En
nuestra andadura particular por los pecados capitales, hoy le toca
el turno a la pereza y a los perezosos y aunque pudiera parecer
lo contrario, es un tema complicado. Porque cuando uno piensa en un
perezoso, se imagina a una persona más bien oronda tirada en un sofá
y sin hacer nada...pero debe haber muchos perezosos por ahí que
precisamente lo que hacen es trabajar en cualquier cosa con tal de no
estar ni medio minuto sentado a solas consigo mismo y en sentido
del desarrollo personal, esto es la pereza, un no querer trabajar en
el propio desarrollo de uno mismo.
Quizá
después de leer esta entrada cambie un poco tu visión de la pereza
y puede incluso que te reconozcas un poquito en estas líneas, ya
sabemos que tampoco es el fin del mundo y que tan malo, o tan bueno,
es ser perezoso como cualquier otra cosa. Lo primero que me
sorprendió de la pereza a la luz del eneagrama es que más que una
pereza física, como he comentado arriba, se trata de una pereza
psicológica. He conocido a algún perezoso en mi vida, que con
tal de no discutir, es capaz de hacer casi lo que sea y
efectivamente, siempre hay alguien que trata de sacar provecho de
tamaña tajada.
Es
fácil vivir con un perezoso, aunque no lo parezca, aunque
sinceramente, me parecería tristemente aburrido. Si tu pasión
estructural es la pereza probablemente te reconozcas más como una
persona que se adapta a todas las situaciones, pero esto amigo mío,
no conduce a una vida más confortable, sino sólo a una vida más
aburrida, para ti y para los que te rodean, aunque no lo parezca.
Dicho
sea desde el más profundo de los amores, pero tienes que
despertar un poco a esa vida que está ahí fuera. Sí, sé que
en ocasiones duele, pero el dolor también forma parte del placer y
si estamos tan enconados en evitar el dolor, es más que probable
que nunca nos deleitemos con las mieles del placer de sentirse vivo:
respirar, caminar, moverse y alcanzar a un otro, que te muestra que
no eres perfecto, pero que a pesar de todo está ahí, contigo,
porque algo hay en ti que merece la pena.
Es
probable que a ti estas lindezas del amor y el placer te resulten
superfluas, por eso quizá necesitas ir un poco más allá de tus
habituales apariencias para empezar a disfrutar la vida en todo su
sentido. No te gusta explorar demasiado y por eso tienes esa
imagen de pachón, que no consigue olvidar de todo una resignación
apática que, lo sabes, palpita en tu interior, como una llamada
molesta de que en el fondo, tiene que haber algo más.
También
es probable que necesites que otros te digan lo que tienes que hacer,
o al menos te sientas a gusto declinando la responsabilidad de tu
vida y asumiendo lo que otros deciden, al fin y al cabo, ¿qué más
da?. Por eso te animo a que cojas las riendas de tu vida y
empieces a explorar qué pasa cuando comienzas a hacer lo que
realmente quieres. Mírate al espejo y hazte la promesa firme de que
al menos hoy, vas a ser tú, sencillamente tú.
Es
probable que las personas que están a tu alrededor se enfaden un
poquito contigo, pues al fin y al cabo es muy cómodo mandarte, pero
de lo que estamos hablando aquí es de tu vida, así que los demás
que se apañen como puedan, de momento. Y no es egoísmo. O sí, tal
vez. Pero es un egoísmo que necesitas. Te necesitas. Es el
resumen más importante de estas dos páginas de hoy. TE NECESITAS.
Necesitas sentirte, necesitas aceptar que también tienes deseos y
que tienes todo el derecho del mundo a ir a por lo que quieres. Que
cuesta, sí. Que te descubre un mundo de posibilidades que quizá ni
sueñas ahora mismo, también.
Imagen de vistodesdemiasiento.blogspot.com
Porque
cuando te des cuenta de que la única persona que necesitas eres tú,
ya no debes aguantar nada de nadie para que al menos, esté a tu
lado. Vales mucho, querido perezoso. En ti hay un potencial de
enormes posibilidades esperando pacientemente a que enciendas el
interruptor de ti mismo, pero eso es algo que sólo puedes hacer tú.
Lo bueno es que lo puedas hacer cuando quieras, ahora mismo. Respira.
Suavemente. Llena tus pulmones y siente. Observa qué sucede en tu
nariz, en tu pecho. Observa cómo esa oleada de oxígeno recorre tus
arterias hasta llegar hasta la célula más alejada del sistema más
alejado. Es posible que tengas ganas de llorar un poco o de darle un
puñetazo a alguien. Es normal, permítetelo, golpea la cama con los
puños o llora todo lo que quieras. Es un gran ejercicio. Y sigue
respirando.
Es
normal que consideres que no puedes hacer esto solo, al fin y al cabo
es tu forma habitual de relacionarte con los demás. Puedes buscar
ayuda en alguien que te escuche pero que no te aconseje, que te
comprenda pero que no te juzgue y que te cuide sin decirte lo que
tienes que hacer. También puede ser de utilidad tomar “calcarea”,
una sustancia homeopática que tiene que ver con las ostras y con tu
ostracismo interior.
Porque
el tesoro que buscas constantemente fuera de ti es una perla, una
perla brillante, pulida y hermosa que has cuidado segundo a segundo
en ese caparazón interior que no has atrevido, aún, a mostrar al
mundo. Pero una perla es un tesoro y si miras y aceptas y sientes de
verdad que te necesitas, no te quedará más remedio que admirar con
asombro ese tesoro que palpita en tu interior. Sé que no te gustan
las metáforas, que no te llevas bien con ellas porque no las
entiendes. Prefieres los hechos concretos, lo que puede tocarse y
palparse, está bien.
Atrévete
a decir “no” aunque te cueste. Una relación no es más
beneficiosa porque no tenga conflictos. No hace falta que te
sacrifiques, ni por amor ni por nada. Eres una persona generosa,
que te gusta dar tu tiempo y recursos a los demás, con simpatía y
cordialidad. Pero es una imagen un poco fingida y a veces, los otros
te toman el pelo. Tu solicitud es un regalo y eres tú quien tiene
derecho a ofrecerlo a los demás. Es muy bueno ofrecer lo que tienes,
siempre que seas tú quien decida, cuándo, dónde y a quién. No es
necesario estar siempre de guardia 24 horas.
Entiende,
querido amigo, que el contacto con los demás es un algo más que
estar juntos. Estar en contacto significa también exponer las
diferencias, mostrar nuestros lados conflictivos y hacer algo para
solucionarlo. Estar juntos no es una cuestión de coincidencia
espacial, sino una cuestión de Ser, de disfrutar de la vida en
función de lo que quieras y no de lo que otros te dicten, aunque se
enfaden, pero eso es un problema suyo, no tuyo. Tienes todas las
capacidades que necesitas, porque ya lo has demostrado, para ser una
persona auténtica y maravillosa. Demuéstralo y verás como las
personas que tienes a tu alrededor empezarán a quererte de verdad en
vez de aprovecharse (inconscientemente, claro) de ti.
Un
abrazo y mucho ánimo para ser tú mismo, tú misma.
Os
quiero
EDU
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