El
hígado es el horno de nuestro cuerpo
y uno de los órganos más importantes, puesto que ayuda a desintoxicar el
organismo, a gestionar las grasas y sirve como almacén para la vitamina B12, la vitamina D y otras sustancias.
La
salud hepática puede verse afectada
por muchas condiciones, entre las que se encuentra la obesidad, el consumo
excesivo de alcohol y medicamentos o el consumo excesivo de grasas en la dieta.
Por
lo tanto es fundamental mantener una buena salud hepática, regida por el consumo de alimentos ácidos y amargos,
que estimulan la producción de bilis (efecto colagogo) y regulan adecuadamente
las reservas de grasa del organismo.
Cuando
el hígado se satura, podemos encontrarnos con problemas relacionados con una excesiva acidez, como ardores, reflujo
gástrico, dificultades para realizar la digestión, dispepsias…
Una
buena forma de comenzar la primavera, desde el punto de vista de la salud
integrativa, es realizar una adecuada
desintoxicación hepática, de esta forma el hígado se repone de los excesos
del invierno, donde hemos consumido mayor cantidad de grasas y guisos
calientes, para protegernos del frío, lo que puede hacer que el hígado sufra en
exceso.
Para
una adecuada desintoxicación es necesario comprender que el hígado realiza la depuración del organismo en dos fases: Durante
la primera fase, realiza el metabolismo de diversos tóxicos (por ejemplo, numerosos medicamentos) liposolubles,
transformándolos en metabolitos. En la segunda fase, los metabolitos se
transforman, mediante la acción del glutatión, en toxinas hidrosolubles, que
pueden ser excretadas a través del riñón.
¿Dónde
está el problema? En que los metabolitos son altamente tóxicos y si la reserva
de glutatión del hígado no es suficiente, cabe la alta probabilidad de que no
pueda realizarse la segunda fase de manera adecuada. A resultas de todo ello, nos podemos encontrar con metabolitos con
una alta capacidad oxidativa, radicales libres y sustancias cancerígenas en la
corriente sanguínea, porque el hígado no puede realizar bien sus funciones.
De
ahí la necesidad de que el hígado esté en perfectas condiciones, en lo que
influyen dos factores fundamentales: la dieta y la adecuada gestión de las
emociones, en especial la ira.
Sobre
la gestión emocional de la ira
podéis visitar una antigua entrada del blog: El arte de dejarse fluir
(16/10/2014)
En
cuanto a la dieta…hay que asegurar una buena
cantidad de crucíferas (sobre todo coles), evitar las comidas excesivamente
calientes o cocinadas en exceso, huir de las grasas y en general seguir las indicaciones de una dieta no-tóxica,
asegurando una ingesta adecuada de glutatión.
El
glutatión es un tripéptido, es
decir, que está compuesto por aminoácidos: En este caso cisteína, glutamato y glicina. El principal problema es que la
cisteína es difícil de encontrar en los alimentos y además, se destruye con el
calor (problema común en los aminoácidos, por otro lado). La mejor forma de
aumentar los niveles de glutatión en el hígado, es proporcionar al cuerpo los
instrumentos con el que éste los fabrica, es decir, aumentar la ingesta de cisteína, principalmente.
Podemos
encontrar este aminoácido en las pipas
de girasol especialmente, así como en las legumbres, los dátiles,
el ginseng, los cereales, los frutos secos y
las semillas.
A
continuación os dejamos algunas sugerencias para amenizar vuestras comidas,
además de proteger la salud hepática:
Ensalada
de col con brotes de soja, espinaca y aderezo de germen de trigo y pipas de
girasol (crudas)
Huevos
pasados por agua acompañados de Chukrut
Brochetas
de dátil con piña
Que
disfrutéis de una semana llena de salud
EDU
y CADA
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