¡Hola a todo el mundo un lunes más! A pesar de ser festivo, voy a cumplir con mi post semanal. Esta vez, quiero corresponder a vuestra sugerencia y hablaré del tema que alguien me ha propuesto. Ya sabéis que a través del mail, del facebook o incluso con vuestros comentarios podéis hacernos tanto a Edu como a mí sugerencias de temas que os gustaría que tratásemos.
Pues bien, el tema de hoy es adecuado para todos/as aquellos/as que se hayan levantado con la resaca de la marcha de ayer…
Todo el mundo debe salir “de marcha” de vez en cuando. Entendamos esa salida como la clásica en la que se va a “ligar”. Creo que es bueno hacerlo aunque sólo sea con el propósito de averiguar si aún se “está en el mercado”. Pongámonos en situación: un grupo de amigas deciden quedar el sábado noche para salir de bares. Los comentarios de ellas cuando van por la calle al inicio de la ronda son:
- ¡Hoy cerramos los bares! Que nadie se vaya antes del amanecer…
- Beberemos copas, eh? Nada de refrescos que para eso he venido en taxi…
- Si alguna conoce a un “tío” interesante las demás animamos; sin rencor.
En ocasiones, al final de la noche se sitúan en un cruce en busca de un taxi y entre risas comentarán:
- ¡Qué tarde es! Mañana no habrá quien me levante y me toca guardia en el trabajo…
- No tenía que haber bebido, tengo un dolor de cabeza…
- Vaya “tío” más plasta; no conseguía quitármelo de encima.
¿Qué ha pasado durante esas horas?
Sencillo. Se trata de la diferencia de interpretaciones. Esto nos pasa por tener expectativas muy altas antes de salir. Cuando se decide emprender una marcha nocturna hay que tener claros los riesgos y los objetivos. El objetivo puede ser variado e ir desde simplemente estar con amigos de copas a acabar la noche en la cama de algún desconocido del que no sabes ni el nombre.
Una vez delimitados los objetivos empieza el juego. Cuando estás inmerso en la partida puedes no darte cuenta de la cantidad de absurdos que se producen. Vamos, que menos mal que nos hemos prometido no hablar de esto en el trabajo el lunes, que si no fijo que me echan a patadas…
Y empiezan los clásicos… Ya se sabe, el pobre desesperado que necesita “comer” a toda costa. A mi modo de entender hay cuatro clases de desesperados nocturnos: el feo pesado, el feo gracioso, el guapo pesado y el guapo al que en mitad de la noche le vas a decir que se calle para que no estropee la maravillosa historia idílica que te has montado en la cabeza. Guapos, listos, simpáticos y con un diálogo adecuado existen, pero no están categorizados porque lógicamente no van a intentar nada contigo. Eres tú la que buscas desesperádamente preguntándote dónde se han metido los mejores!?!?
Total, que hay que decidir entre las otras cuatro categorías y eso es una simple cuestión de gustos. Pero claro, al feo pesado te va a tocar aguantarle en algún punto de la noche sí o sí. Acerca de la cantidad de frases estúpidas que estos tipos suelen utilizar creo que hay hasta diccionarios. Sin ir más lejos, a mi misma el sábado pasado, me dijeron una de las típicas que te ponen los pelos del brazo de punta. Dijo: “perdóname por haber irrumpido en tus sueños durante tanto tiempo”. Claro, luego dicen que las “tías” somos bordes. Pero la respuesta obligada es “En mis sueños? Será en mis pesadillas!” Si es que te lo ponen en bandeja…
Chicos, para lograr el objetivo es fundamental ser simpático!! Pero no cansino… Y si véis que no hay nada que hacer, es mejor no seguir perdiendo el tiempo…
Al final de la noche lo más probable es que aunque habías apostado por una Harley acabes con una Vespino. No pasa nada. Las experiencias son fundamentales. Es necesario acumularlas. Le doy un punto positivo a todo aquel o aquella que tiene el valor de ponerse como objetivo salir sólo a saciar sed y prometerse no pedir ni el número de móvil. Es una forma de hacerse valer a uno mismo, eso sí, sin abusar de este sistema para no acabar siendo un vampiro que termine por no poder ni ver la luz del sol y no sepa relacionarse con normalidad en sociedad.
Y como siempre, por desgracia, las diferencias de interpretaciones son claras entre ambos sexos. Mientras los hombres saldrán a darlo todo en aras de conseguir acumular triunfos, las mujeres serán mucho más selectas y complicadas en el juego. Esta es una de las razones que ha llevado a gente del mismo sexo a jugar. Los objetivos se simplifican entre los de mi misma condición, jajja.
Y para que Edu no me regañe por no hacer de mi post de hoy alguna enseñanza buena para liberar nuestro espíritu voy a acabar con una frase para dignificarnos:
No importa cómo, dónde o con quién termine tu noche de cacería, lo verdaderamente importante es que no te levantes con la sensación incómoda de haberla desperdiciado…
CADA
CADA
Es “ley de Murphy”, cuando un@ sale a comerse la noche sí o sí, al final acabas aburrido y de camino a casa pensando “con lo a gusto que estaba yo en casita, quien me mandaría a mi…” Lo mejor es salir sin pensar que va a ser una noche fantástica, que es la noche perfecta para darlo todo, etc. Por regla general cuando sales sin ningún objetivo claro, sin pensar en mucho más que en despejarnos un poco, esas noches son las mejores. Por otra parte, si alguna conoce el escondrijo donde se meten los denominados “los mejores”, porfi que sea buena y comparta la información, porque yo no los encuentro!! jeje...
ResponderEliminarNo podría estar más de acuerdo contigo, querid@ amig@ anónim@. Lo peor de las expectativas es que quieres cumplirlas y ahí llegan las frustraciones y los intentos de "forzar" situaciones que no nos dejan ser nosotros mismos. En la situación que tan cómicamente nos cuenta CADA, esto es un error tan frecuente como garrafal. Por cierto, "los mejores" no se esconden en ningún escondrijo, sólo creo que son tímidillos...así que chicas, atreveos a dar también el "primer paso", jejeje
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