Lo primero que hay que tener en cuenta cuando pensamos en la estrategia pedagógica más adecuada es la edad de niño/a al que se refiere. Como es lógico, no podemos utilizar las mismas estrategias a los dos años que a los quince.
En segundo lugar, debemos pensar en qué conducta deseamos modificar y, mucho más importante, si es necesaria la modificación de esa conducta; es decir, si estamos seguros de querer que el niño o la niña cambie en ese aspecto. Me explico un poco mejor: que una conducta nos moleste no quiere decir que no sea adecuada. Es más, quizá hay demasiadas conductas molestas y eso hará necesario priorizar cuáles exactamente debemos modificar. En este sentido, el ejemplo más clásico tiene que ver con la explosión de rabietas entre los 18 meses y los 2 años y medio. Si nos percatamos bien de la situación, en este período podemos pasarnos el día diciéndole al niño la palabra NO. No te subas al sofá con los zapatos, No escupas la comida, No saltes en la cama, No muerdas, No tires los juguetes al suelo, No te pongas ahí que te haces daño… Al final del día, lo único que sale de nuestra boca es NO. En la cabeza del niño hay tantos noes que es incapaz de conferirles valor. Por esta razón, debemos aplaudirle los aciertos y evitar aquellos NO que carezcan de importancia al menos, por el momento.
(Imagen de: listas.20minutos.es)
Si decidiésemos, por tanto, hablar hoy de todas las estrategias pedagógicas aplicables a la conducta infantil, este sería el post más largo de la historia. Como imagino que lo que queréis es unas pequeñas “recetas” que nos saquen del apuro ocasional, me parecía buena idea listar, a continuación, las estrategias más relevantes que pueden aplicarse de forma general y en casos comunes. Si, a partir de aquí, a alguien se le plantean dudas, no tiene más que comentar lo que desee.
- El comportamiento infantil se adapta a las expectativas que tenemos los adultos. Etiquetar de “travieso” puede convertir en “travieso”
- Las metas del adulto deben ser: entender, observar, comprender y escuchar
- Deben darse pautas firmes
- Es necesario confiar en él o ella y demostrar tal confianza
- Papá y mamá tienen que trabajar como un equipo unido infranqueable. Si no están de acuerdo en algo, que no lo hablen delante del niño/a
- Propiciar respeto mutuo utilizando por favor y gracias con los niños
- Racionar el uno de la palabra NO para que no sea excesivo
- Las normas deben ser claras y estar expuestas de antemano. Es conveniente razonarlas, no imponerlas. Algunas, incluso pueden negociarse en conjunto
- Evitar regañar en público
- Aumentar gradualmente las responsabilidades del niño y su capacidad de toma de decisiones
- Antes de actuar, mantener la calma, observar la conducta del niño y pensar dos veces la decisión a tomar
- Debemos ganar la confianza del niño para lograr que nos haga caso
- Es necesario dedicar tiempo a estar con el niño o la niña. Ese tiempo no debe ser sólo el biológico. Hay que jugar!!
- Las conductas positivas deben premiarse. Los comportamientos molestos pueden obviarse. De esta forma desviaremos la atención hacia comportamientos que resultan llamativos de forma positiva
- No olvidar nunca que todo el mundo tiene obligaciones, pero también derechos
- La organización y el orden son necesarios en el mundo infantil
- Tener claros los límites, las normas de convivencia y el papel de cada uno
- Transmitir alegría y actitudes positivas
- Evitar la agresividad y los gritos. No podemos enseñar a dejar de pegar pegando
- Es mejor prevenir las posibles conductas conflictivas que tener que interrumpirlas
- Ante las rabietas, actuar con indiferencia. Si se le aparta hasta que se le pase, debe ser en un lugar neutro, como un pasillo. Decirle que sabemos que quiere portarse bien y que le vamos a dejar ahí para que lo piense y que puede venir cuando se calme
- Hablar en positivo: me gustaría que, en lugar de: no hagas
- El amor debe darse sin límites
- En relación a la alimentación, hay muchas otras estrategias que pueden ayudarnos. Por ejemplo, esperar a que tenga hambre para ponerle la comida. Fijar un tiempo y retirarla sin más pasado ese período. No regañar para no convertir comer en un hecho traumático. No demostrar que estamos dispuestos a todo con tal de que coma. Demostrar indiferencia.
- Para la hora de dormir, es necesario confiar en que puede hacerlo solo. No dejar que se duerma en el sofá u otros lugares. Establecer rutinas horarias y pautas acordes. Permitirle que cree sus propias estrategias para conciliar el sueño: escuchar música, dormir con su osito, etc…
En términos generales, es necesaria la PACIENCIA. Ser pacientes y saber esperar son las mejores armas. Nuestra actitud positiva y el deseo de amar sin límites podrán con todo. Los cambios conductuales no se producen con una varita mágica; tienen su propio ritmo.
Aplicando las pautas, se recogerán los logros. No es cosa de un día ni dos, pero, al fin y al cabo, se trata de educar y eso lleva su tiempo…
CADA