LA VIDA ES UN LUGAR HERMOSO QUE HABITAR

La vida es un lugar hermoso que habitar. Claro que probablemente me digáis que eso depende, depende de las circunstancias, de lo que tenemos, de los objetos (materiales o no) que atesoramos… Pero si nos sentamos a solas con nosotros mismos, siendo honestos con nuestros sentimientos, no quedará más remedio que admitir que, realmente, hay muy pocas cosas que necesitamos para ser felices. De hecho, no necesitamos nada. Hace tiempo escribí sobre que la felicidad es una elección. Cuando elijo ser feliz, ya lo soy. Suena simple. Pero es que la vida es sencilla.
¿Por qué entonces tenemos la experiencia de la complejidad? ¿Por qué sentimos que la alegría es el final de un proceso arduo de duro trabajo? ¿Por qué la sensación de que esos instantes de felicidad no son más que oasis en medio de una inmensa estepa de insatisfacción generalizada?
La respuesta es bastante más simple que la pregunta: Porque vivir, lo que se dice vivir, vivimos pocas veces, esos oasis de felicidad son en realidad los pocos momentos de existencia que nos concedemos, ni más ni menos.
¿Y qué es lo que hago entonces? Pues habitualmente confundimos la experiencia de la vida con pensar la vida. Quizá quede más claro con un ejemplo: Estoy en el trabajo, pero pensando en lo hermoso que sería caminar por las sendas cargadas de hojas caducas, disfrutando los matices mostaza del otoño. Termino de trabajar, cojo el coche y me voy el sábado a disfrutar de ese idílico paseo, pensando en que esa noche voy a ir a cenar con los amigos y lo bien que lo pasaremos, para cenar con ellos y pensar en lo a gusto que estaría si esa chica morena que me mira desde el otro lado de la barra estuviera a dos centímetros escasos de mí…y así, sucesivamente.

(Imagen de: elinteriorsecreto.blogspot.com)

¿Cuál es el problema? El problema es que todo esto forma parte de la mente y la mente trabaja con conceptos, significados y símbolos. Y peor aún, también trabaja con categorías. Para eso evolucionó, para poder adaptarse a las situaciones sin tener que aprender cada día. Esta categorización, que es una herramienta maravillosa, me ayuda a situarme en un mapa, a establecer hipótesis acerca de la vida, incluso me ayuda a decidir el mapa que compartimos y eso es genial. Pero una cosas es ver un mapa de Trafalgar Square y otra cosa muy distinta es estar allí, plantado en Londres, comprobando si mis hipótesis son o no son ciertas. Y claro, sobre el hecho de estar, la mente, al menos la mente racional, no tiene absolutamente nada que decir.
Entre oras cosas, porque puedo imaginarme cómo es Trafalgar Square por las imágenes, los vídeos, las películas, pero  ¿esa es la verdadera plaza? En absoluto, esa es la idea prototípica de la plaza, pero no tengo ni idea de la experiencia de estar allí, de pie, escuchando el murmullo incesante de una lengua que desconozco, el tránsito de la gente, la interculturalidad. Porque la experiencia hay que corporizarla y cuando me planto en Londres, descubro que mi experiencia, mi interacción subjetiva con esa plaza, en ese instante, no tiene que ver en nada con la información de la guía de viajes y en cualquier caso, es mi experiencia, la que es, no sé si mejor o peor de lo que imaginé, pero esa experiencia, es un instante de auténtica vida, precioso, íntimo, personal e intransferible y no me queda más remedio que aceptar que la vida es un lugar hermoso que habitar.
No puedo relacionarme desde los prototipos porque son construcciones mentales internas, fruto de una abstracción, necesaria, pero a todas luces, insuficiente. Decididamente, los prototipos no existen en la vida real. Yo, al menos, no he visto corretear a ningún número pi jugando al pilla-pilla con la raíz cuadrada de dos. Y si algún día los veo, tenéis mi permiso para ingresarme en la unidad de salud mental más cercana.
La ecuación que solemos usar para medir la felicidad está escrita en términos de sustracción: Aún no tengo X y por lo tanto me falta Y para llegar a ser feliz. Pero la vida, la auténtica, se construye y digo construir con toda la intención del mundo, desde la adición: Esta experiencia se suma a lo que ya soy.
Y ojo, no hablo de conformismo. Precisamente el conformismo nace de vivir permanentemente en unos prototipos sociales de supuesta felicidad, obviando mis emociones. Conformismo es decir: “Con esto debería ser feliz”, porque los condicionamientos, y las presiones externas me dicen que conducir un deportivo al lado de una modelo de revista que me mira con ojos golosones, es el culmen de la felicidad pero… ¿lo soy? Pues puede que no. Pero el conformismo me dice cómo me debería sentir o que espere sentado haciendo lo mismo una y otra vez hasta que por arte de magia aparezca ese estado de bienaventuranza que algunos experimentan cuando tienen lo que creo que se debe tener en esta vida. Pero la felicidad, amigos y amigas, es una experiencia interna que se basa en el momento presente, una decisión que se toma constantemente, en la consciencia de ese instante.
Os invito a aparcar vuestra mente en un precioso “stand by”, concentrar vuestra atención en ese sentimiento que palpita al fondo del corazón, en esa luz que irradia desde el centro exacto del ser. Acepta lo que ves, sin juzgar. Admira lo que ves, sin más. Porque eso, precisamente eso, es la verdadera esencia de lo que eres. La verdadera esencia de tu vida. Y entonces, no queda más remedio que aceptar que la vida es un lugar hermoso que habitar, siempre. Y que le den a las categorías autoimpuestas…

Feliz y descategorizada semana a tod@s

EDU


ENTRE 4 PAREDES

Salir del cascarón, por complejo que pueda resultarnos, es mucho más sencillo que vivir en punto muerto.

Aunque la experiencia de acomodarse a una situación pueda ser fascinante, verdaderamente es un asco. Al final, estar acomodado es lo más incómodo que existe. En realidad, la acomodación no es otra cosa que el acople a otra persona que no soy yo, a otro empleo que no es el que desearía, a una vivienda que no es mi ideal… en definitiva, a una vida que no es la que quiero, pero que ya estoy inmerso en ella. Es la gran diferencia entre estar acomodado y estar realmente cómodo.

En una vida de acomodación uno transita fuera de si. Camina entre nubes, como si estuviese flotando, porque está empezando a ser alguien que no es por tanto intentar la estúpida adaptación a una condición que aborrece.

Me río a carcajadas con el tópico lo importante es vivir feliz con lo que se tiene. La maldita frase encierra un “deberías conformarte con tu insignificante vida porque no puedes aspirar a más”. Pero, ¿qué te pasa? ¿Acaso no tienes objetivos? ¿Sueños? ¿Ilusiones?

Satisfecho y realizado por entero no se debiera estar nunca. La plenitud no existe. De verdad, no te engañes; no existe.

Si te encanta tu trabajo, con tu sueldo te sobra, tu mejor amigo es genial, tu pareja es maravillosa, etc, y te levantas cada mañana para mirarte al espejo y decirte a ti mismo: “hey! Tienes una vida perfecta”… empieza a preocuparte. El comienzo de vivir en punto muerto es creer que lo tienes todo en la vida. En ausencia de deseos el conformismo nos invade y, una vez que éste llama a tu puerta, será muy difícil sacarlo de tu hogar.




Poco a poco te irás desencantando. Tu trabajo se volverá rutinario, el sueldo no será tan importante, tu mejor amigo te parecerá demasiado ocupado, la chispa que encendía tu pareja dejará de brillar… Y vuelta al punto muerto. La horrible sensación de vacío interior se ha apoderado de ti. Te levantarás cada mañana para mirarte al espejo y decirte a ti mismo: “hey! ¿Qué te pasa? Lo tienes todo en la vida, no tienes derecho a ser infeliz”. Pero lo cierto es que lo eres. Lo eres más que nadie y ni siquiera sabes por qué.

Calma. Sólo hay una cosa que puede hacerse: ser valiente y romper con todo.

A veces necesitamos gritar para que los que están lejos puedan escucharnos. Llega el día en el que todo ser humano ansía sentirse vinculado, de alguna manera, a la vida. El sentido de pertenecer a algo, de que cualquier ideal sea propio. Pero no sé por qué extraña razón, cuando uno encuentra su momento nadie lo entiende.
Con la suficiente fortaleza interior se acaba siendo capaz de barrer con todo. De pronto te sorprendes a ti mismo diciéndote que, de momento, eres lo más importante.

La vida puede ser una jungla excesivamente frondosa.

No volver sobre los propios pasos es el reto del día a día. Pero nadie dijo nunca que fuera fácil. El instante es de seguridad en uno mismo, pero al unísono, de debilidad absoluta. Cualquier leve movimiento podrá desembocar en otro terremoto. De nuevo te atrapas entre las mismas cuatro paredes. Has hecho todos los cambios exteriores que estaban por hacer y tu interior comenzaba a comprender y encajar lo que pasaba por ahí fuera; sin embargo, algo no funciona. La caja de zapatos en la que te encerraste sigue intacta. Es como si no hubieses hecho nada. Meses de sobreesfuerzo y todo persiste en la misma ubicación. Todo, menos un elemento: no estás en disposición de volver a sentirte mal por nada.

¿Cómo se sale de esa maldita habitación? ¿Cómo se deja de estar atrapado?

Cuando ya has dado los pasos necesarios y tú interior está en paz, sólo queda una cosa por hacer: esperar a que el resto del mundo lo entienda…

CADA.

MOTIVAR AL CLAUSTRO

La enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido. Quien no quiere mojarse debe abandonar la natación; quien sienta repuganancia ante el optimismo, que deje la enseñanza. (Fernando Savater).

El motor de todas nuestras acciones es la motivación. La fuente que inspira la motivación puede ser diferente en cada caso: el salario, el amor propio, la auto-realización personal, etc.

La profesión docente está estrechamente relacionada con la motivación porque en esta tarea no basta con ir a trabajar. Uno podría odiar tener que ser administrativo y se sentaría cada día de su vida en su silla, delante del ordenador, completamente asqueado. Sería terrible darle a la tecla sin más. Pero ese mismo ser, transpolado a la escuela, no sobreviviría ni un solo día. Un profesor completamente desmotivado estaría en su aula pegando bandazos. Todo iría y vendría sin más sobre él y le comería por entero.

Hace falta un don para ser maestro. Y ese no es otro que el don que todos llevamos dentro: QUERER. (Querer hacer)

Desear hacer algo desde lo más profundo de cada uno. Desearlo con autenticidad.


 Es muy curioso observar cómo es la trayectoria laboral del docente desde que entra por primera vez en el aula, recién salido de la facultad y a lo largo de los años. Al parecer todo el mundo coincide en el hecho de la ilusión por enseñar que tuvo al principio. Todos hablan de cómo les gustaba la infancia y lo bello que era formar parte de un proyecto tan enorme: “ayuda a construir a las personas por dentro”.

La verdadera tristeza está en pensar por qué el docente, con toda la fuerza que tenía, se fue desilusionando poco a poco, se fue consumiendo y se convirtió 15 o 20 años después en un ser incapaz de influir, incapaz de motivar, incapaz de enseñar y, lo que es mucho peor, incapaz de sentirse bien consigo mismo.

En esta profesión muchas personas se pierden por el camino. La mayor parte del fracaso es achacable a un sistema que ni funciona ni satisface a nadie.
Existen debilidades que nos hacen perder la motivación. Algunas son externas al equipo docente, como los malos resultados académicos, otras son internas, como la falta de comunicación entre educadores. El conjunto de debilidades pretende impedirnos avanzar. Sin embargo, debemos ser capaces de hacer explícito aquello que hacemos bien y de solucionar lo que hacemos mal.

Los profesionales que consiguen mantener la ilusión, pese a las circunstancias, se deben a su propio deseo de automotivarse.

El aficionado hace bien las cosas cuando está de buen humor. El profesional trabaja bien independientemente de las circunstancias. (Ribeiro, 2000).

Muchos docentes pecan de autoestima baja. Pero, no mucha gente se expondría al reto de mostrar su forma de ser, todos los días, ante la atenta mirada de un grupo.

Para ser capaces de seducir como profesores, los primeros que debemos ser capaces de sentirnos seducidos por la vida somos nosotros mismos.

Pocos profesionales tienen la suerte de ser escuchados y de ser modelo de referencia durante cinco días a la semana, nueve meses al año.

La educación responde a una motivación. Hay que trabajar sobre la motivación, tanto del alumnado como del profesorado.

Y esta es la clave del éxito de un equipo docente sólido: la capacidad para motivar a ese equipo.

En realidad, en el fondo de todo maestro, subyace esa persona que emprendió aquel bello proyecto con ilusión. Hoy, quizá, sólo hay que recordar a esa persona las motivaciones que tuvo entonces y rescatarlas. Porque el docente es ese valiente capaz de construir hasta con las peores herramientas y condiciones. Porque tan sólo él nació para ser arquitecto humano.

Hay dos hechos inherentes a la motivación del maestro que son absolutamente cruciales. El primero de ellos es el que tiene que ver con sus actos. La acción del maestro repercute directamente sobre personas. No cabe duda de que el profesor motivado trabajará con una actitud diferente. Algo que sus alumnos y él mismo agradecerán cada día. La otra cara de la moneda es la que tiene que ver con el equipo docente, la que atañe a todo el claustro. Si un centro educativo quiere llevar a la práctica un nuevo proyecto, el ideal de trabajo será un equipo unido.

El equipo directivo juega un papel vital en la motivación del equipo docente. Motivar al claustro es un ten con ten donde parte de la negociación está en la facilitación del trabajo de todos los miembros. Debemos enseñar a ver lo que le conviene al barco para mantenerse a flote. Y esa flotación no debe ser obligada, debe ser consensuada. La enseñanza es uno de los pocos bienes comunes a toda la humanidad. Algo tan bueno, no debería generar discordias.

Sabemos que aún no existe el mundo que queremos. Pero tenemos el deber de soñarlo para no olvidar lo necesario que es que nos empeñemos todos y cada uno de nosotros en que exista. (Bazarra et al, 2004).

El objetivo principal de un centro debe ser conseguir que sus profesores sean felices. El camino que separa al docente de los alumnos se recorre con un desempeño máximo del potencial.

Para aquellos que creemos en un proceso de enseñanza – aprendizaje con pilares anclados en la felicidad, el ideal de centro resulta casi sencillo y tangible. Los niños y las niñas vienen a la escuela a ser felices. Los maestros y maestras también deben venir a la escuela a ser felices.

Bajo estas líneas, una recomendación a un vídeo ilustrativo de estos aspectos…

(…) Sólo tengo mis sueños; he extendido mis sueños bajo tus pies; pisa suavemente, pues pisas mis sueños. Cada día, en todas partes, nuestros niños extienden sus sueños bajo nuestros pies, y debemos pisar suavemente. (Sir Ken Robinson, Bring on the learning revolution).




(Espero que este año, 2013, podamos debatir más en profundidad este tema en nuestro II Congreso Escuela Eficaz. Para los que ya nos conocéis y para el resto, podéis seguir informados en: www.formacionenlanube.com. Todas las sugerencias serán bienvenidas)


Beatriz De La Riva
Dir. Escuela Eficaz

PERDER EL MIEDO

Hay ocasiones en la vida para las que nos hemos estado preparando, sin saberlo, durante toda nuestra existencia. Y ese momento, apenas un instante, es comparable a asomarse a un precipicio.
Aquí estoy, al borde del abismo, dudando entre tirarme al vacío o caminar despacio hacia atrás y volver a lo seguro, a lo conocido…Y el miedo se apodera de uno hasta que mira, sorprendido, claramente las huellas.

(Acantilado de Los Gigantes, Tenerife)

Es curioso. Siempre estamos deseando ver con claridad el camino que tenemos delante. En las épocas de incertidumbre, deseamos saber que pisamos terreno firme, que hay un proyecto definido, que sabemos por dónde tenemos que tirar.
Pero la clave no está en el futuro, ni siquiera en el pasado, sino en la coherencia de los pasos que damos y eso sólo lo podemos descubrir en el presente. Cuando realmente no nos dejamos abatir por las dificultades atravesadas, esas ya las dejamos atrás, ni por los esfuerzos venideros, que por definición propia son impredecibles.
Hay instantes para los que nos hemos estado preparando durante toda la vida, instantes donde tenemos que demostrar todo el coraje acumulado, todas las herramientas disponibles, instantes para observarnos detenida y sinceramente, mirar el abismo de cara, sin temor…Y saltar.
Ese salto es la materialización completa de todas las capacidades que hemos desarrollado, porque soñar tiene un precio, pero de nada sirve pedir un sueño si en el momento en el que lo tenemos delante no nos sentimos preparados para pagar. A nadie se le exige más de lo que tiene, pero a veces para ganar todo lo que hemos pedido, se nos pide que entreguemos todo lo que hemos acumulado. Este salto tiene consecuencias, porque nuestro saldo no está exento de sufrimiento y el precio es el desapego.
¿Hasta qué punto estamos amarrados a nuestra existencia? A nuestra personalidad, a nuestras posesiones, a nuestros hábitos, a nuestras relaciones, a nuestras circunstancias…Llega un momento, en la vida de cada uno, en que se nos pide que lo dejemos todo para alcanzar la Gloria.
Hoy ha llegado ese instante, para mí. Y quiero compartirlo con vosotros y vosotras, por si os puede ayudar cuando llegue vuestro momento. ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo afrontarlo?
Reconocerlo es infinitamente más sencillo, porque la vida misma nos ofrece el vacío. Es el instante preciso del salto. Una concatenación de circunstancias que te hacen ver claramente lo que tienes, lo que eres y lo que puedes llegar a ser. Aquí no hay vuelta atrás. Si el camino recorrido es coherente, si a pesar del miedo confías en que las cosas están bien, como tienen que estar, que tienes todo lo que necesitas aunque no lo entiendas…Entonces es que has llegado a ese instante.
¿Afrontarlo? No se puede. Los actos de fe son precisamente eso, confiar en la vida. Mirar para adelante, transformarse. Confiar en las propias capacidades. La confianza es seguridad y amor por uno mismo, indestructibles. Nadie te pide que saltes ya, así que tómate tu tiempo, observa tus cualidades, tus debilidades, tus sensaciones, porque la fuerza está en tu interior, donde siempre ha estado, esperando a ser descubierta.
Y vuelas…literalmente. El abismo queda bajo tus pies, puedes mirar el pasado con agradecimiento, porque descubres que todas las huellas te trajeron aquí. Puedes observar el futuro con confianza, porque tu vida mantiene su coherencia interna aunque no puedas predecirla. Puedes agradecer el presente, tal cual es. Porque por muy abismal que se presente tienes el poder para seguir volando.
Hay un suceso biológico comparable con este instante, la metamorfosis. Ese momento en el que un gusanito, incluso más o menos asqueroso, se convierte en una mariposa que asombra al mundo, capaz de realizar migraciones milagrosas, capaz de polinizar cientos de flores, capaz de alcanzar cielos infinitos.
La pregunta es…si has sido capaz de ver tus alas. En ocasiones, estamos tan preocupados mirando el mundo que nos rodea, que no somos conscientes de la fuerza que ha nacido en nosotros. Así que cuando te encuentres en una de esas situaciones, en que parece que no hay salida, que la vida te ha dado la espalda, en realidad lo que sucede es que tienes la oportunidad de volar.
Soy consciente de que el artículo de hoy puede resultar una especie de paranoia onírica, pero… ¿No sería mucho mejor pensar en qué me pueden ayudar las circunstancias en vez de pensar que soy la víctima de situaciones que no puedo controlar? ¿No es mucho mejor darse cuenta de que siempre, en última instancia, tenemos el control absoluto de nuestra vida?
Espero que paséis una hermosa semana
EDU

EL DESARROLLO EN LA PRIMERA INFANCIA

La Escuela para la Familia de la EI Los Nanos de Madrid, da comienzo a su ciclo de charlas el día 15 de noviembre con un primer tema muy interesante: EL DESARROLLO EN LA PRIMERA INFANCIA.

Bajo estas líneas os dejamos un resumen de los temas a tratar. En Gente Edu-Cada hemos querido compartir estas ideas que podrán ayudaros en la estimulación de los peques de 0 a 3 años.



DESARROLLO EVOLUTIVO Y PSICOLÓGICO DEL NIÑO DE 0 A 3 AÑOS

(Imagen de: yosoypama.blogspot.com)

-   Nacimiento: la vista se enfoca a 20-25 cm. No detalles. El oído reconoce sonidos familiares y los asocia a experiencias de consuelo o dolor. A través del olfato, el bebé reconoce a sus padres. Las reacciones afectivas son de dolor. Su afectividad positiva se basa en el apego. Su juguete preferido es el rostro humano.
-  6 Meses: el bebé se lleva objetos a la boca, golpea y explora con las manos. Gestualiza con otros. Echa de menos a sus papás.
- 12 Meses: percibe profundidad. Utiliza los dedos individualmente. Planifica cómo atrapar objetos. La inteligencia es instrumental. Le gusta mirar y estar con otros
- 18 meses: Anda como un patito. Sube y baja escaleras a gatas. Utiliza correpasillos.
- 24 meses: Se sube a sillas. Trepa. Juega con bloques. Controla sus juguetes. Imita.
- 30 meses: sube y baja escaleras. Utiliza lápices de colores. Construye. Empieza a compartir. Desarrolla mucha autonomía.


ESTIMULACIÓN SENSORIAL Y MOTRIZ

6 MESES
q       Permitirle sujetar el biberón
q       Dejarle sacar del plato trozos de comida con la mano
q       Responder a sus balbuceos
q       Rodar pelotas hacia el bebé
q       Jugar con arrastres para que pueda verlo y seguir sus movimientos con la vista
q       Colocarlo en posición de gateo mostrándole objetos que le atraigan
q       En posición supina, con su cabeza sobre una almohada estimularlo a levantarla, mostrándole objetos llamativos
q       Motivarlo a que se siente
q       Tanto en posición prona como en supina estimularlo con sonidos para que se desplace en dirección de la fuente sonora
q       Ponerlo a gatas, haciéndolo ejecutar movimientos simultáneos de
brazos y piernas del mismo lado del cuerpo
q       Ayudarlo y estimularlo a levantarse apoyado en un barandal, silla, etc.
q       En posición supina, ayudarlo a acercar sus pies a la cara
q       Hablar con el niño o la niña frente al espejo, señalándole algunas
partes de su cuerpo. Llamarlo siempre por su nombre

12 MESES
q       Proporcionarle objetos variados y con distintas características (distintas formas, tamaños, texturas...)
q       Tener paciencia y no anticiparse a las acciones del niño/a
q       Realizar actividades al aire libre
q       Hacer actividades frente al espejo: peinarlo, muecas...
q       Permitirle dar al interruptor de la luz al entrar en una estancia
q       Sentar al niño y poner objetos a sus lados para favorecer que gire su
cuerpo con el fin de alcanzarlos. Lo mismo puede hacerse con sonidos que provoquen que gire el tronco para localizarlos
q       Ayudarlo a dar algunos pasos, sosteniéndolo de la ropa o debajo de los
brazos
q       Proporcionarle una sillita en la que pueda sentarse solo
q       Jugar a patear una pelota grande
q       Jugar con él a ponerse y quitarse sombreros o gorras
q       Enseñarle a construir una torre con cubos y dejar que la haga solo
q       Jugar frente al espejo a los saludos, despedida, aplausos, besos y señalar partes del cuerpo
q       Conversar mucho usando palabras sencillas y frases cortas
q       Usar sonidos onomatopéyicos de objetos y animales conocidos por el niño
q       Enseñarle a ejecutar órdenes simples
q       Permitirle comer solo aunque derrame el alimento
q       (Si ya camina) Colocar al niño/a en el orinal por algunos minutos, tres o cuatro, en horarios fijos, en períodos establecidos
q       Ayudarle a lavar y secar sus manos y cara
q       Al vestirlo nombrar las prendas y partes del cuerpo utilizadas
q       Al bañarlo o lavarlo, ayudarlo a identificar temperaturas
q       Ejercitar sus deditos uno a uno; por ejemplo con el cuento: “este fue a por huevos...”
q       Realizar gimnasia durante las mudas
q       Pedir su cooperación mientras se le viste o desviste: “levanta las piernas” “saca el brazo”
q       Utilizar diferentes caras expresivas ante acciones. Por ejemplo: poner cara de sorpresa cuando el niño/a haga algo sorprendente; Hacer como si llorásemos si nos golpea...
q       Promover muchas actividades físicas
q       Pasear por la calle
q       Escuchar música infantil con diferentes ritmos
q       Desenvolver paquetes

18 MESES
q       Bailar al son de una canción. La música y las canciones infantiles le gustan y le entretienen. Suele tener fuertes preferencias, rechazando las canciones que no le gustan y pidiendo reiteradamente sus favoritas.
q       Le gustan los juegos en los que utiliza sus manos, como garabatear con pintura de dedos y jugar con plastilina.
q       Disfruta pasando las páginas y mirando los dibujos de libros de hojas gruesas para niños que por su sencillez y colorido fomentan además su capacidad cognitiva y la maduración de su inteligencia.
q       Le apasionan los "centros de actividades" que tienen palancas, botones, puertecitas, sonidos,...
q       Meter la manos en al agua, tocar la tierra, arrancar hierba...
q       Juegos de imitación:  Acunar, pasear, columpiar, peinar, bañar... a los muñecos. Hacer comiditas, jugar con los utensilios de cocina.
q       Jugar con trenecitos
q       Garabatear
q       Pedirle que se quite alguna prenda solo/a antes de ir a la cama.

24 MESES
q       No dejarle que consiga las cosas a través de rabietas
q       Los padres debe estar de acuerdo manifestando coherencia y firmeza en las decisiones
q       Establecer límites claros en el comportamiento del niño/a.
q       Favorecer la masticación comiendo sólido.
q       Hacer lazos en una pata de una silla para que los deshaga e intente hacerlos
q       Juegos de ensamblajes
q       Puzzles
q       Jugar al pilla –pilla
q       Jugar al corro
q       Coger al niño/a de ambas manos para que se tenga a la “pata coja” después soltarle para que lo haga sin ayuda.
q       Darle un cuento y que él/ella mismo/a pase las páginas
q       Ensamblar círculos y cuadrados en un juego destinado para ello
q       Hacer registros diarios del control de esfínteres
q       Llevar al niño/a al aseo todos los días un rato a la misma hora

30 MESES
q       Facilitar la audición de canciones con ritmos sencillos para el baile
q       Dejarle caminar con un pie por encima de la acera y otro por debajo para trabajar el equilibrio
q       Poner a su disposición libros atractivos
q       Facilitarle juegos de construcción
q       Jugar con él o ella con puzzles sencillos
q       Jugar con cuentas, ensartables, macarrones...
q       Facilitarle plastilina, ceras...
q       Proponer juegos y actividades en las que se tengan que agrupar objetos por su color, forma, función...
q       Potenciar su curiosidad y animarle a que investigue
q       Fomentar la descripción de características de objetos cotidianos
q       Favorecer juegos con agua y arena
q       Ofrecerle modelos expresivos correctos
q       Corregir las pronunciaciones erróneas dando el modelo adecuado y sin crear desánimo. Sólo debe repetirse la palabra de la forma adecuada.
q       Contarle historias y cuentos
q       Jugar con marionetas
q       Escuchar grabaciones
q       Fomentar situaciones en las que tenga que relacionarse con otros niños y niñas: fiestas, salidas al parque...
q       Proporcionarle juguetes que inviten al juego simbólico: cocinitas, teléfonos, disfraces...
q       Darle pequeñas responsabilidades como recoger sus juguetes
q       Fomentar la autonomía en la alimentación, higiene y vestido
q       Crear rutinas de higiene
q       Premiar sus esfuerzos por controlar esfínteres
q       Hacerle participar de tareas de la casa

EJERCICIOS PARA ESTIMULAR EL HABLA
-          Conversar. Iniciar una conversación. Hacer preguntas estimulantes y dejar pausas para que responda. Si no lo hace, se continúa hablando sin más. No dar importancia si no se obtienen respuestas.
-          Leer con él / ella cada día algún cuento o historia de su interés. Permitir que interaccione. Preguntarle cosas en relación al cuento, señalando dibujos y demostrando interés por acciones o imágenes.
-          Jugar en familia a sus juegos preferidos. Jugar con la cocinita o con cualquier otro juguete que colabore a desarrollar el juego simbólico y representar situaciones cotidianas.
-          Ver juntos fotos familiares y dialogar sobre ellas.
-          Utilizar libros de actividades.
-          Poner música. Cantar y bailar juntos.
-          Solicitarle que traiga cosas que necesitamos.
-          Utilizar situaciones de la vida cotidiana como medio de enseñanza – aprendizaje. Por ejemplo, si abres la nevera delante de ella puedes enseñarle alimentos; ejemplo: “mira, un limón”, “chocolate, Uuuhhhmmmm”, etc.
-          Motivar para que se esfuerce por hablar. Si le resulta fácil conseguir las cosas señalando o llorando, se esforzará menos. La motivación es importante, pero no debe obligarse. Debe pedirse que diga lo que quiere y animar a que se exprese felicitando su esfuerzo.
-          Para favorecer los entornos de comunicación, debemos empezar por ser los adultos muy comunicadores. Por ejemplo, podemos enumerar las acciones que estamos realizando mientras cocinamos. La idea es hablar mucho en alto para que se nos escuche.
-          Realizar juntos juegos que favorezcan la comunicación. Ejemplos: Veo – veo. Esconder cosas y dar pistas para ser encontradas. Realizar juegos de imitación.
-          Existen cuentos para estimular el habla, que pueden utilizarse como un complemento.
-          Realizar juegos de soplo: hinchar globos, sorber con pajita, pitos, trompetas, soplar velas, imitar ruidos o sonidos producidos por animales.


Beatriz De La Riva
Pedagoga