Las mejores historias empiezan por el final y es que después de una Navidad diferente, el día uno de enero de 2012 empezaba saliendo de un atasco de coches, unos 70.000, de paquete con un motorista desconocido y mi pasaporte como único equipaje.
He sido uno de los afortunados en tener vacaciones en Navidad. Me trasladé a Brasil en un vuelo de 11 horas con Air China. Y sí, todo era en chino, las películas, la mayoría de los pasajeros, las azafatas…y el avión. Pero para suerte de los pasajeros, yo sólo lo noté en el precio. A mi llegada al país, noté que el ambiente caribeño se mezclaba con la modernidad y la responsabilidad de los habitantes por ser la Sede de los JJOO de 2016 y del Mundial de Fútbol de 2014. Un esfuerzo que todos tienen asumido. Pero las culturas, lo son por sus tradiciones y estas hay que respetarlas porque son la idiosincrasia de cada pueblo y sería injusto intentar cambiarlo.
Mi profesor de inglés (originario de Brasil) me invitó a pasar la Navidad en Sao Paulo, su ciudad natal. El segundo día de mi estancia allí, creí estar siendo grabado para un programa del Diario del Patricia cuando fui a conocer a mis familiares españoles que emigraron a principios del SXX. Y es que como dice una amiga, existe una regla en la que sólo estamos separados por 6 personas, independientemente del lugar en el mundo en el que te encuentres.
Nos llevaba el padre de mi compi de viaje en su taxi, siguiendo las indicaciones que yo traía desde España, cuando al entrar en la famosa calle Moca, dijo un poco sorprendido: “En esta calle vive mi compañero de trabajo, hace poco estuve en su casa viendo el fútbol”. Hablaba en portugués, pero esto lo entendí perfectamente.
Según avanzábamos por la calle, me pregunta el número al que nos dirigíamos y aunque todos teníamos en mente una posibilidad remota, en la que nuestros familiares se conocieran, sin embrago, lo dábamos como improbable debido a los 20 millones de habitantes de Sao Paulo y los 47 millones de España. Pero justo cuando estábamos llegando, señaló sorprendido la casa de Genaro, su compañero de trabajo, y claro, ahí nos paramos porque resultó que este tal Genaro es el marido de mi familiar español emigrante al que iba a conocer y también el compañero de trabajo del padre de mi profe de inglés...¡Vamos, de sesión de tarde!.
Un hecho que habría sido la nota más importante de coincidencias, de no ser por el atasco de coches en el que me vi envuelto de regreso a España.
Mi vuelo salía a las 19:10 del Aeropuerto Internacional de Guarulhos. Íbamos en la autopista, cuando nos quedaban unos 10 km para llegar y entonces nos vimos literalmente parados en un atasco de coches que no se veía el fin de la carretera, es más, allá donde mirabas, el atasco era monumental. Los nervios por no saber que sucedía empezó apoderarse de todos...¿De todos?
Entre el aeropuerto y nosotros se encontraban las favelas de Sao Paulo y el pueblo de Guarulhos. Decidimos tomar una vía de salida dirección a las favelas, pues eran las menos congestionadas. También preguntamos a los viandantes una dirección al aeropuerto y cuando seguíamos las indicaciones, siempre salíamos al mismo punto de partida: El atasco. Le gente era muy amable, la verdad es que me sorprendió por el prejuicio que tenemos de las favelas.
Todos nuestros intentos por salir de allí se iban esfumando hasta que, directamente nos quedamos parados en la entrada del pueblo a Guarulhos. La radio local sólo hablaba del colapso en el pueblo producido por la inauguración de una iglesia evangélica que desbordó las previsiones de las autoridades locales…Autoridades?? Cuando creí ver a tres policías, resultaron ser personal de esta iglesia repartiendo agua y alimentos a los viandantes que inundaban las calles entre los coches. No había ni un solo policía en “X” kilómetros a la redonda.
Nuestras esperazas por coger el avión estaban agotadas…Empezaba a hacer cálculos: Llamaré a la oficina, les contaré que he perdido el avión, aunque suene a “mi perro se ha comido los deberes”. Estoy en Brasil, verano y pierdo el avión… a ver.. Luego pensaba en el pastizal para coger otro avión, eran ya las 18:05 h.Br y las llamadas telefónicas tenían menos resultado que cruzarse de brazos. Fue entonces cuando mi compi de viaje, sin pensárselo dos veces, paró a un motorista y su novia y les suplicó que tenía que coger urgente un vuelo internacional.
Los chicos se miraron y sin dudarlo dijeron que sí. Se cambia la chica por mí, me subo de paquete y pienso en mis maletas pero me grita mi compi: ¡¡Olvídate de las maletas!! Me coloco el casco y allá fuimos esquivando coches, viandantes, subiendo aceras, conduciendo en sentido contrario a los coches (en sentido contrario? Había sentido???), bajando de la moto, andando por tramos y por fin…Llegamos a la terminal 2 con 30 minutos de antelación. Lo iba a conseguir, le doy mil “Obrigados” al motorista, que me mira con cara de póker, aún así sabía que me entendía, y corrí como un rayo para hacer el check-in. Cuando entro en la terminal, había cientos de persona con bultos de equipajes que sobresalían por sus cabezas, una nata de personas tal que me resultaba casi imposible ver en que Stand se encontraba Air china.
Mis ánimos estaban por los suelos pero me dije a mi mismo: “Hoy no voy a perder el avión. He salido de un atasco de más de 70 mil coches y no voy perder el vuelo aquí en el aeropuerto”. Comienzo a correr, esquivar, andar y preguntar a todos los chinos (ninguno respondía). Las Azafatas de otras compañías me indicaban un Stand que ponía TAM, y yo buscaba Air China, pero sí, usaban su Stand de prestado. Tan sólo un póster en un trípode que ya estaban enrollando delataba su apariencia…Eran los chinos!! Casi les lloro… En mi Spanglish les pedí que, por favor tenía que subir al avión y por fin…Objetivo cumplido.
Llegué a tiempo a mi destino.
Mis agradecimientos a los padres de mi profe de inglés, a mi profe y a todos los que conocí en Brasil. Por supuesto a ese motorista, sin nombre ni apellidos que decidió ayudar a alguien a cambio de nada. A su novia por cederme su sitio y compartir la espera en el taxi con mis amigos, mientras esperaban el desenlace. A todos GRACIAS
EL TURISTA, (THE TOURIST)