TRANSICIONES VITALES (II): VENTANAS ABIERTAS

Lo prometido es deuda…Si el otro día escribía sobre la necesidad de cerrar las puertas que quedan atrás, hoy nos toca escribir sobre la maravillosa experiencia de abrirlas.
Tengo un amigo que me respondería que su problema no es abrir puertas, sino encontrar puertas para abrir. Y he aquí el primer consejo, la vida está cuajada de segundas, terceras, cuartas…oportunidades. Conclusión: No tengas prisa. No podemos hacer que una planta crezca más deprisa por el mero hecho de tirar del tallo, pero si cuidamos de ella, la regamos, abonamos y hacemos que tenga la necesaria luz, un día, quizá cuando menos te lo esperas, nos sorprenderá con una hermosa flor.

Más allá de la metáfora botánica, el día a día está lleno de ocasiones para cuidarnos a nosotros mismos, que es de lo que se trata. Si estamos a gusto en nuestro cuerpo y nuestra mente al final somos como un imán que atrae las personas y situaciones que soñamos. Ojos abiertos y corazón despierto. Nunca sabemos donde puede estar aquello que tanto anhelamos o como la situación actual puede ayudarnos a conseguir nuestras más ambiciosas metas.
Un error frecuente de las personas que cierran una puerta y que por lo tanto deben abrir otras, es enrocarse en los hábitos creados y mantenidos de la anterior situación. Como suele decirse, a rey muerto, rey puesto. Traducido al tema que nos ocupa, quiere decir que debemos buscar nuevas rutinas, conquistar nuevos espacios, saludar nuevos amaneceres. Quizá sea el momento de ir al cine para ver esas películas que antes no veías, en la cola del cine habrá cientos de personas con algo en común. Puede ser la ocasión para retomar esa afición olvidada, tal como escribir, tocar la guitarra o simplemente acercarse al gimnasio. Frecuentar espacios donde hay gente con aficiones parecidas puede ser la mejor oportunidad para conocer personas afines y en cualquier caso, siempre será divertido.

La misma prisa que nos embriaga habitualmente puede ser nuestra peor consejera. Muchas veces conocemos una persona interesante, una empresa motivadora o un lugar que nos atrae y empezamos a querer tener organizada nuestra vida a la voz de ya. Vivir en un mundo marcado y dominado por el tiempo y los horarios no ayuda demasiado. Pretendemos continuar la falacia de que podemos controlar todos y cada uno de los aspectos que nos influyen, lo cual es radicalmente falso. Por eso enseguida hacemos planes y pensamos que podemos estar ante nuestra media naranja, la empresa de mis sueños o la ciudad que me verá morir. Dejemos que el mundo se vaya desplegando ante nosotros, como la flor de nuestro ejemplo. Permitamos que la vida sea vida, sin imponerle las cortapisas de nuestros miedos.


Precisamente el miedo es otro de los obstáculos que nos impiden abrir las ventanas del alma y que pueda entrar a raudales el renovado aire de nuestra existencia. El miedo es un animal feroz que adopta muchas caras. Durante las transiciones la cara suele ser la del miedo al fracaso. Muchas veces una ruptura (no sólo las sentimentales, se entiende) nos deja la sensación de que hemos fracasado, que nuestros sueños no se han cumplido y que hemos decepcionado a las personas que  nos aprecian (si hemos seguido algunos de nuestros consejos sobre cómo cerrar puertas, estas sensaciones pueden ser menos intensas). Por eso, tememos volver a cometer los mismos errores, preferimos quedarnos agarrados a lo conocido, porque la marca del clavo ardiendo resulta más llevadera que el abismo a nuestros pies. Sin embargo el abismo es exclusivamente visual, si conseguimos hacer acopio de las fuerzas necesarias para abrir la mano, descubriremos que la pared está llena de salientes maravillosos, que nos llevarán sanos y salvos hasta el lecho del acantilado.

Detengámonos un momento para observar el estado de la cuestión: ayer éramos una persona probablemente triste, que estaba despidiéndose de una determinada situación, aferrada a rutinas cómodas pero que no nos hacían felices, con cierta sensación de sentirnos atrapados en nuestra propia vida. Hoy somos una persona con ilusiones renovadas, estableciendo rutinas y procesos que nos hacen sentirnos más a gusto, una persona que disfruta de las cosas según vienen sin tratar de decidir demasiado pronto cuál es el paso de mañana, una persona sin miedo a caer, puesto que sabe que puede volver a levantarse, aprendiendo del tropiezo…No está mal para empezar.

En esta situación de búsqueda e integración, es mucho más fácil resultar más atractivo e influyente, ya estemos hablando de una relación o de una entrevista de trabajo. Un día conoceremos esa persona que nos haga vibrar de una manera especial, sentiremos la melodía del universo resonando en las cuerdas de nuestra propia coherencia, responderemos con la alegría verdadera y sincera de quien sabe de dónde viene, a dónde va y por dónde quiere caminar. Estableceremos nuestros propios sueños y seremos responsables de nuestros propios pasos.

Si hace un momento hablábamos del miedo, no podía cerrar este post sin recomendaros que os atreváis a soñar, puesto que el sueño es el mejor antídoto para acabar con la pereza. No importa cuán alto soñemos, atrevámonos a subir al cielo, siempre y cuando dibujemos con los ojos de la mente los peldaños que nos impulsen. En cierta ocasión, precisamente durante unas de mis etapas de transición, me dieron un consejo que suele ayudarme a soñar, era el siguiente: “Un río ancho puede cruzarse por un puente, pero los ladrillos hay que ponerlos poco a poco”. No sabemos si terminaremos cruzando, pero si disfrutamos de cada uno de los ladrillos que ponemos, quizá nos sorprendamos en mitad del río, satisfechos y orgullosos del camino recorrido.

La vida está llena de oportunidades, encontrarlas es cuestión de tiempo, disfrutarlas es cuestión de ciencia. Espero que os dejéis empapar con toda la fuerza de la existencia, sin prejuicios, sin reservas, sin miedos ni frustraciones. La cabeza alta y el pecho henchido de orgullo por uno mismo son el mejor tratamiento ante los reveses de la vida, puesto que como las meigas, es indudable que haberlos, háylos,  más vale saber efrentálos.

EDU

PD.- La foto está publicada en tepuedodecirunacosa.blogspot.com (extraída de Google).

3 comentarios:

  1. simplemente genial, soñar es gratis, y ademas es muy reconfortante, vale la pena vivir soñando y luchar por alcanzar nuestros sueños, post super motivador y alentador, felicidades Edu. Besos educados

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  2. ojalá fuera tan fáci abrir ventanas Edu. Pero gracias por tus consejos

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  3. Yo creo que la vida es fácil, lástima que muchas veces pueda más lo que los demás dicen que es bueno para nosotros que lo que nos dice nuestro propio interior. Recuerda que el miedo a veces no te deja ver, ¡FUERA MIEDOS! y ojalá te ayude a ser un poco más feliz. EDU

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