SIETE A SEIS: LA IRA

“Pasión del alma, que causa indignación y enojo” (RAE, 2001).

La palabra Pasión siempre me ha parecido pura y bella. Hacer las cosas con pasión las magnifica. Vivir con pasión es vivir intensamente. Poner pasión a todo lo que se hace lo engrandece.

Sin embargo, toda esa enormidad también puede volverse en contra y, sin lugar a dudas, una pasión que causa enojo debe ser algo inmensamente molesto y doloroso.

La ira es el pecado que más pena me da. Y el motivo es que creo que es el rey de los pecados que dañan por igual a pecador y víctima. La ira es el pecado masoquista por excelencia. Es el autopecado porque es el que más deterioro produce en el que peca.

Sentir ira adolece. Y, para colmo, va en aumento. Además, casi siempre, el sentimiento es injusto, aunque justificado. Las personas nos cargamos de ira cuando creemos tener la razón y no se nos comprende. A media que la irritación va en aumento, las partes contrarias se autodefienden más y la ira se incrementa. De esta forma, un sentimiento oscuro y destructivo se apodera de nosotros, nos arrastra, nos consume, nos inunda con su bajeza y nos enferma. Se trata de una enfermedad degradante y contaminante, que nos debilita y enturbia cada vez más. No vemos más allá de estas bajas pasiones.


(Imagen de: http://crecimiento-personal.innatia.com/c-como-controlar-la-ira/a-que-hay-detras-de-la-ira-3106.html)


La ira es cruel y deleznable. Pero más aún con la persona que la sufre. Es un alter ego que no sabe parase a sí mismo.

La ira te arrastra a su cueva y te devora en ella. Se queda tu corazón, tu cerebro y tu alma. Y cuando ya no quedan más que las tripas, las arroja a los perros.

Abandonado, en soledad, hambriento y desposeído de toda razón y lucidez… (Amigo, nunca caigas en sus garras. Sé más fuerte que ella).

La ira es la provocación de las mayores tonterías. Nos tira al pozo de cabeza y nos arrastra a hundir a quien más quisimos en el pasado.

Piensa en frío. Respira. Pasea. Y nunca te dejes invadir.

La ira es la estrecha línea entre la cordura y la locura.

Es humano enojarse y sentir indignación. Es tan humano como el resto de los pecados capitales. Y la humanidad lo vuelve casi lógico y, por tanto, menos pecado.

La ira que siento porque no estás conmigo cuando quiero, porque no eres exactamente como me gustaría. La ira buscando su defensa en que las cosas no marchan como creo que deberían. La ira por no soltar la cuerda que te ata. La ira es la rabia interior sacada al exterior, sin justificaciones y plagada de autodestrucción.

La ira es el pecado del amor pasado.

La ira es el pecado que pagaría por no sentir…


CADA.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el articulo Cada. Estoy completamente de acuerdo, a mi tambien es una de las cosas que menos me gusta sentir. Pero cuando me abro a sentirla por completo (sin necesidad quizás de expresarla) y la acepto y la abrazo siento que es cuando me muestra la verdadera naturaleza que lleva debajo. Cuando hago esto, justo debajo de mi ira encuentro mi tristeza. Y después de sentir mi tristeza, encuentro mi paz. Asi que la mejor manera de no sentir ira es probablemente...abrirme a sentirla y aceptarla en su totalidad. En eso estoy! Un gran abrazo.

    ResponderEliminar