¿CÓMO DEJAR DE SER VULNERABLE?

Hace un tiempo, un amigo me hizo esta pregunta y hoy me he decidido a darle respuesta, en forma de carta abierta, deseando que también os pueda servir a tod@s vosotr@s para encajar esas piezas sueltas en vuestro puzle emocional:
Querido Amigo:
La vulnerabilidad es la propiedad de ser vulnerable, es decir, de poder ser dañado por alguna persona o situación. Así que dejar de ser vulnerable es lo mismo que dejar de ser dañado.
En primer lugar habría que descubrir cuáles son esas situaciones o personas que te hacen daño, aunque esta es sólo la primera parte de la ecuación. El dolor, creo que lo hemos hablado muchas veces en nuestras tertulias cafeteras, no es más que la ilusión de que algún otro que está fuera de mí, tiene algún tipo de control sobre mi conducta, mis pensamientos o mis emociones, lo cual es rotundamente falso.
De hecho, la propia creencia en que el dolor existe es el problema fundamental de todo este tinglado. Porque el dolor, realmente, es una creencia. Ya sé que muchas veces, por simplificar, hemos hablado del dolor como inherente a la experiencia humana, pero el dolor no es más que un concepto, basado a su vez en la creencia de que otros pueden controlar nuestra vida y que podemos controlar la vida de los demás.
En muchas ocasiones deseamos que los demás nos acepten, nos quieran, nos protejan o nos muestren lo que nosotros mismos queremos mostrar. Para conseguir esta aceptación, desde que llegamos a este mundo, aprendemos que existen una serie de reglas que hay que cumplir. Así, vamos recibiendo cariño y castigos en función de que nuestra conducta se ajuste más o menos a lo que se espera de nosotros.
A medida que crecemos, descubrimos que hay normas con las que nos sentimos a gusto y otras con las que no estamos de acuerdo y empezamos a vivir eso que solemos llamar independencia, con objeto de descubrir nuestra propia identidad más allá del sentido de familia: empieza a nacer el “yo”. Ese “yo” es una construcción, útil, pero construcción al fin y al cabo, que nos permite relacionarnos con los demás a través de nuestro cuerpo. Y ya está. No hay más misterio.


El problema es que ese “yo”, pequeñito e insignificante, también aprende que puede ser rechazado o querido y en nuestras ansias de agradar a otros, que además nos excitan erótica y sexualmente, perpetuamos esa idea de que podemos controlar su vida y su amor y que pueden controlar el nuestro. Es como si el sol nos dijera: Te daré luz y calor siempre y cuando hagas esto o lo de más allá. Sinceramente, no creo que a nuestra estrella le importe lo más mínimo lo que nosotros sintamos o dejemos de sentir, si su calor ayuda o perjudica nuestras cosechas o si celebramos o no su salida, él hace lo que tiene que hacer: brillar y dar vida.
La verdad no necesita de razones, está ahí, sin más. Como la luz no necesita luchar contra la oscuridad. Cuando iluminamos una habitación la oscuridad desaparece porque carece de entidad propia. La mentira es exactamente igual, no tiene entidad. La verdad es verdad, sin justificaciones ni razones.
Cuando nos sentimos vulnerables, es porque consideramos que nuestra verdad está siendo atacada de alguna manera y por lo tanto estamos obligados a defenderla. Pero si es verdad, no necesita defensa y si no lo es, evidentemente tampoco, pues estaremos equivocados. Ahora, no podemos devolver la vista a alguien que tiene los ojos vendados si no permite que le quitemos la venda, pero ese es su problema y no el nuestro. El mundo va a seguir estando ahí para nuestro disfrute aunque haya avestruces que caminen de agujero en agujero para esconder su cabeza.
¿Cómo dejar de ser vulnerable? Es sencillo, dejando de serlo. Es decir, abandonando la idea de que la verdad, mi verdad, tu verdad, tiene que ser defendida. Abandonando la idea de que puedo controlar la vida de alguien o que alguien puede controlar la mía. Dicho de otra manera, siendo. Cuando eres, ya no necesitas que te acepten, sencillamente eres. En ese deambular por el ser que llamamos vida aparecerán y desaparecerán personas, situaciones, vivencias, emociones, percepciones…Su propia mutabilidad te hablan de lo que son, pequeños fuegos fatuos en la inmensidad del océano de tu verdadera existencia. ¿Qué le importa al mar que un grano de sal esté enojado con él?
Querido amigo, no eres vulnerable. No puedes serlo. No se trata de tus habilidades o de tus circunstancias, no se trata de lo fuerte o débil que seas, simplemente se trata de que tu ser cuenta con el don de la verdad. Y ese don ya es tuyo, no es un premio o algo que debas conservar, es tuyo para siempre por el hecho de existir. Deja de defenderte y te darás cuenta de que no hay nada que justifique esa defensa. La vida, la de verdad, es demasiado hermosa como para preocuparse de lo que puedan decir los ciegos acerca de un horizonte que ni siquiera han llegado a descubrir, a intuir.
Gracias por tu cariño y espero que podamos seguir compartiendo la alegría de ver, tengo una botella de vino esperándote en la nevera.
Con amor, para tod@s
EDU

7 comentarios:

  1. Waoo es una realidad. Llevo dias buscando la solución a no sentirme triste cuando mi esposo se enoja sin ninguna razón. Y aquí estas. Gracias por tan valioso tema

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti por seguirnos! No sabes cuánto nos alegramos de que nuestros pensamientos te resulten de utilidad. No te sientas triste nunca por cómo actúan los demás o por cómo te gustaría que las cosas fueran. Toma tus decisiones en relación a ti y deja que el resto sea de su forma. Tú sólo puedes decidir cómo ser tú. Eso te hará más feliz. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Me has abierto los ojos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Stenie...Espero que podamos disfrutar mucho tiempo de tus visitas

      Eliminar
  4. Lograr que nadie controle mi vida a sido una determinacion en mi vida. Pero controlar la de otro creo que ha sido mi problema.

    ResponderEliminar
  5. Gracias, yo no sabía xq siempre término lastimada. Ahora lo entiendo!

    ResponderEliminar
  6. El problema es que no vives solo. No te diviertes solo. No haces vida en parwja solo. Si solo eres y a nadie le gusta tu forma de ser y no te acepta. Como puedes desarrollarte en la parte social, familiar y de pareja, si tu forma de ser es desagradable al resto?

    ResponderEliminar