DÉFICIT DE NATURALEZA...UN MAL DE NUESTRO TIEMPO

En el año 2005, Richard Louv lanzaba al escenario de la psicología ambiental el concepto de “Síndrome de déficit de naturaleza”, al comprobar que el cambio de la sociedad desde una vida rural a una vida urbana y en la mayoría de las ocasiones, sedentaria, afectaba al desarrollo evolutivo, social y cognitivo de los niños.

Este síndrome se caracteriza por una vida “desnaturalizada” durante la infancia, donde los niños apenas respiran aire libre, puesto que utilizan medios de transporte mecánicos para desplazarse al colegio, de ahí a actividades extraescolares y a casa para jugar con medios electrónicos, ver la televisión, hacer deberes y dormir. Así, día tras día.

Louv percibió que este estilo de vida se asocia con un aumento del estrés, síntomas depresivos y de ansiedad, relacionándolo con el déficit de atención e hiperactividad.
Más importante aún es la constatación, cada vez más extendida, de que el aumento de la actividad al aire libre, sin la supervisión directa de los adultos y con carácter lúdico y cooperativo, aporta a los niños y niñas múltiples beneficios sociales, académicos, psicológicos y físicos.

No en vano, nuestra especie está diseñada para disfrutar al aire libre, trotar, subirse a los árboles para buscar fruta (nuestra principal fuente de alimento original), estar en contacto con las flores y plantas, para conocer sus propiedades y usos, etc. Más aún, disponemos de un sistema inmunológico en estrecha simbiosis con microorganismos que están presentes en el medio natural. Cuando nos aislamos de ese medio en aras de una malentendida asepsia, la estrecha relación que existe entre microorganismos y su medio, que es nuestro cuerpo, queda maltrecha, relacionándose con el incremento de la incidencia de alergias y enfermedades del tracto respiratorio, por no hablar de la obesidad infantil y trastornos asociados.

¿Es posible que la única sustancia que necesitemos para prevenir múltiples síntomas alérgicos y asmáticos, que tanto nos preocupan, sea la llamada Vitamina G?

Vitamina G de “Green”, de contacto con lo verde, con lo natural, con el espacio físico no medatizado, con el juego libre y cooperativo, con la tierra, en definitiva, con la Naturaleza.

Desde Gente Edu-Cada os proponemos una actividad que es a la vez, educativa y natural: una visita a un aula en la naturaleza, un lugar donde los padres y educadores pueden disfrutar mientras sus hijos o alumnos disfrutan del contacto con las plantas, aprenden el ciclo de la vida y aprender a valorar conceptos como ecologismo, actividad física, respeto por el medio ambiente…


¿Te imaginas visitar un huerto ecológico, experimentar con el entorno biodinámico que supone, mientras el niño desarrolla las competencias básicas de manera lúdica, evitando factores como el estrés o la depresión?

Quizá ha llegado el momento de que el aula se traslade, por un momento al menos, al espacio natural, que los niños aprendan a valorar el contacto con el medio natural y rural y que les permitamos aprender siendo, únicamente, lo que son, niños, en vez de adultos pequeños cargados de responsabilidad y horarios estrictos.

Quizá aún no es demasiado tarde para mancharnos las manos de tierra, tirar al cubo de la basura la falsa asepsia de nuestra sociedad mercantilista y recuperar algunos de los valores naturales que no sólo conforman un estilo de vida más saludable, sino que están insertos, como el color de nuestros ojos, en el mismísimo código genético de cada una de nuestras células.

Esperemos que este consejo os sea de utilidad
Feliz y saludable semana para tod@s

EDU y CADA

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