EL MÁGICO FENÓMENO DE LA GENEROSIDAD

¿Cuántas veces os habéis preguntado cuál es el secreto de la felicidad?¿Qué hace que algunas personas se levanten por la mañana con una sonrisa?

La respuesta no es sencilla ni mucho menos simple. Observando a muchas de estas personas podemos aprender de ellas y una de las lecciones que pueden darnos es que la felicidad es un producto de la generosidad con la que uno vive su vida.

Particularmente, la generosidad es el punto opuesto del apego, es la actitud que me permite soltar las circunstancias con la confianza necesaria como para no sentirme unido a ellas.
Hay un ejemplo maravilloso de esto en la filosofía oriental: Un maestro estaba preocupado por su alumno, puesto que observaba que no avanzaba en su crecimiento individual. Cierto día, después de una sesión especialmente complicada, el maestro se sentó con su aprendiz. Estaban sentados frente a frente. El maestro llevaba un saquito repleto de arroz. Mirando con ternura a su discípulo, le pidió que intentara coger la mayor cantidad de arroz posible con una mano, sin derramar nada. El alumno hundió su mano en el saquito y extrajo la mano cerrada en un puño, concentrado para que no cayera ni un solo grano. Al cabo de pocos segundos, sus nudillos estaban blancos por el esfuerzo y las gotas de sudor perlaban su cara, por más que intentaba retener el cereal, los granitos se escabullían como agua. De pronto, el maestro cogió las manos de su aprendiz, les dio la vuelta de forma que las palmas miraran hacia arriba y sin decir palabra, empezó a vaciar el saco sobre ellas.

Como todos los cuentos orientales, cada cual puede sacar sus propias conclusiones. Pero para mí esta parábola siempre ha sido un ejemplo tierno y maravilloso de generosidad. Cuando nos aferramos a algo con fuerza casi siempre nos damos cuenta de que el esfuerzo no sirve para nada, es más, en numerosas ocasiones el empeño en conseguir algo es inversamente proporcional al tiempo que permanece con nosotros, da lo mismo que estemos hablando de algo material o inmaterial.


La palabra generosidad resuena en los oídos como una especie de sacrificio por el cual tengo que desprenderme de algo mío para dárselo a otro. Quizá si observamos un poco más profundamente tenemos que redefinir lo que consideramos nuestro, frente a lo que es de los demás. Cuando nos escudamos en un falso sentido de propiedad nos parece legítimo pensar que lo nuestro nos pertenece de manera exclusiva, sin embargo, muchos de los recursos que consideramos propios no son sino consecuencia del trabajo o esfuerzo de muchos otros, aunque en la mayoría de los casos no nos atrevamos a reconocer este hecho.
¿Cómo puedo llamar mío a mi salario cuando el 25% de la población amontona el 75% de los recursos?¿Cómo puedo considerar justo el hecho de que un recurso como el agua, imprescindible para la vida, se despilfarre en ciertas zonas del planeta mientras otros mueren literalmente de sed?

Pero más allá del concepto de solidaridad, la generosidad se asienta en la actitud de dar y recibir con desprendimiento. No estoy abogando por una vida sin lujos o marcada dentro de la pobreza material. Lo que quiero decir es que la persona generosa entiende que las cosas de este mundo son marchitas y perecederas. Todo lo que llega debe marcharse en algún momento puesto que ésta es la única característica realmente determinante de la vida humana: La inexorable marcha del tiempo. Cuando acepto que las cosas terminan pasando, también soy capaz de vivir en ellas sin miedo, libre del temor a la pérdida, puesto que aceptar el “adiós” es en sí misma una forma de generosidad.

El generoso es feliz porque realmente se relaciona con los objetos, las personas y las circunstancias. ¿Cuántas veces os habéis sorprendido al daros cuenta de que ese día soñado pasó casi sin ser conscientes de él? Preparamos las fiestas, fantaseamos las relaciones, imaginamos las mil y una variaciones de un problema. Sin embargo, cuando la fiesta pasa, el corazón reseco sólo aguarda el falso licor de otra época venidera, escudado en el estribillo del “no fue tan bueno como creía”. La generosidad nos alerta y otorga la virtud de la presencia. Cuando todo es mutable, la única opción verdaderamente coherente es mirar la realidad tal cual es y no tal cual me gustaría. Estar aquí y ahora, instante tras instante, empapado del momento que me ha tocado vivir, ya sea amargo o dulce.

Si el cambio es lo único inmutable, ¿qué más da donar o esperar que me lo quiten?. Si mi vida no es más que una piedra bañada por una corriente perenne, el agua es un don que me refresca, pero que no puedo apresar. Además, cuando la roca se empecina en mantener el agua en su poder, se estanca y vuelve putrefacta, perdiendo así toda cualidad que la hiciera deseable.

Pensad seriamente en vuestra vida, en todas aquellas personas, situaciones, momentos, posesiones que un día amamos y al siguiente no eran más que un borroso recuerdo. El desprendimiento es una virtud que podemos educar a cada instante, las palmas abiertas son la clave para dejar que el oro llene nuestras vidas, derrochándose además en cuantos la compartan con nosotros. Si no hay diferencia entre tú y yo, tampoco hay diferencia entre lo mío y lo tuyo. Así pues, dejemos que la abundancia nos inunde y seamos lo suficientemente generosos como para ser conscientes de que todo en esta vida y no sólo el amor, se multiplica cuanto más lo reparto.

Un abrazo y que seáis generosos con vuestros comentarios.

EDU

4 comentarios:

  1. Me parece maravillosa la vision de generosidad que contemplas en el post, e imagino la que afrontas en tu vida, dar sin esperar nada a cambio, esperar en la vida con las manos abiertas y abrirle las manos al mundo para que no se aferren a algo, abre las manos y podras dar y recibir infinitamente mas, bella filosofia para divulgar y para llevar a cabo, enhorabuena Edu, besos educados

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  2. esto.......Cada es infinitamente mas maja y contesta a sus fans.....jajajaja, besitos educaditos

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  3. Muchas gracias por tu comentario (y perdona por no contestar antes). Cuando eres capaz de estar lo que tienes sin dejarte llevar por los trucos de la mente es mucho más fácil simplemente disfrutar de todo lo bueno que hay alrededor.EDU

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  4. EN ESE CASO EDU, APROVECHA TODO LO BUENO QUE TIENES A TU ALREDEDOR, INCLUSO SI ESTA UN POKITO MAS LEJOS, ENCUENTRA Y DISFRUTA, Y SOBRE TODO...........................VIVE DE LA FORMA EN QUE QUIERAS VIVIR, BESOS EDUCADOS

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