OTRA NOCHE EN VELA

Una vez Edu me preguntó por qué siempre quiero dos hombres en mi vida y, entonces, le contesté porque uno sólo no me da lo que necesito. 

Pero no se trataba de una cuestión de necesidad. Esto iba de una búsqueda. Una búsqueda en la que un día te despiertas a las cuatro de la mañana y te das de bruces con la realidad. Un horario que te dice que ha llegado el momento de claudicar. Porque ni dos, ni diez, ni cien podrían darte lo que buscas. Porque ni siquiera tú has definido el qué. Porque si no materializas un sueño en realidades concretas, nunca llega a cumplirse. Porque el todo no está compuesto de multitud de pequeñas cosas...

Aparentemente es sencillo decir que quiero ser feliz. Y quién no? Querer ser feliz, como un objetivo de vida, es una auténtica tragicomedia. Es loable querer serlo. Es un fin tan humano como de mayorías. Pero, si se persigue como una obsesión, no sólo no se encuentra sino que te convierte en un ser oscuro y degradante.

El hambre de felicidad vuelve a todos en tu contra. Al no conseguir el fin último uno empieza a cuestionarlo todo. Por qué yo no tengo esa sensación placentera, por qué yo no llego a fin de mes, por qué yo estoy despierta en medio de la noche escribiendo absolutas idioteces que nadie comprende... Yo, yo, yo...


(Imagen de: remedioscontraelinsomnio.com)


Enfadada como una mona con un mundo lleno de seres aislados que no se esfuerzan ni una pizca en comprenderte. Que buscan algo de ti y lo exprimen para luego dejarte tirada en medio del asfalto cuando más lo necesites. Que volverán a ti, a beber de tu droga y no sabrás aprovecharte ni para ser vengativa.

Una momia que sonríe para no hacer más daño del que sufre.

Todos los hombres que he conocido me han dicho en la primera cita que soy muy inteligente. Una mente por encima que nadie alcanza a comprender. La anormalidad está reñida con la felicidad...

Qué fue lo que pasó la otra tarde? Hace ya mucho tiempo que te expliqué que si estoy enfadada discuto, si estoy triste lo digo y si me siento bien no paro de reír. Soy, también, mucho más sincera que la media. Una sinceridad que es una auténtica aberración. Una locura que no sólo crea incomodidades a todas las partes sino que está tan demás como inevitable es. Pero cuando callo, cuando simplemente estoy callada, es porque no sé qué decir. Pero hasta esto ya te lo había dicho. Y, como a pesar de todo, entendía tu esfuerzo, puse una canción que sé que te gusta, hice alguna broma y me comí mi maldita ilusión. La ilusión de una falsa esperanza de que exista un atisbo que me diga que este viaje merece la pena. Un guiño cualquiera, un toque en el hombro cuando me haya dado la vuelta, un beso después de un mal trago, una forma de saltarse al imbécil del cuadriculado guión que me has prescrito. Pero me regañaste como a una niña pequeña que no había terminado el plato de comida. Creo que elegiste justo el día que menos falta hacía. Es como quitarle la heroína al adicto y decirle que se joda sin metadona por ser un puto drogadicto.

Qué he hecho yo, además de querer a un fantasma?

Pensaba que, por primera vez, te habías saltado tu guión por mí y me sentía llena de esa búsqueda incesante, por fin. Pero las cosas nunca son tan bonitas. Ahora mismo colocaría todo Hollywood en un paredón. Y no es que no viese tu esfuerzo, es que vi mi decepción.

Pero cómo podría yo explicarle, a la ausencia de empatía, lo sola que me siento, lo lejos que estoy de la recompensa tras tanto esfuerzo, lo adicta que me has hecho a ti sin ceder ni un poquito de tus formas... Cómo podría yo explicarle, al narcisismo en persona, que estoy aquí, intentando hacer una vaga sombra.

Simplemente no puedo. De ahí el silencio. Y aquí está una loca paranoica que vaga las noches en vela. Un fantasma de día y una sombra de noche. Un ser que, por no tener lo que quiere, ya nadie conoce...


Cada.

PAUTAS GENERALES DE ESTIMULACIÓN DEL HABLA

  1. Habla a la cara del niño.
  2. Acompaña las palabras de gestos.
  3. Di hola y adiós con la mano y la palabra.
  4. Señala objetos cuando hables de ellos.
  5. Utiliza onomatopeyas: teléfono, animales, coche, batidora, aspirador, avión...
  6. Habla mientras realizas funciones aunque el niño no esté implicado en ellas.
  7. Alaba cualquier intento comunicativo.
  8. No le des las cosas que pida sólo mediante gestos.
  9. Cuéntale cuentos.
  10.  Canta canciones.
  11.  Pon música en su habitación.
  12.  Llámale por su nombre.
  13.  Nombra partes de su cara a la vez que se las tocas.
  14.  Nombra sus juguetes a la vez que los tocas.
  15.  Nombra objetos cotidianos según los utilizas delante del niño. Ejemplo: mientras se le baña podemos nombrar el agua, la esponja, el jabón, la toalla...
  16.  Imita acciones (de forma imaginaria) para que vea cómo se realizan. Ejemplo: poner la mano en forma de vaso y hacer que bebemos mientras decimos glu-glu. Pedirle a él/ella que lo repita.
  17.  Pídele que repita las cosas que tú nombras, pero no le insistas ni corrijas; sólo dale el modelo.
  18.  Pídele objetos para que te los alcance (aunque no lo haga).
  19.  Pídele las cosas por favor y dale las gracias.
  20.  Los alimentos que se mastican ayudan a desarrollar los órganos de la boca que intervienen en el habla. Por eso es importante comer alimentos sólidos y utilizar el vaso para beber.
  21. Intentar que responda con la mirada a su nombre: para que nos mire cuando le llamamos debemos darle toquecitos en el hombro a la vez que decimos su nombre; siempre que le llamemos hay que insistir aunque parezca que no consigamos nada.
  22. Tratar de que demande ayuda cuando la necesite: cuando quiera agua o abrir una puerta insistiremos en que no entendemos lo que quiere para que haga el esfuerzo.
  23. Ver libros de imágenes, e invitarlo a que busque una imagen determinada. Reforzar sus intentos y premiar los aciertos. Invitarle a señalar, a pasar las páginas, a tratar de decir alguna palabra. Hazle preguntas sobre la historia cuando acabe el cuento.
  24. Cuando esté haciendo algo por sí mismo, preguntarle por lo que hace y ayudarle a poner palabras: “ahora me lavo las manos con agua y con jabón” ,  “pinto en el cuaderno”, etc.
  25. Animarle a realizar juegos de imitación: poner caras, movimientos de las manos y del cuerpo, etc.
  26. Cantarle canciones que impliquen gestos y animarle a imitarlos.
  27. Tanto si habla como si no lo hace, es importante manifestar que se entienden y valoran sus sentimientos. Si está llorando porque se ha caído, decirle: ¿estás triste? ¿te has hecho daño? Mostradle, mediante vuestras expresiones de la cara, la voz y todo el cuerpo que sabéis lo que le pasa. Ayudadle a expresar sus emociones y a saber que las entendéis.
  28. Utilizar la estimulación sensorial que le permita asociar diferentes sensaciones a partes de su cuerpo: objetos fríos y calientes que pueda tocar y llevarse a la boca, estimulación del olfato con objetos olorosos, la estimulación del gusto con sabores diferentes, la estimulación acústica, con instrumentos o juguetes musicales, tocar diferentes tactos; estimulación visual (luces, lámparas, diapositivas, objetos brillantes, caleidoscopios, prismáticos y lentes, juguetes luminosos).


BEATRIZ DE LA RIVA
FORMACION EN LA NUBE 
914169137

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