Probablemente
el menos consciente de nuestros
pensamientos cotidianos sea el primero que llega a nuestra mente nada más
despertarnos. Probablemente, tenga que ver con los asuntos irresueltos del
día anterior o con los temas pendientes del día que amanece e incluso,
probablemente, esté a caballo entre el desánimo y la frustración si las
circunstancias de nuestra vida no nos acompañan como nos gustaría. Pero esto puede
cambiar radicalmente y tú eres la única persona capaz de hacerlo.
En
los últimos tiempos he estudiado bastante la relación entre nuestros
pensamientos y la forma en que afectan a nuestras circunstancias. Lejos de
resultar algo mágico, la manera que
tenemos de pensar es la manera en que la vida se nos presenta ante nuestros
ojos.
Hay
muchas teorías que nos hablan de cómo nuestra mente configura nuestra realidad,
algunas sorprendentes. Pero más allá de una cuestión de creencia o de
seguimiento de “Nueva Era” lo que es cierto es que eso que hemos dado en llamar
el “mundo objetivo” directamente no existe. Parafraseando al Dalai Lama,
podemos decir: “No importa que lo creas
o no, lo único cierto es que el mundo funciona así”.
Por
poner un ejemplo, podemos decir que no creemos en la gravedad, pero
indefectiblemente, el magnetismo de la Tierra hará que nuestros pies se queden pegados
al suelo con una fuerza proporcional a nuestra masa. Así que por mucho que
usted no crea en la gravedad, por favor, mantenga siempre algo de terreno bajo
sus pies.
Con
el tema de los pensamientos pasa algo parecido. Está demostrado que la realidad no es algo que nos venga dado
desde fuera, evidentemente, las leyes que relacionan pensamiento y realidad
tienen unos parámetros que conviene seguir, pero el hecho de que no los
conozcamos no significa que no existan o que no nos veamos influidos por ellos.
Así
que os propongo un pequeño ejercicio
matutino, que no te llevará más de un segundo pero que puede cambiar
radicalmente tu vida, al menos, la forma en que la percibes: Hoy va a ser un gran día. Repetirme
esto por la mañana es un sencillo ejercicio que me ayuda a modificar las
relaciones con todo aquello que me rodea.
Hoy
va a ser un gran día…por eso voy a tener una buena relación con mi jefe, hoy va
a ser un gran día….por eso voy a encontrar ese trabajo que me ayudará a
desarrollar todas mis potencialidades. Hoy va a ser un gran día…por eso voy a
encontrar a esa persona especial que me ayudará a compartir mis pasos. Hoy va a
ser un gran día…por eso (lo que quieras).
Habrá
quien, como el famoso azulejito que se ve en algunos bares, piense que habrá otro
que se encargará de fastidiar este arranque de optimismo y buen humor. Pero eso
no es cierto, porque hoy va a ser un gran día a pesar de esos “desencuentros”.
Esta preponderancia de nuestros pensamientos tiene
que ver con nuestra atención, que afortunadamente es limitada. Los procesos psicológicos básicos, como la atención y la percepción,
no son una respuesta pasiva a lo que acontece en el medio. El procesamiento de
la información está tan influido por nuestras creencias como por los estímulos
que nos llegan. Por eso, sin darnos cuenta, nuestro sistema está preparado para detectar y procesar aquellas
circunstancias que mejor se adapten a nuestra forma de pensar.
Podemos
hacer que esta sencilla ley juegue a nuestro favor, porque en todas las situaciones existen todas las posibilidades. ¡¡En
todas!! Ante esa persona que nos exaspera, existen todas las posibilidades,
ante ese pequeño contratiempo existen todas las posibilidades, ante ese
infortunio repentino existen todas las posibilidades y tú eres el que actualiza
cual quieres que se materialice en tu vida.
Hoy va a ser un gran día…Y el cerebro empieza a
buscar aquellas situaciones y estímulos que le hacen confirmar que
efectivamente va a serlo. Así de sencillo. Sin
miedo. Hoy va a ser un gran día y ante la misma situación empezamos a ver cómo
parece que todo se nos pone a favor. Hoy va a ser un gran día y el Universo
parece conspirar para que se cumplan todos nuestros sueños, como nos recordaba
Paulo Coelho.
Hoy
va a ser un gran día y el aire parece que trae una primavera nueva en cada
respiración y se lleva definitivamente el largo y aburrido invierno en cada
exhalación. Evidentemente no todas las
circunstancias serán como nosotros habíamos previsto ni pensado, pero eso no
tiene por qué amargarnos la existencia. Hoy va a ser un gran día porque en
el centro de mi pensamiento, donde proceso mis circunstancias y creo mi
realidad, la auténtica realidad, ya es un gran día y sinceramente, no voy a
dejar que me lo estropees, porque a mí no me da la gana.
Si
no salió lo anterior, no hay ninguna razón para que no salga a la siguiente, puedo aprender, puedo cambiar algunas
formas de enfrentarme a la misma situación, puedo seguir creciendo y adaptándome.
Puedo seguir confiando y entonces desaparece ese demonio interior que todos
llevamos dentro y que los psicólogos han dado el nombre de “indefensión”. Porque
siempre se puede hacer algo, siempre hay una salida esperando a ser
descubierta.
Siempre hay una puerta de emergencia que tiene el
letrero de “SALIDA” para escapar de nuestros hábitos y nuestras circunstancias adversas. Y para esta norma no existen excepciones. ¿Quieres empujar el
picaporte y saludar al resto de tu nueva vida o prefieres seguir mirando la
puerta como lo único que existe? Como siempre, tú decides.
Hoy
va a ser un gran día
EDU
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