En una sola jornada vivimos un montón de incomodidades que son constantes y están destinadas a repetirse un día tras otro sin que podamos escapar de ellas.
Hoy me he percatado de que esas incomodidades nos hacen perder un valioso tiempo.
Estoy hablando de aspectos que no podemos mejorar ni de los que logramos escapar. Es más, por mucho que me esfuerce, forman parte de una especie de proceso oscuro que vela contra los intereses personales. Y, para colmo de males, cuanta más prisa tengas, más confabulaciones de estas incomodidades se volverán en tu contra.
Así pues no me refiero a cuando vas a tirar del rollo de papel de baño y descubres que no hay, ni a cuando vas a ponerte un café y se te ha terminado la leche, o cuando buscas tu blusa preferida y está para lavar.
Quiero destacar las controversias sobre las que no podemos intervenir y que, aunque sean muy pequeñitas y banales, juegan en nuestra contra.
(Imagen de: es.123rf.com)
La primera del día suele tener que ver con el ascensor. Justo cuando más prisa tienes está en la otra punta. Lo llamas y, precisamente, un piso por debajo de ti te lo roban y vuelve para abajo. Te desesperas y lo vuelves a llamar. Está subiendo. Caes en la cuenta de que te has olvidado la llave del coche dentro. Tienes tiempo de sobra mientras el maldito ascensor regresa. Entras de nuevo en casa, coges la llave mientras oyes la puerta del ascensor abrirse. Sales cuando se está cerrando. Metes el pie entre la puerta y el cerco, pero no eres lo bastante rápido. Se cierra y, obviamente, se marcha. ¡Vuelta a llamar! Cuando por fin estás dentro puedes computar la pérdida de tiempo total en 3 minutos.
En segundo lugar, el transporte en el que te muevas es lo de menos. Nunca será la nave del Capitán Spock. Olvídalo, no puedes transpolarte. Así que si vas en metro éste se parará entre estaciones o llegará tarde o estará demasiado lleno. Si vas en autobús o coche el tráfico volverá a comerte los nervios. Creo que podemos contabilizar la pérdida total de tiempo, por este aspecto, en unos 10 minutos.
El resto de las incomodidades del día oscilarán dependiendo de las actividades que realices. Por ejemplo, si vas a algún organismo oficial, nunca te habrás situado a la primera en la ventanilla adecuada; lo cual te obligará a sacar un nuevo número y hacer otra cola. Si sales a comer a un restaurante, tendrás que esperar a que te den la mesa aunque hayas reservado previamente. Si entras en un supermercado, habrá cola en la caja. Si vas con el coche a un recado rápido, no habrá sitio ni en doble fila. Si vas muy justo de tiempo, cuando llegues habrán cerrado. Todas estas cuestiones te habrán supuesto una pérdida de entre 1 y 2 horas.
Al final de la tarde llegas a casa en estado de agotamiento extremo. Te duele la cabeza. Sacas una caja de paracetamol y la abres, como ya sabes de antemano, por la parte del prospecto. Vuelta a cerrar y abrir por otro sitio. ¡Qué incómodo! 25 segundos extras… Al mismo tiempo que piensas que mañana tendrás que hacer una nueva llave del portal, puesto que la tuya gira con dificultades y te cuesta 1 minuto abrir, observas el bote de gel casi vacío y que te obligará a perder otros 10 segundos dándole golpes para que caiga el preciado líquido. Obviamente, el tubo de pasta de dientes ha vuelto a ser apretado por donde no se debía y tardarás más de lo debido en depositarla sobre tu cepillo.
¡Hasta para ir a la cama necesitamos tiempo suficiente! Hoy hace calor, conviene retirar la colcha…
Quizá podamos computar un total de 2 horas y media perdidas en absurdeces en la jornada de hoy. Más de dos horas desperdiciadas y, para colmo, en cosas que me han incomodado hasta el punto de estresarme.
Hoy en día, uno de los valores más preciados es el tiempo. Tal y como se cita en la película “La máquina del tiempo”, Todos tenemos una particular máquina del tiempo: los sueños para viajar al futuro y los recuerdos para viajar al pasado.
¿Hay alguien que quiera detener diariamente, durante dos horas y media, su viaje?
Rentabilizar lo que podáis y, sobre todo, disfrutarlo…
CADA.
Genial CADA!! Un toque de humor siempre es necesario, ahora al menos cuando estemos desperdiciando nuestro tiempo entre los humos del tráfico, lo haremos con una sonrisa...¿Qué me dices de las actualizaciones automáticas del ordenador con reinicio incluído?¿De la dependiente que sólo te habla cuando tienes prisa y los demás días es una borde?¿De la llamada telefónica inoportuna?Bueno, de las llamadas telefónicas inoportunas puedes hacer otro post, seguro...Un abrazo
ResponderEliminar¡Es cierto!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarCómo no había caído antes en el maldito ordenador!!
JAJAJA
Tendrás tu post de llamadas inoportunas, te lo garantizo!
Gracias por leer. Feliz fin de semana,
CADA