INCONFORMISTA POR NATURALEZA

Nos pasamos la vida haciéndonos preguntas sobre el por qué de las cosas. La curiosidad humana es existencialista. Necesitamos saber, precisamos auto-satisfacernos y, sobre todo, darnos explicaciones que encajen en nuestra lógica.
Nos ponemos objetivos a corto, medio y largo plazo. Algunos están abocados a cumplirse y otros, jamás estarán a nuestro alcance.
Nos levantamos cada día con metas, aunque ni siquiera nos percatemos de ellas. Cada momento de nuestra vida secunda un foco de interés, una finalidad.
A veces, el problema reside en pensar demasiado. Entonces, uno se para un momento, deja de escuchar a su cerebro y actúa. Esa actuación está movida por un instinto mayor. Y, en ocasiones, funciona. Es como si la inteligencia intuitiva se hubiese levantado de golpe. La sensación final lo llena todo de satisfacción. Pero… ¿Cuánto dura esa emoción?
Cuando decidimos pasarlo bien un rato y olvidarnos de todo, ¿no estamos distrayendo a nuestro cerebro para que no piense? Cada día necesitamos entretener a nuestra mente para no volvernos locos en un mundo interior que sólo busca auto-complacencia y porqués existencialistas.

Para la mayoría parece fácil ir por ahí con el automático puesto. Están en un sinfín de tareas y las van completando sin más. La gente se marca objetivos que, de alguna manera, son realizables. En general, cada uno parece admitir su condición y, sobre todo, aceptar que, en esta vida, no se puede tener todo.
¿No se puede?
Cuando uno vive creyendo, de alguna manera, que sí puede tenerse todo, comienza el inconformismo sin límites. Sin duda, vivir esa situación es agotador porque se aspira a más en cualquier aspecto: más lujo, más comodidad, más conocimiento, más inteligencia, más actividad.
En el fondo se sabe que no se puede, pero no quieres creértelo. ¿Por qué no? Si está en mi cabeza y puedo darle forma, es posible.
Lo negativo reside en tres aspectos fundamentales. El primero, que no te da la vida para tanto. Alcanzar lo inalcanzable conlleva demasiados esfuerzos y mucho tiempo. El segundo, que nunca estás satisfecho contigo mismo. La inconformidad absoluta es un problema para con uno y crea discusiones de auto-yo terribles. No hay freno. Todo va siempre cuesta abajo y a toda velocidad. El último aspecto es el peor de todos: nadie te comprende.
Asumido que se trata de un bucle en el que no hay solución, sólo puede hacerse una cosa: cuando no se conocen las respuestas, lo mejor es no hacerse preguntas.
Sería bueno aceptar que cada uno es como es. ¿Por qué nos empeñamos en cambiar a las personas de nuestro alrededor en lugar de aprender a aceptarlas? A veces es difícil y muchas otras sólo pretendemos entender. He aquí la segunda máxima: no trates de comprender, sólo de aprehender.
Y para todos aquellos que vagan por ahí preguntándose por qué soy un inconformista por naturaleza, que les quede el consuelo de que su inconformismo les puede hacer crecer y su crecimiento es el motor del mundo para muchos otros…
CADA.

4 comentarios:

  1. En mi molesta opinión, porque las respuestas insatisfechas pesan sobre el ánimo...

    ResponderEliminar
  2. Completamente de acuerdo...

    CADA

    ResponderEliminar
  3. Para mí se trata de un problema flagrante de falta de valor, no de conformismo. La distancia entre un concepto y otro es abismal... ¿no os parece?

    ResponderEliminar
  4. Estimado Falaz,

    Ante todo, gracias por tu comentario. Me ha dado qué pensar durante un par de días. Igual sería bueno que me proponga escribir algo sobre la falta de valor; especialmente si se relaciona con la toma de grandes decisiones...

    Ahora bien, si la pregunta es hasta dónde llega el inconformismo de una persona o hasta dónde se trata, en realidad, de falta de valor, no puedo estar segura. Sin duda, habrá gente para todo. Pero si lo llevamos al plano en el que se asienta el post, podemos pensar que un inconformista por naturaleza podría temer dar grandes pasos porque quizá tenga miedo de que al darlos se siga sintiendo inconformista...

    Es decir, ¿se puede tener el valor de cambiarlo todo a pesar de poder creer que uno vaya a sentirse igual después de todo?

    Un saludo afectuoso,

    CADA.

    ResponderEliminar