SEXO, DROGAS, ROCK&ROLL

Esta serie acerca de los pecados capitales y de la psicología de los eneatipos llega a su fin y como colofón final llega la lujuria. Ya sabemos que la lujuria es la pasión del exceso, por tanto el lujurioso no se define tanto por su exaltación sexual, que también, sino sobre todo por ser un hombre o una mujer de acción.

Como lujurioso, es más que probable que no seas un lector asiduo de este blog, incluso te parezca ñoño y sentimental. No eres demasiado amigo de las introspecciones y por tanto, que alguien venga a decirte que hay que mirar dentro, vivir el presente, retomar el contacto con tu cuerpo y recuperar el verdadero sentido del amor, es algo que no va contigo.

Va a ser difícil que te convenza de lo contrario, al fin y al cabo tienes una cierta inclinación antisocial y las reacciones de tu vida están marcadas por el provecho que puedes sacar de las situaciones. Eres una persona que lo quieres todo y lo quieres ahora, no te importa lo que tengas que hacer para conseguirlo porque al fin y al cabo, la vida que no está llena de sensaciones fuertes no es vida, es un aburrimiento.

Curiosamente, eres una persona que no le tienes miedo a nada, ni a la ira, ni a las situaciones, de hecho te expones al riesgo con una temeridad que está muy cercana al masoquismo, aun cuando tu carácter sea un poco más sádico. En un momento demostrarás una agresividad que puede incluso acabar en violencia y al momento siguiente estás haciendo el amor apasianodamente con esa persona a la que has estado a punto de agredir.

No todo es malo, el punto de rebeldía hacia la autoridad, como expresión de la rebeldía hacia un progenitor al que acusas de no haberte cuidado lo suficiente, te puede llevar a emprender grandes acciones revolucionarias, a ser el activista que se enfrenta a lo que haga falta y a enarbolar la bandera de la justicia y el cambio social.

Es una lástima que toda esa actividad a menudo se enfoque mal, puesto que tienes que ser el líder de la manada. Que nadie ose tocar a los “tuyos” pero que ninguno de los tuyos se atreva a discutirte el poder. La lealtad se transforma así en un poder a toda costa, en un manejo de los otros, sin importar las consecuencias.

Toda esta fachada de agresividad, acción, emprendimiento en el sentido más osado de la palabra, esconde un enorme vacío. No te voy a pedir que te asomes a ese abismo aunque es más que probable que ya te hayas asomado a muchos, físicamente hablando. Sólo párate a pensar por qué necesitas tanta adrenalina en tu cuerpo, por qué conducir a 200 km/h. ¿De dónde viene realmente ese ansia por buscar los límites de tu propio cuerpo y de todo lo que te rodea? ¿Acaso no palpita en el fondo del pecho un abismo interior que es mucho más difícil de llenar, que siempre te deja insatisfecho y exhausto?

Lo quieres todo y lo quieres ahora, si hay que mentir se miente y está claro que podrías venderle nieve a un esquimal si te lo propusieras. Incluso es lícita la estafa en esta vida que te ha tocado vivir para luchar. No puedes confiar en nadie, porque incluso aquellos que se suponía que tenían que cuidar de ti te han marcado con el dolor y la violencia. El mundo es una lucha que tienes que librar en absoluta soledad, porque no hay nadie que te pueda ayudar.

Imagen de doubledeclic.com

Para vivir así has tenido que desarrollar una coraza muy dura, una coraza que te aísle de tus propios sentimientos y de los de tus semejantes. Todo tu cuerpo, ese desarrollo muscular impresionante a veces, la piel dura, férrea, la mirada intimidante, todo...No es más que el reflejo del niño que grita en tu interior pidiendo un poquito de reconocimiento.

Dicen los homeópatas que tomar “nux vomica” ayuda a encontrar un poco de paz a todo este descontento no manifestado, a entrar un poco en contacto con ese niño que grita, patalea y llora y al que nadie hace caso. Que hayan ejercido la violencia contigo no te da derecho a ejercerla sobre los demás, aunque sea de una manera más taimada, más oscura, más sutil. No tienes que ser mejor que tus padres, repito, no tienes que ser mejor que tus padres. Cada cual tiene su propio proceso y si quieres realmente superarles, habrás de encontrar la forma de encontrar ese amor que te negaron.

Probablemente creerás que todo esto no es más que bazofia, que tú no necesitas ningún tipo de ayuda. Pero hasta “Rambo” necesita un Coronel Truman que venga a rescatarle del “infierno”. No te juzgues, no te rechaces y trata de no ver reproche en las personas que pueden ayudarte, que están deseando conectar con ese profundo, negro y oscuro pozo en el que grita un niño pidiendo amor.

Amor, sí. Qué palabra tan horrible, ¿verdad? Eso es para los débiles, pensarás, pero por más que niegues la evidencia, lo cierto es que no podemos valernos por nosotros mismos en un mundo que está pensado para la cooperación y el trabajo en equipo. Sencillamente, es así. La biología, esa ciencia que no da puntada sin hilo, ese “alma” que sólo genera estructuras si hay una función que la sostenga y le de sentido, es terca y no tiene ninguna prisa. El desarrollo se da en cooperación: bacterias en nuestro organismo, cuyos desechos se transforman en moléculas imprescindibles para la vida, hongos que purifican la tierra para que los árboles respiren y puedan ser ingeridos por los animales, que se sacrifican para dar de comer a los carnívoros, que alimentarán más hongos y bacterias....Una rueda de vida en la que todo está conectado, incluso tú.

Hay gente ahí, hay personas fuera de ti, fuera de tu grupo. Personas que pueden ayudarte a encontrar el significado de la honestidad, la comprensión, el apoyo mutuo, la confianza, la solidaridad...Personas que pueden, en definitiva, ayudarte a encontrar el significado de la palabra “amor”. Sin sentimentalismos, sin ñoñerías, sin ternuras aparentes vacías de carga cooperativa. El amor no es lo que sale en las películas, es la solución que estás buscando desde el principio de los tiempos, aunque no seas capaz de verlo, de momento.

Recupera tu cuerpo, tus sensaciones, párate. Permítete parar, aunque sea un segundo cada día, quizá al cabo de un tiempo puedan ser dos y así sucesivamente, en un proceso que ya no tendrá fin. Recupera tu vida, recupera el sentido profundo de tu vida. Puedes hacerlo.

Feliz y amorosa semana para tod@s

Os quiero

EDU


P.D.- Gracias por seguirnos, gracias por leer esta serie que nos ha llevado unos mesecitos de trabajo. Esperamos que os haya gustado, así que estamos deseosos de vuestros comentarios, sólo así podremos seguir creciendo con vosotros, para vosotros. Un abrazo enorme. EDU y CADA.

SIETE A SIETE: LA LUJURIA

Vicio consistente en el apetito desordenado de los deleites carnales. (RAE, 2014).

La lujuria es el vicio animal por excelencia. Es la fiera que llevamos dentro. Es el exceso convertido en deleite. Aunque los animales no saben de pecados, sí de excesos. Y a sabiendas de que cada animal que se encuentre en la naturaleza podrá ser sorprendido cometiendo cualquiera de los siete pecados capitales, no será acusado por ello y se verá su falta con absoluta indulgencia.

Pero los animales no planean el número de hijos que tendrán. Ni siquiera se plantean que su descendencia tiene como finalidad salvaguardar la especie. A ellos también “les pica”. Ellos también cometen acto de lujuria.

La diferencia radica en que nosotros lo sabemos y, ese hecho, lo vuelve pecaminoso. Como siempre, no sé si el acto de pecar radica en que alguien decidió que lo que puede catalogarse como lujuria es un pecado o en creer que la demasía, en cualquiera de sus formas, es inaceptable. Quizá, una sociedad que piensa constantemente en lo mal repartido que está el mundo y cómo la riqueza debiera redistribuirse para tocar todos a los mismo, tenga la tendencia a creer que los deleites del cuerpo también han de repartirse, no vaya a ser que haya dos por ahí haciendo uso y abuso mientras otros se comen los mocos.




Pero qué puedo decir yo… La mujer que en más de una ocasión ha asegurado que se equivocaba al creer que en la vida se podía tener todo y, sin embargo, lo continuaba pensando. La que descubrió que la mayor parte de la gente no entiende lo que significa que la vida se rompa. Y cuando la vida se rompe y hay que recomponer, el prisma desde el que se empieza a mirar todo cambia completamente la visión del juego. Yo, que abracé el riesgo a pesar de que lo que podía encontrarme fuera inseguridad; a pesar de los elevados costes que produce. Yo, que valoré la condescendencia de la nueva vida desestructurada. Pero la mayoría se conforma con lo que cree que es mejor y no va a por lo que desea. Seguramente porque al vivir en el deseo se te acusará de lujurioso y, eso, es un pecado.

A lo mejor mi pecado es la lujuria. Y lo es porque cuando te vas, siento que te llevas mi sonrisa. Porque cuando te quedas quiero más y cuando no estás no pienso en otra cosa. Porque si no puedo echarte de menos a rabiar cada vez que estás lejos, es que no te quiero lo suficiente.

Lo siento, pero siempre controlé muy bien mi cabeza y muy mal mi corazón.

Te quiero es demasiado posesivo para ser real. Te quiero para mí. Te quiero tener. Te quiero porque siento que eres mío.

Y en el deseo de poseer todo es demasiado breve.

Qué es el exceso? Qué es excesivo?

La próxima vez que te vayas no te lleves mi sonrisa, que ni puedo estar tantos días sin ti ni puedo estar tan seria…


CADA.

EL ARTE DE DEJARSE FLUIR

Nuestro periplo por los pecados capitales va llegando a su fin y hoy nos toca enfrentarnos a la ira. Claudio Naranjo nos advierte desde el principio que aquellas personas cuyo carácter es iracundo, en pocas ocasiones se muestran como tal, sino que lo suyo es controlar la ira a toda costa, cualquiera que sea su manifestación. Si durante la vida te encuentras con alguien exigente y crítico, esa persona que está todo el día encima porque las cosas “hay que hacerlas de este modo” y además “es mejor para todos”, enhorabuena, has encontrado a un iracundo.

La palabra que mejor define la ira desde el punto de vista de la psicología de los eneatipos, que venimos desgranando un poquito, es la de “perfeccionista”. Esto puede resultar paradójico, pero si pensamos que la pasión básica que nos mueve a cada cual es ante todo inconsciente, las manifestaciones que realicemos, es decir, aquello que constituye el entramado de conductas y pensamientos que consideramos “personalidad”, son ante todo una reacción frente a nuestra pasión básica.

Dicho de forma sencilla, ¿Qué es lo que motiva al iracundo por encima de todo, y a la vez lo que más teme? La ira. Como esa ira no puedo expresarla como tal, entonces reacciono frente a ella y me convierto en alguien perfeccionista, que demuestro gran virtud, aunque tenga que reprender a otros por su falta de celo en aquello que me importa.

Tal vez tú, querido lector, eres de estas personas que entiende que efectivamente, las cosas hay que hacerlas de una manera y que todas las demás están bien. Es probable que te indignes a menudo porque el resto del universo es un poco chapucilla y nunca consiguen hacer las cosas como a ti te gustaría, no ya porque sea tu forma de ver las cosas, sino porque “lo lógico es así”.

Evidentemente, esto te produce una gran soledad y un profundo sufrimiento. En ocasiones también eres causa de sufrimiento en los otros, que al verte tan perfecto no pueden sino sentirse culpables e indignos a tu lado. Es importante que aprendas que “querer” no significa que los demás tengan la obligación de hacer las cosas a tu modo. De hecho, es absolutamente imposible que influyas en su conducta, sobre todo con un chantaje emocional tan burdo.

No es agradable estar todo el día sermoneando o controlando. Eso te vuelve exigente y poco amable. Pero la vida es caos, cambio, organísmica e incontrolable. Te gusta una cosa en cada sitio y cada cosa en su lugar, pero hay ciertos lugares que albergan más de una cosa y varias cosas que podrían estar en cualquier lugar, e incluso en ninguno. Aceptemos, todos, pero tú también que la vida es la que es y no podemos clasificarla, medirla, pesarla y si no, entonces no es vida. Esto es lo que hace la ciencia actual con los fenómenos, por lo que eres un gran científico, meticuloso y concienzudo. El verdadero conocimiento, sin embargo, no se basa en conocer lo que controlo sino en comprender y aceptar lo que no puedo controlar.

Imagen de www.reikiare.com

El problema, amigo, es que lo “mejor es enemigo de lo bueno”, cuando intento buscar la perfección a menudo me quedaré en el intento, o tendré que gastar enormes cantidades de energía para llegar a ese punto en el que mi engrandecido “ego” me diga, está bien, así es como hay que hacer las cosas. Somos imperfectos, todos, tú también, en tu afán de buscar la perfección. La vida no es ordenada, de hecho, te darás cuenta porque cualquier orden que veas es artificial, construido por el hombre o percibido por él.

Qué duda cabe que este afán de superación te ha hecho llegar muy lejos en la vida. Parece hasta completamente lógico actuar así. Has alcanzado grandes metas y has llegado mucho más lejos de lo que pudiera parecer en un principio, de acuerdo. Pero ¿el logro de esos objetivos te ha conducido a la felicidad? Pregúntatelo e intenta ser sincero contigo mismo. De verdad, ¿eres feliz? A mí particularmente me resulta complicado cuando la exigencia es tan grande que un logro no significa nada, porque aún hay otro peldaño que escalar, otro millón que ganar, otro escenario que conquistar.

¡Respira! Por favor, eso también hará que pierdas un poco del aire envarado y frío del que te rodeas. Las normas están para cumplirlas, pero una excesiva observancia de las mismas te llevará irremediablemente a no observar las oportunidades que se encuentran en los márgenes más imprecisos. Allí donde no alcanza la regla, empieza la creatividad, el descubrimiento del sí mismo más auténtico. Lo que no podemos controlar, como el agua, lo fluido, es precisamente lo que más vida nos aporta. No podemos controlar el agua, si la estancamos se pudre y pierde su capacidad de dar la vida.

En la entrada anterior hablábamos del placer y es cierto una orientación exclusiva en él puede llegar a ser contraproducente. En tu caso, te has pasado al polo opuesto. Y cualquier extremismo conlleva riesgos. ¿Te imaginas una moneda de una sola cara? Sería tan falsa como ese supuesto aire de justicia que te gastas.

El amor, que en última instancia es lo que buscas, como lo buscamos todos, por supuesto, no depende de lo que haces o pero aún, no depende de cuán bien haces lo que haces. El amor, depende de la evolución que tenga cada cual. Aquí hay una circunstancia curiosa. Cuanto más controlamos o creemos controlar la realidad, más planos, predecibles y superficiales nos volvemos. La profundidad es compleja y asusta. Si el amor, como dice un amigo mío, es una cuestión de ser más profundo, tu ímpetu en quedarte en la superficie hace que rechaces aquello que precisamente estás buscando por medio del control y la virtud.

Atrévete a preguntar a ese niño que está dentro de ti, amargado y frustrado, cómo se siente. Tranquilízalo, ya eres mayor. Ahora puedes elegir tu vida, no hay que demostrarle nada a nadie, salvo a ti mismo. De hecho, ni siquiera eso. Atrévete a permitirte llorar, gritar, saltar, sentir el aire en tu rostro y en tu interior, a través de la respiración. Permítete aceptar que la vida no es perfecta, no debe serlo. Para cada circunstancia hay un observador y cada observador ajusta su realidad a lo que es y lo que conoce. La crítica y el juicio no sirven absolutamente para nada y además son lo opuesto de la comprensión. Si te dejas llevar, descubrirás que lo que te espera a la vuelta de la esquina no es un desastre, sino la alegría de saber que estás justo donde necesitas estar.

Por último, una recomendación homeopática: Arsenicum Album, te ayudará a no tener tanta ansiedad y a poder disfrutar de este maravilloso e imperfecto invento que denominamos Ser Humano.

Feliz quincena para tod@s

Os quiero


EDU

SIETE A SEIS: LA IRA

“Pasión del alma, que causa indignación y enojo” (RAE, 2001).

La palabra Pasión siempre me ha parecido pura y bella. Hacer las cosas con pasión las magnifica. Vivir con pasión es vivir intensamente. Poner pasión a todo lo que se hace lo engrandece.

Sin embargo, toda esa enormidad también puede volverse en contra y, sin lugar a dudas, una pasión que causa enojo debe ser algo inmensamente molesto y doloroso.

La ira es el pecado que más pena me da. Y el motivo es que creo que es el rey de los pecados que dañan por igual a pecador y víctima. La ira es el pecado masoquista por excelencia. Es el autopecado porque es el que más deterioro produce en el que peca.

Sentir ira adolece. Y, para colmo, va en aumento. Además, casi siempre, el sentimiento es injusto, aunque justificado. Las personas nos cargamos de ira cuando creemos tener la razón y no se nos comprende. A media que la irritación va en aumento, las partes contrarias se autodefienden más y la ira se incrementa. De esta forma, un sentimiento oscuro y destructivo se apodera de nosotros, nos arrastra, nos consume, nos inunda con su bajeza y nos enferma. Se trata de una enfermedad degradante y contaminante, que nos debilita y enturbia cada vez más. No vemos más allá de estas bajas pasiones.


(Imagen de: http://crecimiento-personal.innatia.com/c-como-controlar-la-ira/a-que-hay-detras-de-la-ira-3106.html)


La ira es cruel y deleznable. Pero más aún con la persona que la sufre. Es un alter ego que no sabe parase a sí mismo.

La ira te arrastra a su cueva y te devora en ella. Se queda tu corazón, tu cerebro y tu alma. Y cuando ya no quedan más que las tripas, las arroja a los perros.

Abandonado, en soledad, hambriento y desposeído de toda razón y lucidez… (Amigo, nunca caigas en sus garras. Sé más fuerte que ella).

La ira es la provocación de las mayores tonterías. Nos tira al pozo de cabeza y nos arrastra a hundir a quien más quisimos en el pasado.

Piensa en frío. Respira. Pasea. Y nunca te dejes invadir.

La ira es la estrecha línea entre la cordura y la locura.

Es humano enojarse y sentir indignación. Es tan humano como el resto de los pecados capitales. Y la humanidad lo vuelve casi lógico y, por tanto, menos pecado.

La ira que siento porque no estás conmigo cuando quiero, porque no eres exactamente como me gustaría. La ira buscando su defensa en que las cosas no marchan como creo que deberían. La ira por no soltar la cuerda que te ata. La ira es la rabia interior sacada al exterior, sin justificaciones y plagada de autodestrucción.

La ira es el pecado del amor pasado.

La ira es el pecado que pagaría por no sentir…


CADA.

LA BÚSQUEDA DEL PLACER

Escribir este artículo hoy, me ha resultado más complicado de lo habitual, por tanto la gula es un pecado con el que me siento identificado. Ya he repetido cada quince días que cada cual llevamos nuestro pecado a cuestas y claro, algún día tendría que tocar el mío.

Como muy bien señalaba CADA la semana pasada, la gula no tiene nada que ver con atracones indiscriminados, al menos, no lo define del todo. El problema fundamental de todo “glotón” que se precie es una pasión desmedida por el placer.

Esto, en principio, no debería ser algo malo. La cuestión empieza a complicarse cuando el deseo de placer es compulsivo. El glotón entonces, busca la novedad y sin querer cae en una espiral hedonista donde cada nueva aparición en su vida parece mucho mejor que la anterior. Consecuencias de una psique orientada a la intuición.

No es fácil ser un glotón, aunque claro, tampoco es fácil subsistir con cualquiera de las pasiones básicas. El glotón desarrolla su gula como demanda a un mundo que no le acogió del todo bien, unido a una alta capacidad para el lenguaje. Al fin y al cabo, un glotón come por la boca pero también vomita por el mismo sitio.

Es complicado comprometerse con uno mismo cuando uno busca constantemente llenarse, de comida, de bebida, de conocimientos, de amor...Cualquier excusa es válida para caer en la tentación y cualquier novedad es una tentación que tienes que ir sorteando por el camino. Quizá parezca complicado sentarse delante de un ordenador a decir que uno es narcisista, insaciable y en ocasiones, charlatán. Pero mucho peor es ser todas esas cosas y caer en la cuenta de que muchas veces las decisiones de tu vida no las has tomado tú, sino la pasión que late dentro de ti.

Tomar conciencia de quien eres, de la estructura de tu ser, no es un juego. Supone tener que mirar tu propio culo. Si añadimos que el trasero es la única parte de la anatomía que no es accesible a los ojos de uno, no queda más remedio que empezar a confiar en los demás cuando te informan sobre tu propia inmundicia y si quieres caer bien, como el glotón quiere, pues es difícil tapar tanta basura egoica, transformada en más de una ocasión en diarrea emocional.

Si tuviera que decir qué es lo peor de ser glotón, probablemente elegiría la labilidad afectiva, dependiendo de cada cual, será más o menos acusada, pero siempre aparece. En un momento estás eufórico y al siguiente no tanto, especialmente cuando los resultados no acompañan. Aquí hay un aprendizaje importante que todo glotón debe hacer en su busca de la felicidad: “El éxito o el fracaso están en el camino, no en la meta”. Para una persona gobernada por la gula, no hay posibilidad de fracaso y si hace falta, se lo inventa. No es que sean mentirosos patológicos, pero de alguna manera se ven forzados a maquillar la realidad, porque son incapaces de enfrentarse al fracaso y a la frustración. El deseo es tan grande que o consigo lo que quiero o me lo invento, no está mal como mecanismo de defensa, pero la realidad no tiene ninguna prisa en demostrarte una y otra vez que para conseguir lo que deseamos, es necesario esfuerzo, compromiso y una dosis de confianza.

Imagen de "El lobo de Wall Street"

La gula acelera y orienta hacia el futuro, de alguna forma es lógico pensar que si la realidad es algo que no quiero enfrentar, es muy posible que cuando las circunstancias varíen, también lo hagan mis sentimientos. Esto no es cierto, pero muy a menudo no es fácil entender cómo esta creencia se instala subrepticiamente en la vida de uno. Hay que fracasar bastantes veces, mirar agradecido a esos fracasos y tratar de extraer la conclusión de que la única felicidad que existe está aquí y ahora. El placer no es una promesa que se cumplirá con el próximo coche, la próxima casa o el próximo trabajo. Esto que para otro carácter es fácil de ver, para el glotón no lo es tanto. La cabeza del glotón está llena de ideas, de buenas ideas, no te creas. El problema es encontrar el tiempo y la energía para materializarlas. Así que parece que hay que perseguir siempre esa nueva idea en apariencia más genial que la anterior.

Esta facultad de la gula para enlazar una idea tras otra en un festival de intuiciones sorprendentes, es realmente muy divertida. Si tienes que elegir con quién irte de fiesta, elige un glotón. Te lo vas a pasar fenomenal. Si necesitas a alguien creativo en tu empresa, estás de suerte, el glotón es tu hombre o tu mujer. Si además de buenas ideas, necesitas trabajo duro, átale en corto. Y no te cortes en traerle de vuelta a casa, se va a despistar con facilidad.

La disciplina no es algo que vaya con la pasión de la gula. Si hay un refrán que se ajuste como un guante a este carácter es el de “deja para mañana lo que puedes hacer hoy”. Siempre habrá una buena excusa para solucionar ese aspecto práctico de la realidad y siempre habrá mil justificaciones buenas y válidas para convencerte, así que no te dejes engañar. Aunque al principio se enfade, luego esta persona te lo agradecerá.

Esta falta de disciplina no es sólo ante uno mismo, también hacia los demás. El glotón no se toma la vida demasiado en serio. Está aquí para disfrutar. Esto tiene mucho de bueno, porque la orientación al placer es precisamente la base de una vida plena y feliz. El problema es cuando se lleva al otro extremo, como he comentado más arriba. De un glotón no te lloverán muchas críticas, quizá se encabezone en alguna ocasión por algo sin importancia, pero es más un juego intelectual que una verdadera discusión.

No todo es malo en la vida del glotón, al estar orientado hacia el placer, también buscará complacer por el placer a aquellos que trata de seducir, si le añadimos a este cóctel una relativa indulgencia hacia tus problemas y una inteligencia bastante afinada, estar con un glotón es definitivamente una experiencia enriquecedora y placentera.

Amigo glotón, la vida no es sólo placer. También hay que pasar etapas de desierto, etapas de esfuerzo y etapas de dolor. No se puede vivir en la imaginación constantemente y aunque sé que te cuesta enfrentarte a esas etapas más duras de la vida también sé que cuando consigues realmente poner en práctica eso que siempre has soñado, sin dejarte atrapar por la maraña de grandes y nuevas ideas que te asaltan por el camino, la felicidad es mayor de lo que te puedas imaginar. Sé de lo que hablo, créeme.

El placer y el dolor son las dos caras de la misma moneda y ambas, están inscritas en el cuerpo. No podemos tener una sin arriesgarse a sufrir la otra, pero la vida es así, de momento, mientras el deseo nos gobierne. No es necesario cambiar, pero la próxima vez que tengas una idea genial, piensa en escribirla y posponer su satisfacción hasta alcanzar el logro que te traes actualmente entre manos. Este es el auténtico secreto para transformar tu vida en magia.

Un abrazo a tod@s y feliz quincena
Os quiero


EDU