CUANDO TODO COBRA SENTIDO

Hace algunas semanas un acontecimiento fortuito marcó la vida de una conocida. Así es como un repentino giro del destino lo cambia todo y, de pronto, te sorprendes a ti mismo no pudiendo creer lo que ha pasado. Ya son muchas las ocasiones y demasiadas las veces que has tenido esa sensación de incredulidad. Tu atónita mirada y tu cuerpo convulso se encuentran una y otra vez con situaciones que lo tornan todo diferente.

Sin embargo, algunas de esas situaciones no tienen que ver con la incredulidad. Simplemente no es que sea difícil creer; lo que es difícil es escuchar. ¿Por qué le cuesta tanto a la gente escuchar?

Existió esa persona que caminó en línea recta durante años. Se trataba de una avenida amplia y lo único que había que hacer era seguir la senda. Andar y andar. Unas veces llovía y otras hacía sol, Unas veces se encontraba una cuesta arriba y otras era más bien cuesta abajo. Unas veces tropezaba con algún obstáculo y otras se distraía con sorpresas que encontraba a su paso. Pero lo único que debía hacer era no detenerse. No dejar nunca de andar. Sin embargo, un día comenzó a plantearse qué sentido tenía andar por andar. Esa pregunta llevó a otras: qué hay al final del camino, qué cosas me gustaría encontrar en éste, por qué camino solo… Y así fue cómo decidió desviarse en el primer cruce. Ya no tenía ningún interés en la línea recta. Al principio podría tratarse de una simple aventura, pero pronto concluiría que aquello era un auténtico atrevimiento. El más grande de los desafíos es luchar contra viento y marea, porque salirse del camino marcado es incomprensible para el resto de la humanidad.


(Imagen de: safarinocturno.blogspot.com)


Haciendo un sobreesfuerzo, aquel que se sale del camino marcado, tratará de explicar sus motivos a las personas que ama. Pero querer a alguien no significa comprenderle. De esta forma, la frustración más grande experimentada tiene que ver con que nadie pueda creerte. O, más bien… ¿tiene que ver con que nadie quiera escucharte?

La sensación de dar gritos y que nadie los atienda no es nueva. Y, sin embrago, sigues preguntándote por qué razón no cesas en tu empeño. Por qué no has abandonado aún el barco. Por qué no eres consciente, de una vez por todas, de que todo el mundo camina en una dirección y, por tanto, eres tú quién va en contra. Hay un camino fácil y lo conoces. Pero has hecho de esta lucha una guerra por el amor propio. Una conquista personal de tu auténtico yo. No vas a permitirte una derrota contra ti mismo.

Quizá nadie pueda escuchar porque quizá nadie esté preparado para oír.

Es mucho más sencillo calzarse las mismas botas cada mañana. Lo lógico en esta vida es sucumbir.
Lo que es fácil no te satisface. Quieres encontrarle un sentido. Y ese sentido, para ti, no es otro que aquello que te haga sentir bien. Hay dos formas de irse a la cama cada noche: la de simplemente cerrar los ojos y dormir, y la de sonreír antes de cerrar los ojos.

Tu día a día es una búsqueda de la sonrisa nocturna. Ansías tanto su llegada que te has convencido a ti mismo de que no existen los días malos, sólo los malos ratos en un día.

Luchar contracorriente es arduo, doloroso e incómodo. Es como tener un malestar agudo y punzante persistente. Así, aunque te repitas constantemente cuáles son los ideales que te mantienen, tienes la sensación de seguir atado a un cordón muy fino, a un hilo de pescador que te impide moverte.

Hay una razón para todo lo que no tiene sentido en la vida y son los momentos en que sí lo tiene y recobra ese sentido.

Cuando nos preguntamos incrédulamente qué sentido tiene algo que vemos con perplejidad ante nuestros ojos, podemos aprender a contextualizarlo. Porque en la vida, para las personas, todo tiene una razón de ser dentro del contexto adecuado.

Conocer esos contextos consiste en escuchar a quienes los habitan.

Aquella tarde hubiera sido más fácil decirte lo que creías que iba a contarte que lo que tuve que decir. Porque mientras tú pensabas que estaba buscando la forma de anunciarte algo, yo sólo estaba intentando hacerte comprender…

CADA.


3 comentarios:

  1. Hay mensajes que están escritos entre líneas, para que los comprendan los que pueden leer. El tuyo es justo al revés. Has escrito lo que otros sólo pueden intuir y por eso no saben expresar más que entre líneas. Debe ser maravilloso conocer a esa amiga tuya, debe ser maravilloso escuchar y oir. Es maravilloso leerte. Gracias.

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  2. me gusto apoya mucho mi conocimiento es una foma de despértar y darte fuerza yo quiero escribir un libro apesar que no soy bueno en ortografia y caligrafia espeor poder lograrlo y poder seguir leendo algo como esto ! bendiciones (mc acmer)

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  3. Para la ortografía existen correctores. Ánimo con tu intimista proyecto.
    Un saludo y gracias,
    CADA

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