero también puede ser una oportunidad para enseñar a otros cómo llevar una vida más saludable, con el ejemplo y la formación adecuadas. A esto me refiero cuando digo que la felicidad es una cuestión de decisiones, como ya anuncié en una de las entradas clásicas del blog. Sólo tú puedes decidir la actitud con la que te enfrentas a todas las acciones que realizas, sólo tú puedes encontrar la gratitud y la magia escondida entre los fogones, o entre el aparente trabajo rutinario o entre las mismas discusiones de siempre.

Atrevámonos, ahora que empieza la navidad, a crear en nosotros algo nuevo. Atrevámonos a dejar crecer la semilla de la creatividad en cada momento de nuestras vidas. Atrevámonos, de una vez por todas y para siempre, a Ser lo mejor que podemos Ser en cada circunstancia, sin importar lo que esa circunstancia nos demande.

Hay algunas personas, me he encontrado con algunas estos días, que esperan a que la vida cambie para empezar a dar lo mejor de sí. También me he encontrado con algunas que sólo esperan a dar lo mejor de sí mismas para hacer que las circunstancias se conviertan en la gran oportunidad que estaban esperando, también, afortunadamente, he tenido ese ejemplo en la persona menos esperada del mundo.

Los ángeles a veces, tienen formas muy extrañas de manifestarse, en apariencia no son cándidos, ni bondadosos y desde luego no tienen nada de angelicales, pero aparecen en tu vida para traerte el milagro de un aldabonazo. El milagro de hacerte ver lo que necesitas ver en cada momento exacto, el milagro de acompañarte por un momento en tu vida y desaparecer, habiendo sembrado en el alma el germen exacto, ni un minuto antes ni un minuto después.

Los ángeles aparecen, en formas a veces muy extrañas, para llenar el mundo de luz en los momentos en los que parece que la oscuridad es más impenetrable que nunca. No busquemos alas ni miradas candorosas, porque quizá no es lo que necesitamos ahora, sino un taco bien dicho a tiempo para hacernos espabilar. Encontremos en cada circunstancia el toque mágico que nos puede hacer superarnos en cada instante y desde la confianza de que el mundo está dispuesto para nuestro mayor bien, comenzar a ser las mejores personas que podemos ser ahora, en este instante. No hay otro secreto.

Feliz y mágica semana para tod@s

Os quiero

EDU


P.D. Dedicado a R. un extraño ángel en el camino de la vida, pero un ángel al fin y al cabo. Con mi más sincera admiración, respeto y agradecimiento.

UNA GUÍA PARA HACER MILAGROS

Hay muchas cosas que no entendemos, eso está claro. Pero hay más cosas que podríamos entender y que por lo que sea no queremos ver, porque no hay más ciego que el que no quiere ver. Esta es la realidad de muchas personas que están más atentas a su propio “ego” que al desarrollo de relaciones que realmente les haga felices.

Últimamente me estoy encontrando con muchas personas que están más preocupadas por defender sus propias posturas que por encontrar la vía para llegar más cerca de los demás y en ese contexto, me encontré con un viejo cuento zen que en resumen viene a decir, que dos personas que discuten tienen que gritar mucho, aunque estén cerca, porque sus corazones están tan lejos que no se escuchan ni se entienden.

Es triste observar cómo cada día parece que el mundo se resquebraja por más sitios porque cada cual pensamos más en nuestras diferencias que en nuestras similitudes, porque nos cuesta hacer ese pequeño esfuerzo de dejar de observar quién tiene razón y empezar a mirar cómo puedo tener una convivencia más sana, productiva y feliz a tu lado. La cuestión principal no es cómo puedo defender mis posturas de una manera que te convenza, sino como puedo interferir en los procesos que tengo contigo para construir un mundo en el que a ambos nos guste vivir.

La felicidad se nos escurre como agua entre los dedos por cuestiones nimias y en ocasiones hasta absurdas, porque estamos más centrados en tapar nuestros oídos que en abrir nuestros sentidos a realidades que nos pueden hacer crecer. Yo el primero, no os vayáis a creer.

Una de estas realidades es el estudio de los procesos que tienen lugar en nuestra vida. En muchas ocasiones nos quejamos de cómo es la vida, en vez de atender a esas causas que estamos instaurando una y otra vez en nuestros programas. Dicho de otra manera, de aquellos lodos vienen estos barros y seguimos sepultándonos a nosotros mismos en montañas de inmundicia, a la espera de que un Rey Salvador venga a rescatarnos de asuntos que son enteramente de nuestra exclusiva responsabilidad.

Quizá es tiempo de recordar que no hay más salvador en nuestra vida que nosotros mismos, no hay más ayuda que la que nos podemos ofrecer. La cultura “nueva era” nos indica que nuestros pensamientos son más importantes de lo que pensamos, pero sobre todo, lo que es importante es nuestro mundo emocional, cómo esos pensamientos nos hacen sentir y ser.

¿Qué sientes sobre ti mismo? ¿Qué hay en realidad dentro de ti al pensar sobre esos temas que te preocupan? Y sobre todo, ¿cómo influye en tu percepción esa respuesta emocional? Ayer hablaba con una persona con la que colaboro profesionalmente y me decía: “no quiero preocuparme”. Esa es la actitud, enfocar nuestra vida hacia las soluciones que podemos tener y no conformarnos con lo que tenemos, pues al fin y al cabo, eso no sería más que otra forma barata de conformismo.

Imagen de abeyno.wordpress.com

Muchas veces, cuando tenemos un problema, coartamos nuestra propia creatividad al pensar en cuál de las opciones disponibles es menos incómoda. Pero, ¿nos hemos parado a pensar qué es lo que queremos realmente? Siéntate a solas contigo mismo, comienza a escribir cuáles son tus objetivos en la vida, ya sean profesionales, personales, sentimentales...Permítete a ti mismo, a ti misma, soñar despierto o despierta.
¿Qué circunstancias serían más favorables para alcanzar los objetivos que me he planteado? ¿Qué puedo hacer para que esas circunstancias se materialicen en mi vida? Estas son las preguntas más acertadas y por supuesto en este orden. No sirve de nada fijarme en mis circunstancias si no me aportan nada de lo que quiero conseguir y desde luego no puedo construir nada que realmente me merezca la pena si antes no me he parado a plantearme qué es lo que quiero realmente.

Es posible que mi sueño real sea construir una granja biológica y autogestionada y eso no tiene nada que ver con que me hayan despedido de la sucursal bancaria donde trabajaba. No se trata pues de empezar a enviar currículos a todas las entidades financieras que conozco, sino utilizar mis habilidades financieras para construir un proyecto sostenible, quizá en otra ciudad, quizá en otro país, pero desde luego más cercano a mis sueños y proyectos personales.

Cuando empezamos a actuar así, comenzamos a ser conscientes de que todas las habilidades adquiridas a lo largo de mi vida, desde aquel curso insignificante sobre macramé, que no sé por qué hice, hasta el MBA de la escuela de negocios más importante, se unifican para dar vida a lo que realmente forma parte de mi proyecto vital.

Tenemos que dejar de ser miopes, podemos construir la realidad que más se ajuste a nuestras necesidades, sólo es necesario saber cuáles son esas necesidades realmente. Por el camino, estoy seguro, aparecerán las personas, las ayudas y los contactos necesarios para llegar allí donde mis habilidades no lleguen, porque todos estamos conectados de tal forma que lo que tú puedes ofrecer es justo lo que necesita el de más allá para poder cumplir sus sueños.

Es por esta conexión inextricable entre todo lo que existe que debemos soñar a lo grande. Hay un famoso anuncio de loterías que dice que no tenemos sueños baratos. Demostrémoslo, atrevámonos a soñar que el mundo se ajusta perfectamente a nuestras realidades. Comencemos a cambiar los “peros” por los “y si”: “...pero es que no tengo dinero” por “y si tuviera 10 millones qué haría”, “....pero no tengo pareja” por “y si apareciera mi alma gemela cómo me comportaría con ella”...Y así, constantemente.

Es probable que vivamos en un mundo dominado por fuerzas oscuras que no conocemos, que los poderes económicos decidan más que los gobiernos elegidos democráticamente, es probable que eso que llamamos crisis no sea más que un invento para tenernos amordazados y sufrientes. Es posible, pero también es posible que no puedan quitarnos nuestra capacidad de soñar y desde luego, nuestra capacidad para convertir los sueños en realidades. Es posible. Podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, siempre que esté en sintonía con nuestro proyecto vital, con nuestras habilidades profundas, con nuestro ser más verdadero. Entonces surge la luz. Surge la magia. Surge el milagro. Apostemos de una vez y para siempre por ello.

Feliz y milagrosa quincena para tod@s

Os quiero


EDU

LA PACIENCIA ES LA MADRE DE LA CIENCIA

Quién necesita vengarse?

Quién te odia lo suficiente como para estar tan resentido?

Querido lector, la respuesta es bien simple: Quien aún te ama; quien te amó profundamente.

En mi experiencia vital, los sentimientos que he desarrollado hacia otras personas, con las que haya podido compartir una relación de, más o menos, pareja, se pueden catalogar en tres categorías:

  1. A quien quise y echo de menos
  2. A quien quise y me da una pereza tremenda saber nada de su existencia
  3. A quien no quise

Y es según estas categorías cómo Whatsapp se pone a funcionar. De esta forma, si por sorpresa te escribe alguien que pertenece a la primera categoría, te sonríes y le contestas. Si es alguien de la segunda, te preguntas qué querrá ahora y si forma parte de La tercera, te cuestionas a ti mismo por qué no le habrás bloqueado.

Sin embargo, la verdadera dificultad reside en la primera categoría. Esa es la que cuesta mantener con la suficiente objetividad. Traspasar la estrecha línea que mantiene haber querido por una parte y querer por otra puede volverse una locura que lleve a cualquiera al lado oscuro. De esta forma, el que escribe no lo hará para saber lo bien que estás. Lo que le interesa es que le cuentes lo mal que te va todo, como no podría ser de otra forma, porque bien, lo que se dice bien, sólo junto a su persona; y lejos de ella  la vida es inútil.

Obviamente trato de ser irónica.

Así pues, la persona que quisiste y sigues queriendo, esa a la que habrías deseado la mayor de las felicidades en otro tiempo, empieza a convertirse en una mosca cojonera que desearías se perdiera en el centro del desierto. Tú no odias. Pero la otra parte sí. Llena de rencor por el mero hecho de verte viva.

En el segundo y tercer puesto está quien si te quiere, pero tú no correspondes. Es por ello que no te apetece contestar a sus mensajes, ni saber de su vida, ni necesitas que te escriba. Pero lo hace, porque aunque para ti es categoría 2 ó 3, para la otra parte es categoría 1.

Total, otro desastre!!


(Imagen de: www.territorioempresas.com)


De esta forma es como se prueba, una vez más, la sabiduría de una frase célebre. La paciencia es la madre de la ciencia, porque la verdadera y auténtica paciencia exige una verdadera y auténtica paz interior; lo cual, sin lugar a dudas, es una de las cuestiones más complicadas que existen.

Precisamente hoy me he encontrado a un amigo en la calle que me ha recordado que no estamos tan mal. Y que da igual el camino que estemos recorriendo en este momento siempre y cuando hagamos las cosas sonriendo y con paciencia.

Una vez más, no son los actos que nos vemos abocados a abordar; no son los quehaceres en los que estamos inmersos… Una vez más, la pasión tiene las riendas…


CADA.

ALEGRÍA DE AMAR, ALEGRÍA DE VIVIR

Hablaba el otro día con un amigo que ha escrito un libro sobre la capacidad de amar y la alegría de vivir y realmente, no se me ocurría mejor forma de recuperar el “estilo libre” del blog, tras la serie sobre los pecados capitales, que hablar sobre estos temas.

Dice mi amigo que el amor es una alegría. Así, de entrada. La afirmación no deja de sorprendernos, porque quien más o quien menos, hemos tenido más bien la experiencia contraria, es decir, que el amor nos da más penas que alegrías.

¿Será que nos equivocamos al elegir a nuestra pareja de camino o será que eso del amor es un absurdo que no tiene cabida en nuestra vida? Al fin y al cabo, el amor se acaba siempre, ¿no? La contestación me dejó un poco boquiabierto, la verdad y es que según mi amigo, psicólogo él también, resulta que el amor no depende de la persona que tenemos al lado, sino de nuestra propia capacidad para entregarnos a los demás.

Así dicho, más bien parece un acto masoquista y puede servir como argumento para multitud de situaciones psicológicas que hemos denunciado en muchas entradas de este blog. Pero parémonos por un momento a considerar las implicaciones más profundas de esa aseveración. El amor es la propia capacidad para entregarnos a los demás...Así pues, por un lado, que las cosas vayan bien o mal en mi relación con el amor es una cuestión propia y no del otro, de forma que tengo que empezar a mirar más para dentro y menos hacia fuera. Por otro lado, eso que llamamos amor tiene poco que ver con el amor de verdad, puesto que es una cuestión mía y no de las personas que me acompañan. Y he de reconocer que esto encaja mucho más con mis ideas y mis experiencias.

Para dar algo, obviamente primero tenemos que tenerlo, así que la alegría está en entregar aquello que tenemos, sea lo que sea. Es curioso como muchas de las parejas que vienen a consultarme a terapia, adolecen precisamente de este defecto, no quieren dar. Porque consideran que es indigno, o que no es el momento o que no va a ser recibido por la otra persona. Cuando tenemos miedo de dar, empiezan a surgir las dudas, porque entonces la relación no tiene nada de alegre, sino que se convierte en un absurdo juego de justificaciones para convencer al otro de que el mundo es exactamente como yo lo veo, pero en realidad hay tantos mundos como personas habitamos en él, así que es una energía malgastada inútilmente.

En definitiva, el amor no tiene nada que ver con parejas, con romanticismos ni con historias de tú antes que yo. Porque si no me preocupo de lo que doy entonces estoy cargándome el amor desde los mismos cimientos. Y si tengo miedo de dar, igualmente tendré miedo de recibir y por tanto, no sólo me estoy privando de mi propia capacidad de amar sino que también estoy privando al otro, sea quien sea y juegue el estatus que juegue en mi vida, de desarrollar su propia capacidad.

Aunque ya lo hemos repetido por activa y pasiva (incluso creo que alguna vez por perifrástica), no está de más recordar que a este mundo no hemos venido a sufrir, sino a desarrollar una misión que es propia de cada uno de nosotros. Todo lo demás, son cuentos. Y precisamente ahí radica la importancia del asunto, cuando realmente soy yo, no importa lo que haga ni con quién esté, todo se vuelve una ocasión para desarrollarme, para ser más libre y por lo tanto, para ser más feliz.

Imagen de planosinfin.com

Ya dije hace tiempo que la alegría o la felicidad, es una cuestión de pura decisión y es absolutamente independiente de las circunstancias que me rodean, incluídas las personas con las que me gusta estar o las que no. Si el amor es cuestión de alegría, también es cuestión de decisiones.

Desde hace bastante tiempo he llegado a la conclusión de que la única realidad válida, puesto que no podemos fiarnos de la que percibimos por los sentidos, es la realidad emocional, es decir, cómo me siento en determinada situación más que cómo esa misma situación me hace sentir. Así que el amor también es una decisión de manifestar en el mundo lo que realmente he venido a hacer aquí.

Y cuando hago lo que debo, más allá de los condicionantes, de las expectativas, de las obligaciones externas...la felicidad es el resultado lógico.

Amarse, pues, está bastante alejado de ese sentimiento de posesión hacia una persona determinada. También está muy lejos de ser un “pamplinas” que anda por el mundo siendo sumiso y condescendiente con todo el mundo, para nada.

Amar es un verbo activo, que implica una apuesta valiente y decidida por mi propia libertad. No podemos esperar amar a nadie si antes no hemos descubierto quienes somos, qué hemos venido a hacer, cuáles son las claves que me impiden desarrollarme, qué aspectos de mi vida sobran y por dónde se me va la energía que podría estar dedicando a construirme en vez de destruirme.

La verdadera alegría es la alegría de ser. Durante los últimos meses hemos estado viendo distintas manifestaciones de este problema. Cuando dejo de ser, comienzo a poner la misma máscara una y otra vez, para no tener que enfrentarme a la única decisión que importa: ¿estoy dispuesto a ser yo mismo?

Ser yo mismo no es sinónimo de evitar el dolor a toda costa, el dolor es inherente a la experiencia humana. Precisamente nos hace conscientes de que también tenemos la necesidad imperante de pertenecer, de dar el paso más allá de nuestro ego. Pero es que resulta que la experiencia humana es pertenencia individualizada. Somos individuos inmersos en realidades que nos sobrepasan y por eso mismo, nuestro entendimiento y comprensión de la vida es absolutamente parcial. Cuanto antes reconozcamos esta verdad, antes estaremos listos para tender la mano a esos que con fastidio personal, nos recuerdan que ni somos súperhombres ni llegaremos a serlo nunca.

La alegría de amar, por tanto, es la alegría de manifestarse en toda la plenitud de nuestras capacidades, que son muchas. Y la más importante de todas es la conciencia para reconocer que cuando no basta con mis propios recursos, siempre habrá alguien que aportará aquello de lo que yo carezco en ese momento, para ayudarme a seguir creciendo.

Amor, libertad, crecimiento y alegría van juntos. Aunque a veces dolerá, a veces molestará, a veces supondrá decir adiós, pero siempre, siempre, merecerá la pena.

Que paséis una quincena llena de amor y alegría

Os quiero


EDU

IMPLANTACIÓN LOMCE; UN PASO HACIA LA CULTURA DEL EMPRENDIMIENTO

CURSO: IMPLANTACIÓN LOMCE. UN PASO HACIA LA CULTURA DEL EMPRENDIMIENTO


MODALIDAD
MIXTA. 6 horas presenciales + 18 horas en teleformación

ORGANIZACIÓN
MADRID ESPACIAL
                LOCALIZACIÓN SESIONES PRESENCIALES:
                Formación en la Nube
                C/Chile, 18. Lc Posterior
                28016 Madrid

MADRID TEMPORAL
                TELEFORMACIÓN: Del 19/11/14 al 01/12/14
                PRESENCIAL: Días 19/11/14 y 20/11/14 de 17:00 a 20:00





CONTENIDOS
Unidad 1: EL MAPA DE LA LOMCE
                Qué es diferente con la nueva Ley
                Las nuevas asignaturas


Unidad 2: COMPETENCIAS CURRICULARES
Relación directa entre competencias curriculares y asignaturas de economía y emprendimiento


Unidad 3: RELACIÓN DIRECTA: ESCUELA – EMPRESA
                Asignaturas de economía y emprendimiento en ESO y Bachillerato
                Enseñanza de contenidos en:
                               Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial (3 y 4 ESO)
                               Economía (4 ESO)
                               Economía de la Empresa (2 Bachillerato)

METODOLOGÍA

Los participantes podrán seguir las unidades 1 y 2 a través de la plataforma OnLine de Formación en la Nube, donde se desarrollarán contenidos y actividades.

La unidad 3 se presentará de manera presencial haciendo hincapié contenidos con carácter financiero y emprendedor. Dos formadores expertos en formación docente y del mundo empresarial liderarán las materias. El carácter será participativo, buscando la utilidad y la aplicación directa de los participantes en sus asignaturas escolares.

COSTE DE LA FORMACIÓN: 210€/pax

INFORMACIÓN:
FORMACIÓN EN LA NUBE: 914169137

LOS YOGURES CADUCAN MUY PRONTO

¿Recordáis cuando, hace unos años, los huevos no tenían marcada la fecha de caducidad?

De pronto a alguien se le ocurrió decir que no era porque no caducasen; simplemente desconocíamos su durabilidad. Y así fue como empezaron a aparecer fechas impresas en cada huevo…

Pero yo, sigo sin fijarme en ese vencimiento y hago lo que he hecho siempre. Comprobar la viabilidad del producto.

Me gusta pensar, como a muchos, que la fecha de caducidad sólo es orientativa y que todo, en realidad, puede consumirse más tarde y prolongarse más en el tiempo.

Yo, aplico a la comida la misma ley que a todo en mi vida, la ley interna que me dice “un poquito más”. Y es así cómo creo que puedes quedarte un poquito más conmigo, que puedo llegar un poquito más tarde, que tengo un poquito más de tiempo...

La pregunta del millón es cuánto dura “ese poquito más” y si “el poquito más”, en algún caso puede ser eterno o, todo, absolutamente todo en la vida, tiene una fecha de caducidad. Creo que esto es algo que he descubierto hace poco y que se conoce como Obsolescencia programada; o lo que es lo mismo, el fin de la vida útil de un producto, proyectada por su fabricante.

Así es como se decide que un yogur caduca. Así es cómo se desperdician cientos de ellos cada día en supermercados, neveras de hogares y restaurantes.

Ahora bien, el fin programado de la vida, ¿es extensivo a todo lo que conocemos? ¿Está nuestro final previsto, como el de cualquier alimento, y en ocasiones intentamos prolongarlo un poquito más¿Todo se termina? ¿Todo? La comida se estropea, las cosas se rompen, la gente enferma...




Si todo caduca, el presente es lo único que existe.

Hace semanas comencé una búsqueda intensiva sobre algo, lo que fuera, que no caducase, se transformase o desapareciera. Algo que no necesitase agarrarnos al poquito más. Y después de analizar y observar diferentes situaciones he llegado a una conclusión. Sí que hay algo en la vida que va a más y no a menos. Algo que crece y se intensifica. Y ese algo es el amor de madre.

No importa el tiempo que pase o las dificultades que se encuentren. El amor hacia los hijos no caduca nunca.

Me pregunto si será la excepción que confirma la regla o habrá más. Puede que exista el alma, y no caduque. Puede que exista el tesón, y sea inagotable. Puede que haya bondad infinita. O, quizá, dependa de lo que cada uno esté dispuesto a aguantar sobre sus hombros de por vida.

Por contrasentido, hay cosas que desearíamos que se extinguiesen a toda velocidad y, sin embrago, parecen no acabarse nunca.

Podríamos debatir durante horas acerca de si el amor caduca o no. Seguramente alguno sostenga que el amor hacia los hijos no caduca, pero otros tipos de amor sí lo hacen. Pero también hay un amor que nos consume y no desaparece. Ese que tiene que ver con alguien que nos está volviendo locos y no puede estar con nosotros.

No estoy tan segura de que el amor caduque, aunque sí de que puede enranciar. Eso es, exactamente, lo que le ocurre al queso. Se pone verde en la nevera, cambia su sabor y sigue siendo comestible. Aunque ya no es el mismo queso que se compró.

¿Cuándo hacemos desaparecer las cosas? ¿Cuando se estropean o cuando ya no se amoldan a nosotros?

¿Cuándo estamos dispuestos a mantenerlas a pesar de las circunstancias?

Las circunstancias cambian; igual que el queso; igual que las personas; igual que las decisiones. Y nunca sabemos cuánto dura un poquito más


CADA.

P.D. A esa lectora incondicional que inspiró esta entrada. Porque no sabes cuánto deseo que tú también encuentres algo que no caduque nunca


SEXO, DROGAS, ROCK&ROLL

Esta serie acerca de los pecados capitales y de la psicología de los eneatipos llega a su fin y como colofón final llega la lujuria. Ya sabemos que la lujuria es la pasión del exceso, por tanto el lujurioso no se define tanto por su exaltación sexual, que también, sino sobre todo por ser un hombre o una mujer de acción.

Como lujurioso, es más que probable que no seas un lector asiduo de este blog, incluso te parezca ñoño y sentimental. No eres demasiado amigo de las introspecciones y por tanto, que alguien venga a decirte que hay que mirar dentro, vivir el presente, retomar el contacto con tu cuerpo y recuperar el verdadero sentido del amor, es algo que no va contigo.

Va a ser difícil que te convenza de lo contrario, al fin y al cabo tienes una cierta inclinación antisocial y las reacciones de tu vida están marcadas por el provecho que puedes sacar de las situaciones. Eres una persona que lo quieres todo y lo quieres ahora, no te importa lo que tengas que hacer para conseguirlo porque al fin y al cabo, la vida que no está llena de sensaciones fuertes no es vida, es un aburrimiento.

Curiosamente, eres una persona que no le tienes miedo a nada, ni a la ira, ni a las situaciones, de hecho te expones al riesgo con una temeridad que está muy cercana al masoquismo, aun cuando tu carácter sea un poco más sádico. En un momento demostrarás una agresividad que puede incluso acabar en violencia y al momento siguiente estás haciendo el amor apasianodamente con esa persona a la que has estado a punto de agredir.

No todo es malo, el punto de rebeldía hacia la autoridad, como expresión de la rebeldía hacia un progenitor al que acusas de no haberte cuidado lo suficiente, te puede llevar a emprender grandes acciones revolucionarias, a ser el activista que se enfrenta a lo que haga falta y a enarbolar la bandera de la justicia y el cambio social.

Es una lástima que toda esa actividad a menudo se enfoque mal, puesto que tienes que ser el líder de la manada. Que nadie ose tocar a los “tuyos” pero que ninguno de los tuyos se atreva a discutirte el poder. La lealtad se transforma así en un poder a toda costa, en un manejo de los otros, sin importar las consecuencias.

Toda esta fachada de agresividad, acción, emprendimiento en el sentido más osado de la palabra, esconde un enorme vacío. No te voy a pedir que te asomes a ese abismo aunque es más que probable que ya te hayas asomado a muchos, físicamente hablando. Sólo párate a pensar por qué necesitas tanta adrenalina en tu cuerpo, por qué conducir a 200 km/h. ¿De dónde viene realmente ese ansia por buscar los límites de tu propio cuerpo y de todo lo que te rodea? ¿Acaso no palpita en el fondo del pecho un abismo interior que es mucho más difícil de llenar, que siempre te deja insatisfecho y exhausto?

Lo quieres todo y lo quieres ahora, si hay que mentir se miente y está claro que podrías venderle nieve a un esquimal si te lo propusieras. Incluso es lícita la estafa en esta vida que te ha tocado vivir para luchar. No puedes confiar en nadie, porque incluso aquellos que se suponía que tenían que cuidar de ti te han marcado con el dolor y la violencia. El mundo es una lucha que tienes que librar en absoluta soledad, porque no hay nadie que te pueda ayudar.

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Para vivir así has tenido que desarrollar una coraza muy dura, una coraza que te aísle de tus propios sentimientos y de los de tus semejantes. Todo tu cuerpo, ese desarrollo muscular impresionante a veces, la piel dura, férrea, la mirada intimidante, todo...No es más que el reflejo del niño que grita en tu interior pidiendo un poquito de reconocimiento.

Dicen los homeópatas que tomar “nux vomica” ayuda a encontrar un poco de paz a todo este descontento no manifestado, a entrar un poco en contacto con ese niño que grita, patalea y llora y al que nadie hace caso. Que hayan ejercido la violencia contigo no te da derecho a ejercerla sobre los demás, aunque sea de una manera más taimada, más oscura, más sutil. No tienes que ser mejor que tus padres, repito, no tienes que ser mejor que tus padres. Cada cual tiene su propio proceso y si quieres realmente superarles, habrás de encontrar la forma de encontrar ese amor que te negaron.

Probablemente creerás que todo esto no es más que bazofia, que tú no necesitas ningún tipo de ayuda. Pero hasta “Rambo” necesita un Coronel Truman que venga a rescatarle del “infierno”. No te juzgues, no te rechaces y trata de no ver reproche en las personas que pueden ayudarte, que están deseando conectar con ese profundo, negro y oscuro pozo en el que grita un niño pidiendo amor.

Amor, sí. Qué palabra tan horrible, ¿verdad? Eso es para los débiles, pensarás, pero por más que niegues la evidencia, lo cierto es que no podemos valernos por nosotros mismos en un mundo que está pensado para la cooperación y el trabajo en equipo. Sencillamente, es así. La biología, esa ciencia que no da puntada sin hilo, ese “alma” que sólo genera estructuras si hay una función que la sostenga y le de sentido, es terca y no tiene ninguna prisa. El desarrollo se da en cooperación: bacterias en nuestro organismo, cuyos desechos se transforman en moléculas imprescindibles para la vida, hongos que purifican la tierra para que los árboles respiren y puedan ser ingeridos por los animales, que se sacrifican para dar de comer a los carnívoros, que alimentarán más hongos y bacterias....Una rueda de vida en la que todo está conectado, incluso tú.

Hay gente ahí, hay personas fuera de ti, fuera de tu grupo. Personas que pueden ayudarte a encontrar el significado de la honestidad, la comprensión, el apoyo mutuo, la confianza, la solidaridad...Personas que pueden, en definitiva, ayudarte a encontrar el significado de la palabra “amor”. Sin sentimentalismos, sin ñoñerías, sin ternuras aparentes vacías de carga cooperativa. El amor no es lo que sale en las películas, es la solución que estás buscando desde el principio de los tiempos, aunque no seas capaz de verlo, de momento.

Recupera tu cuerpo, tus sensaciones, párate. Permítete parar, aunque sea un segundo cada día, quizá al cabo de un tiempo puedan ser dos y así sucesivamente, en un proceso que ya no tendrá fin. Recupera tu vida, recupera el sentido profundo de tu vida. Puedes hacerlo.

Feliz y amorosa semana para tod@s

Os quiero

EDU


P.D.- Gracias por seguirnos, gracias por leer esta serie que nos ha llevado unos mesecitos de trabajo. Esperamos que os haya gustado, así que estamos deseosos de vuestros comentarios, sólo así podremos seguir creciendo con vosotros, para vosotros. Un abrazo enorme. EDU y CADA.