Parece
mentira, pero probablemente una de las
actividades más saludables que tenemos a nuestro alcance es absolutamente
gratuita: tomar el sol.
No
hablamos, por supuesto, de tostarse cual pescado a la plancha encima de una
toalla, desde las 10 de la mañana al atardecer, esto ni es saludable ni se le
parece. Pero el sol es una fuente de
energía que además está muy relacionada con la síntesis de sustancias que
nos son esenciales para la vida.
Los
seres humanos necesitamos del sol más allá de que sea nuestra principal fuente
de calor. A través de la exposición solar, moderada, por supuesto, el cuerpo sintetiza vitamina D, un
conjunto de moléculas que ayuda a la fijación del Calcio y la estructura ósea,
por lo que está relacionada con la prevención
de enfermedades óseas degenerativas y mejora las situaciones reumáticas.
Quizá
es menos conocida su relación con el
sistema inmunitario y con las enfermedades autoinmunes: Aunque todavía no
es concluyente, los metaanálisis que se han hecho sobre el uso de suplementos
de Vitamina D en casos de esclerosis múltiple son muy esperanzadores. De hecho,
la incidencia de esta enfermedad se ve muy aumentada en aquellos países con
menor luz solar.
Otra
de las causas de que el sol sea nuestro gran aliado tiene que ver con las horas
de luz y la segregación de ciertos
neurotransmisores, que nos ayudan a estar más felices. Esta relación entre
las horas de sol y el descenso de trastornos depresivos ya es muy conocida,
hasta el punto de que muchos enfermos con depresión vienen a las costas
españolas para mejorar.
El
buen tiempo además, favorece que podamos salir fuera de casa para disfrutar y
hacer ejercicio al aire libre. Todos
conocemos cuáles son las ventajas del ejercicio moderado, entre las que se
encuentran el control de los niveles de
glucosa en sangre, el control de los
niveles de colesterol, el control de
las grasas, el mantenimiento de la
musculatura y la mejora del humor
gracias a la liberación de endorfinas.
Así
pues, la llegada de la primavera es una ocasión espléndida para salir a pasear
y dejar que el sol nos acaricie. Para ello, deberíamos tomar baños de sol de máximo 15 minutos, evitando
una exposición excesiva en las horas centrales del día, para minimizar el
riesgo de insolaciones.
Esperemos
que disfrutéis de este consejo y que nos podáis contar cuáles son vuestras
excursiones favoritas.
Un
abrazo y que tengáis una estupenda y saludable semana
EDU
y CADA