EDUCANDO EN LA MENTIRA

Somos unos perfectos mentirosos. Todos. Sin excepción alguna. Nos pasamos la vida diciéndole a nuestro mejor amigo, a nuestro compañero de trabajo, a nuestro hijo, que actúe según le dicte el corazón, que se muestre tal y como es.

Cuando un amigo va a una entrevista de trabajo le recomendamos: “sé tú mismo”.

Cuando nuestro hijo tiene que afrontar un reto le animamos: “sé tú mismo”.

Pero en realidad, nadie quiere que seamos uno mismo. Todo el mundo desea que seas lo que se espera de ti.

Así, es como puedes oír el siguiente comentario de una maestra de Educación Infantil: “La niña es muy simpática y cariñosa. Todos los niños se llevan bien con ella. Tiene muchos amigos. Es muy sociable y se relaciona fenomenal con sus iguales y adultos de referencia. Es trabajadora. Siempre hace sus fichas cuando se le dice. Comparte sus juegos. Va al baño sola. Es muy autónoma. También es muy espabilada. Se las sabe todas. Es inteligente. Todo lo aprende rápidamente. Diría que la primera de la clase. Come regular y muy lenta, aunque eso no es importante. Pero una cosa sí: es demasiado inquieta. Se mueve en exceso y le cuesta seguir órdenes relacionadas con estarse quieta y con la disciplina. El problema es su temperamento. Tiene un carácter muy fuerte”.

(Imagen de: etiquetaybuenosmodales.blogspot.com)


Este es un comentario auténtico de una profesora real.

Mi intención no es despertar la crítica hacia su observación. En absoluto. Me parece un discurso muy coherente.

Lo que pretendo es que reflexionemos sobre lo que estas palabras significan cuando las enmarcamos en nuestra sociedad. En lo que somos, lo que transmitimos, lo que presuponemos que debemos hacer.

¿Por qué invitamos a la gente a comportarse según su propio criterio, cuando la inhibición de nuestra forma personal de ser y hacer es el principal objetivo de la vida en sociedad?

Cada día me levanto apostando por el reto de construir una escuela diferente. Con una mirada especial donde lo importante sea poner el objetivo en querer ser, querer hacer y lograr el sueño perseguido.

Luego, nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos que el 80% de los adolescentes españoles no saben lo que quieren hacer con sus vidas.

Lo verdaderamente extraño es que exista un 20% que sí sepa qué hacer.

¿Qué es lo que les estamos vendiendo a nuestros niños? Tienes que ser lo que desees pero, mientras lo descubres milagrosamente, compórtate como todo el mundo quiera verte.

No pretendo decir que haya que trasgredir las normas permanentemente. Sólo es una pequeña reflexión al sentimiento de dónde está nuestro verdadero yo. Sí, ese pobrecito que alienaron desde el momento en que nací porque lo más fácil era parecer un muñeco fabricado en serie.

El temperamento no puede ser un problema para nada. Moverse demasiado no puede ser una limitación. El cuerpo es el movimiento de la mente.

No se trata de consentir sin límites. No se trata de permitirlo todo. Se trata de intentarlo sin límites. Se trata de valorarlo todo.

En mi mente, existe una escuela ideal, con profesores ideales. Y esos profesores no sólo están en mi mente. Son reales, circulan por ahí fuera. Y también tienen en su mente esa escuela ideal.

Alguien, aquella noche, miró la carita de la niña mientras la arropaba y le dijo: “me da igual lo que digan. A mí me gusta cómo eres”…

CADA.

EL VERDADERO AMOR COMIENZA POR UNO MISMO

Quizá el título de este post sorprenda a los lectores más asiduos de Gente Educada. Nos habéis leído hablar de amabilidad, confianza, pareja…Pero es difícil el encuentro con los otros cuando no se ha producido un verdadero encuentro con uno mismo. De hecho, este post podría ser continuidad de aquel en el que hablábamos de la autoestima  (entrada del 16/12/2011)

Un análisis más o menos amable de mí mismo me hará ser consciente de mis fortalezas y debilidades, de modo que me ayude a cambiar mis objetivos. Sin embargo, hoy me gustaría hablar de esos aspectos más oscuros que todos llevamos dentro, esos aspectos que en muchos casos forman parte del “inconsciente” y que no hemos sabido integrar apropiadamente. Precisamente, los aspectos más negativos son los que más nos ayudarán a encontrar el verdadero camino, puesto que suelen abordarnos en las circunstancias más comprometedoras.

Uno de los errores más comunes que todos cometemos es que no nos relacionamos con la realidad, sino con la idea que tenemos de esa realidad. Por ello, no podemos quedarnos sólo en esa imagen de nosotros mismos que los psicólogos llamamos “autoconcepto”, porque esa imagen está en mayor o menor medida falseada.

A medida que vamos creciendo nuestra vida se llena de “noes”: NO hagas esto, NO digas aquello, NO seas así…Sin decidirlo, vamos cargando nuestra mochila personal de aspectos indeseados, ingratos o simplemente reprimidos, porque no consideramos que eso sea bueno o agradable.

En el peor de los momentos puede surgir toda esa información que también forma parte de nosotros y así, un evento sin importancia puede convertirse en un estallido emocional ininteligible. Y he aquí donde empieza realmente el trabajo. Todos cargamos problemas y circunstancias que no nos gustan, pero por más que tratemos de engañarnos a nosotros mismos, que por cierto es la peor forma de engañar, la mejor forma de hacer frente a todos esos aspectos negativos no es reprimirlos, sino abrazarlos y tratar de integrarlos en nuestra identidad.

Las novelas, las películas y las historias han convertido el amor en ese sentimiento maravilloso que nos llega de energía y entusiasmo por otra persona. Pero amar significa, fundamentalmente, aceptar realmente, no relacionarnos con algún tipo de creación mental que llevamos en la cabeza. A lo largo de nuestra existencia, configuramos un modelo de lo que queremos ser, pero nuestra verdadera esencia también está configurada por cierta “basura emocional” y claro, ya sabemos que es complicado querer lo que uno odia.



Quizá la razón por la que el odio y el amor están separados por tan sólo una frágil línea es que cargamos con todo aquello que odiamos de nosotros mismos, cuando, a causa de un descuido, cae el velo y nos asomamos al abismo de nuestros defectos, empezamos a comprender la dificultad que conlleva aceptarnos, simplemente, tal y como somos y no como nos gustaría ser.

Somos personas con necesidades, deseos, ilusiones, esperanzas. No siempre es fácil aceptar que esa persona maravillosa que ayuda a cruzar a una anciana por la calle es la misma persona que se crispa de envidia al contemplar a los premiados de la lotería de Navidad o estalla de súbito deseo al contemplar un croissant relleno de chocolate en un escaparate (vistamos ese croissant como queramos, por cierto…). Por eso en muchas ocasiones pasamos por encima de nuestras necesidades a golpe de volcarnos en las necesidades de los demás.

Cuando esto sucede, somos una especie de vertedero emocional, donde los otros, la pareja, la familia, los amigos o los compañeros de trabajo aprovechan que no sabemos defender nuestra cuota de protagonismo para erigirse en protagonistas de nuestras vidas. Y así, como casi sin quererlo, delegamos la responsabilidad de nuestra existencia en manos de ese hijo ingrato, de esa madre entrometida, de ese compañero oportunista que acumula méritos a costa de nuestra abnegada solicitud.

Quizá sea el momento de dar un golpe en la mesa, decir basta y caer verdaderamente en la cuenta de que no siempre podemos ser abnegados y generosos. O por lo menos, no siempre lo somos. También tenemos derecho a protestar, a encontrar nuestro propio espacio de tranquilidad, a hacer simple y llanamente lo que nos de la real gana. Sin explicaciones ni justificaciones, sin culpas ni argumentos intrincados.

Amarse a sí mismo es también aceptar que no somos perfectos, mirar sinceramente hacia dentro, caer en la cuenta de nuestras necesidades personales, decir no de vez en cuando a los espacios que los demás han programado para nosotros. ¿Y por qué? Porque sí, sin más. Como la culpa es un sentimiento abyecto, se introduce como un ladrón por la puerta de atrás de nuestra mente para robarnos la tranquilidad y el derecho a ser, única y verdaderamente, yo mismo.

Hoy puede empezar una nueva vida, una vida sin velos, sin mentiras, sin disfraces. Un puro yo en lo bueno y en lo malo, que poco a poco se va convirtiendo en lo que deseo ser mientras, verdaderamente, vivo con quien soy y con quien me rodea, sin tratar de disfrazar la realidad, en vez de gastar cantidades ingentes de energía en generar una falsa imagen de mí mismo, que por más hermosa que sea, no deja de ser la peor de las mentiras.

Feliz semana a tod@s y gracias por vuestro apoyo incondicional

EDU

SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL, OBJETIVOS Y FELICIDAD

El jueves pasado esbocé un tema que creo que es, en el momento actual, una auténtica encrucijada para el sistema educativo: dónde está la importancia de aprender qué cosas y dónde la de decidir qué enseñar o, más aún, qué valorar.

Creo que es una realidad que, actualmente, el sector educativa, en general, está un poco quemado. Entre el cambio social al que asistimos, la tensa situación política y la crisis económica, estamos viviendo momentos muy duros para la enseñanza.

El profesorado sale a la calle en busca de soluciones mientras las familias aprietan los dientes preguntándose si las opciones que se les presentan son adecuadas para sus hijos.

Nadie tiene las respuestas correctas. La comunidad educativa lucha a contracorriente en un sistema ambiguo y que parece desmoronarse.

Lo más curioso es, que si le preguntas a cualquier padre/madre qué es lo que más le preocupa, te va a contestar que su primera prioridad es que su hijo/a sea feliz. Algo muy contradictorio si pensamos que los niños/as españoles están a la cola de la felicidad en las encuestas europeas.

¿Qué está pasando? ¿Por qué no somos capaces de sacar adelante un sistema educativo que, como poco, nos devuelva ciudadanos felices?

Imagen de: articulo26.wordpress.com

Podríamos debatir cientos de líneas sobre dónde están o no están los auténticos problemas. Pero hoy, sólo quiero que pensemos en nuestra pequeña parcela y en lo que nosotros podemos hacer, como educadores, para ir provocando cambios en el sistema.

El primer paso debería ser pensar que la felicidad de los pequeños tiene mucho que ver con sus intereses inmediatos.

No estoy hablando de crear un sistema educativo idílico donde el objetivo último de la educación consista en lograr la felicidad del formando. De lo que estoy hablando es de pararnos, por un momento, a pensar dónde estamos poniendo el acento. Qué es lo que valoramos como importante y si eso que tanto creemos que debiera ser importante, realmente lo es.

Por qué nos fijamos en que un niño de tres años que acaba de iniciar su andadura por el mundo escolar aprenda a ser disciplinado, controle sus impulsos y emociones, sea correcto con los compañeros, desarrolle su autonomía, haga caso a su profesor, se coma lo que le pones en el plato y haga sus fichas. Por qué es negativo que sea muy movido o muy impulsivo o excesivamente curioso. Por qué vamos encaminando a ese niño al aprendizaje de la lengua, las matemáticas y los idiomas y no fomentamos en él el arte, la creatividad o el desarrollo de sus intereses personales, donde sin duda destacaría.

No digo que lo que hacemos esté mal. Sólo planteo que es insuficiente.

Si partimos de la base de que los seres humanos son diferentes y han nacido para brillar en aspectos diferentes, por qué pretendemos enseñarles a todos igual como si creásemos niños en serie en una producción tayloriana???

Por qué somos incapaces de entrar en nuestra clase llenos de energía, con una explosión de dinamismo y, dispuestos a querer a todos igual y a valorar lo que cada uno podría ser y no lo que el sistema nos dice que deben ser.

¿Qué día los educadores perdimos el ideal de utopía que envuelve la enseñanza?

¿Por qué el sistema nos ha agotado a todos tanto?

No podemos pegarnos de cabezadas contra las paredes, pero podemos ser enérgicos, podemos estar al pie del cañón y, sobre todo, podemos creer.

Si ni nosotros creemos en ellos, ¿quién lo hará?

Ojalá terminara esta lucha sin cuartel que sitúa en una permanente tensión todo lo que tiene que ver con la palabra educación. Entre tanto, unos pocos elegidos se levantan cada mañana con una misión: dejar con la boca abierta a 25 alumnos/as. Y esa persona, afortunadamente, cala tan hondo que, si todo va bien, dejará una huella que llevara a alguien al éxito.

Suerte con tu misión…

CADA.

LA MÚSICA DE LA VIDA

En una ocasión alguien me contó una interesante anécdota que hoy ha venido a mi memoria. Los protagonistas de la historia se encontraban en Cleveland, la cuna del Rock. Allí, decidieron llevar a su hija de dos años a un museo de ciencias para niños. En una parte del museo, dedicada a la NASA y a los “supuestos” viajes lunares, había una zona con mesas hexagonales repletas de fichas de madera. Un cartel decía algo así como Imagina cómo serían las construcciones lunares. Los niños y las niñas se sentaban en torno a las mesas y apilaban piezas una encima de otra elevando torres cada vez más altas. Llamativo resultó un niño asiático, de unos 5 años, que comenzó una torre que gozaba de la admiración de los presentes. Cuando estaba por encima de su altura, se subió a una banqueta para continuar su construcción.
Pero a aquella niña de dos años, todo eso no pareció importarle nada. Ni siquiera miraba las torres. Ella se sentó, igual que el resto de los niños, y comenzó a construir algo muy diferente. Mientras todos edificaban, la pequeña elaboró un xilófono. Puso especial cuidado en colocar adecuadamente las piezas y cuando lo hubo terminado, sujetó con cada mano una pieza más y comenzó a tocar una música improvisada a la vez que inventaba una animada canción.
Precisamente en Cleveland!! Unos días después, la familia llegó a Nueva York. En una inmensa juguetería, su madre le propuso que eligiese un solo juguete, el que ella quisiese. Fue directamente a la zona de instrumentos y cogió un pequeño xilófono de madera. El resto de la tienda no resultó de su interés.
Entonces, de pronto, recordó las “torres lunares” y una frase vino a su cabeza:
Donde todo el mundo vio torres, ella, simplemente, vio música…

Cuando le relaté este hecho a un buen amigo mío, éste comentó: “Tiene un aspecto excelente: no sé si el aprendizaje es significativo del todo, pero la historia apunta bastante. Donde alguien ve lo mismo que todos pero encuentra algo distinto que es relevante, tiende a la sabiduría”. 
Esta última afirmación ha estado resonando un tiempo en mi cabeza. Las reflexiones derivadas de la historia relatada me llevan a varias conclusiones. Entre ellas está la idea acerca de dónde está la importancia de aprender qué cosas y dónde la de decidir qué enseñar o, más aún, qué valorar. (Esta parte la desarrollaré en mi próximo post).

Ahora, quería hacer un apunte final sobre la última reflexión que me produjo el relato. Casi podría decirse que hay algo aún más interesante que lo que la pequeña descubrió como diferente y relevante; y es el hecho de que movida por el interés de ella hacia la música, su madre decidiese aprender, por acercarse más a su hija, a tocar un instrumento. Al principio no podía creer que estuviese tocando. La música nunca había sido de su propio interés. Pero muy poco tiempo después, descubrió que aquello le llenaba de satisfacción. Por fin había encontrado una actividad que le liberaba de verdad y con la que podía ser alguien diferente. Era divertido, muy divertido. Pero sobre todo, era pura explosión de sentimientos y auténtica satisfacción. No tenía que pensar; sólo tenía que sentirse libre y dejarse llevar.

¿Cuántas veces le habían dicho que tenía que buscar algo que le hiciese sentir bien sólo por el disfrute en sí?

Era perfecto. ¡Y lo había descubierto por una niña de dos años que había construido un xilófono en un museo!

Es increíblemente satisfactorio cuando haciendo algo por otra persona descubres una pasión oculta.

Pero en la vida, como en la música, siempre queda algo nuevo por aprender…

CADA.

DILE ADIÓS A TUS CREENCIAS LIMITANTES

¿Cuántas veces os ha ocurrido lo siguiente? Te despiertas de mal humor, el café se derrama y te vas al trabajo sin ni siquiera desayunar. Cuando llegas un montón de papeles esperan respuesta en tu escritorio y parece que los clientes no paran de quejarse, lo único que deseas es llegar a casa y descansar, pero indefectiblemente, el viejo proverbio de Murphy, si algo puede ir mal irá, se apodera de toda tu jornada y discutes con el vecino o la pareja o un amigo o…Parece que el Universo confabula contra ti.

¿Dónde están tus objetivos?¿Dónde la sensación perdida de justicia? Aunque parezca mentira, todas las circunstancias que vivimos y cuando digo todas quiero decir absolutamente todas, sin excepción, son creadas por nuestras creencias. Lo que significa que si algo sale mal es porque previamente he creído que iba a salir mal y si algo va bien exactamente lo mismo.

La consecuencia directa de esta especie de ley universal es que lo único que tengo que hacer para empezar a crecer es pensar que puedo conseguirlo. Hay una frase que me gusta mucho y que resume esto: “Para que algo se convierta en realidad, hubo una persona que tuvo que soñarlo”.  Pero ¿qué sucede cuándo las cosas no son cómo deseo, qué estoy haciendo mal para no obtener de la vida el éxito, la abundancia, el trabajo, el amor…?Probablemente nada, pero es imposible, literalmente, convertir en acción cualquier cosa que previamente no ha pasado por el pensamiento.

Así pues, ante las circunstancias negativas de la vida, probablemente deberíamos repasar nuestro sistema de creencias. Efectivamente, hay creencias que nos limitan y creencias que simplemente, nos ayudan a desarrollarnos como personas, empleados, padres, madres, amantes…Si creo que lo puedo conseguir, será difícil que no descubra los mecanismos que me lleven hacia ese sueño que me tira, me motiva y me hace grande. Si creo que no lo puedo conseguir…exactamente igual, será difícil enfrentarme a esas limitaciones autoimpuestas por mi pensamiento.

Así leído puede parecer un poco esotérico, pero haced un pequeño ejercicio de autorreflexión para tratar de recordar los mejores momentos de vuestra vida. En el instante en que empiezas a creer que algo es posible, sin saber cómo ni cuándo, parece que las circunstancias se van acoplando como en un gran engranaje para empezar a percibir las señales que te ayudan a seguir adelante. Puede ser ese personaje anónimo que de pronto tiene la clave para tu nuevo trabajo, puede ser ese cliente que parecía perdido, puede ser esa relación que parecía una reliquia del pasado.



El problema de las creencias limitantes es que necesitamos creer, el pensamiento es como la energía, que no se crea ni se destruye, simplemente cambia. El mero hecho de que algo haya sido de una determinada manera no significa que tenga que seguir siendo de esa manera en el futuro. Como he indicado algunas veces a lo largo de este año que hemos compartido juntos, cada instante de nuestra existencia es independiente del anterior y por lo tanto tenemos la capacidad de modificar los resultados en cuanto tengamos el valor de cambiar los pensamientos que nos llevaron al mismo. Y precisamente, lo único que tengo que hacer, es eso, cambiar la forma de pensar. En un librito que me estoy leyendo, llamado “El poder de la intención” de Wayne W. Dyer, aparece una cita que es casi como un mantra en mi vida actual: “Cambia tu forma de ver las cosas y cambiarán las cosas que ves”.  Cuando actuamos como si las circunstancias fueran distintas, no nos queda más remedio que observar la quietud, la paz, la prosperidad y el amor en nuestra vida, porque todo eso está ahí, esperando a que lo observemos y antes de que nos demos cuenta, estaremos inmersos en un proceso donde todos esos sentimientos serán cada vez más frecuentes y a la vez serán más frecuentes las circunstancias que nos llevan a esos estados.

Un sencillo ejercicio para detectar y cambiar nuestras ideas limitantes es precisamente este: Cuando las circunstancias de mi vida no son las que imaginé o las que me gustaría, piensa en cómo serían las cosas de ser perfectas. Imagínate que ese problema ha desaparecido, que no existe. Cómo te sentirías, qué pensarías, con quién estarías, que harías…Muchas veces, pensar en el problema nos impide ver la solución, o peor aún, nos impide ver que tenga solución. También puede ser que descubramos que realmente el problema tiene una causa, que está ahí por algo, para algo, cumpliendo una función en nuestra vida.

Una vez detectada la situación ideal pensemos cómo hemos llegado hasta ahí, como si estuviéramos viendo una película de nuestra propia vida. Probablemente descubramos recursos, circunstancias o nuevas formas de ver las cosas que no se nos habían ocurrido antes. Más aún, nos daremos cuenta de todos los pasos que tenemos que dar para llegar a ese estado ideal, teniendo en cuenta que el estado ideal es el camino que atravesamos en cada momento, puesto que cada paso está pensado para llevarnos a donde realmente queremos. De nuevo, un horizonte nuevo se abre entre las nubes tormentosas, aquello que era oscuridad ahora renace con la fuerza de una aurora renovada y el mundo deja de ser un lugar hostil para convertirse en la perfecta realización de todo lo que, en algún momento, he deseado.

Somos nuestro peor enemigo, pero también somos nuestro mejor aliado, lo único que tenemos que hacer es decidir en cada momento quienes queremos ser: Por un lado está la oscuridad, en el mismo lado, la luz. Sólo tú puedes escoger constantemente la luz. Sólo tú puedes decirte a ti mismo o a ti misma: “Quiero ser feliz”. Ahora, sin esperar a nadie, sin esperar nada. En esta circunstancia concreta y actual de mi vida…deseo ser feliz. No es magia, simplemente, la felicidad, que siempre ha estado ahí, consigue ponerse en el primer plano.

Un gran abrazo a tod@s y feliz semana

EDU

INSTALACIÓN DE LA NUEVA HITACHI FX-TRÍO 77E

Buenos días a todos, nuestros amigos de AGC Formación lo han vuelto a hacer. En su constante ilusión por la búsqueda de la innovación, probablemente han sido los primeros en instalar en España la nueva Pizarra Digital Hitachi FX TRÍO 77E.

Este nuevo modelo de Pizarra Digital tiene algunas ventajas evidentes sobre su antecesora, como son la resistencia y ligereza de su nuevo tablero de aluminio, además de incorporar un nuevo sistema de cámaras para que el desmontaje y el montaje de las mismas sea casi tan rápido como hacer un “clic”. Basta con quitar un tornillo…

Colgamos un par de fotos con la instalación ya terminada, para que podáis ver cómo queda esta Pizarra y el proyector Hitachi CP-A220N.





En un mundo donde la tecnología avanza más rápido cada día, la innovación y la búsqueda de excelencia son retos que compartimos plenamente con nuestros amigos de AGC. Nuestra más sincera enhorabuena por estar constantemente a la vanguardia de la técnica.

Un abrazo a tod@s

EDU y CADA

¿QUIÉN SOY YO?

Me gustaría invitar a cada lector a hacer una reflexión íntima y personal para tratar de descubrir, exactamente, como es el interior de cada uno mismo. Es decir, la pregunta que me hago, en un primer momento es: ¿cómo soy?



Reflexionando sobre ello, uno cae en la cuenta de que es una persona diferente en cada situación y según con quién esté. No actuamos igual dependiendo dónde estemos y con qué gente nos encontremos. Esto es una obviedad, pero nos lleva a una segunda tanda de reflexiones: ¿Cómo soy con cada una de esas personas? ¿Por qué? ¿Quién soy en realidad?





En este estado de profunda discusión interior y, en aras de comprender que la persona que soy realmente es un problema de existencialismo humano que ahora mismo no me interesa, lo único que podía hacer era analizarme a mí misma en esas situaciones y pensar el por qué de mi comportamiento. Así fue cómo comencé a pensar qué tipo de persona era cuando estaba con una amiga concreta, con ese amigo con el que ceno de vez en cuando, con mi compañero de viaje, con los compis del trabajo, con mi tío, etc.



Analicé detenidamente que, con una de esas personas me mostraba siempre alegre y simpática, dando la impresión de que nunca pasa nada malo. Con otro, era comprensiva, cariñosa y profunda. Con algunos era dinámica y despierta. Con aquellos, arrebatadora.



Así que, en un primer momento, imaginé que las distintas actuaciones humanas se deben a una adaptación. Es decir, nos adaptamos al comportamiento y gusto de la persona con la que estamos. Pero, seguidamente, me di cuenta de que no se trataba de eso. No actuamos de distintas formas por adaptación. Al menos, no totalmente. Lo hacemos, exactamente, por el deseo más o menos consciente de gustarle a la otra persona. Mostramos aquello que queremos que crea.



Con esa amiga que siempre soy simpática y alegre intento, en realidad, que me encuentre como una tía genial con la que compartir experiencias de ocio. Aquel amigo con el que mantengo profundas conversaciones pretendo que me vea como una mujer atractiva e inteligente. Y, de esta forma, podemos ir analizando todos esos comportamientos y descubrir, cada uno de nosotros, lo que nos lleva a ser, por momentos, la persona que somos.



¿Dónde está, entonces, el verdadero yo?



Cuando todo el mundo se va y te quedas a solas, ya no hay reglas. A partir de ese momento estás al desnudo y puedes dejar de actuar. Ya no necesitas ser esto o aquello. ¿O…, puede que sí? ¿Actuamos, también, para uno mismo? Claro que sí. Necesitamos auto-gustarnos. Y, esa necesidad de sentirnos bien con nosotros mismos implica que, también, queramos ser algo en nuestra intimidad. A veces nos contamos lo que queremos permitirnos oír.



Entonces, puede que la propia personalidad sea lo que los demás cuentan de mí.



¿Quién soy yo?



Después de todo, al final del camino, somos la opinión de los demás…



CADA.

CONCURSO GENTE-EDUCADA

Buenos días a todos!!

El concurso de Post de Gente-Educada llega a su tercera semana. Ya sois muchos los que os

habéis incorporado a esta propuesta, muchísimas gracias por vuestra colaboración.

Estamos deseando veros y poder compartir una buena tertulia con el ganador.

Os animamos, a que sigáis mandando vuestros Post y os recordamos las bases del concurso:



1.    Para participar sólo tienes que escribir un post sobre tema libre y enviarlo a nuestro correo: gente.educada@gmail.com
2.    No se admitirá ningún post sobre temas con connotaciones religiosas, políticas o sexuales. Esos temas serán desechados en el acto.
3.    Cualquier persona puede escribir un post. No hay edad mínima ni máxima, ni ningún otro tipo de condición. Además, pueden enviarse tantos como se desee.
4.    Entrarán en el concurso todos los posts recibidos desde hoy y hasta el 30 de octubre de 2011.
5.    Los cuatro posts considerados finalistas, por EDU y CADA, se publicarán el jueves 10 de noviembre de 2011. Los lectores decidirán el post ganador. Para ello podrán realizar los comentarios que deseen en su post preferido. También se podrá marcar la opción “me gusta” en Facebook. El post que más comentarios y más “me gusta” reciba será considerado el ganador.
6.    El ganador, o ganadora, del concurso conocerá en persona a EDU y CADA y podrá grabar con ellos una entrevista que, si desea, se subirá a YouTube.
7.    Todos los posts que se publiquen en nuestro blog tendrán la firma de sus autores, que consistirá en: Nombre completo, edad y lugar de procedencia.
8.    Si el ganador o ganadora fuera menor de edad, deberá contar con el consentimiento de sus tutores legales para conocer a EDU y CADA.
9.    Si el post enviado contuviese alguna imagen, el autor deberá asegurarse de que dicha imagen es propia o no contiene copyright, escribiendo en el pie de la misma su procedencia.
10.  El envío de un post a nuestro mail supone la cesión de un escrito que es propio de quien lo envía y auténtico. No se podrán plagiar textos. La autoría del escrito se publicará sólo en nuestro blog, pero EDU y CADA no se hacen responsables de las copias que terceros pudiesen hacer, por lo que los autores aceptan que nuestro blog es un medio de difusión libre.
11.  La participación en el concurso supone la aceptación de estas bases.

SUERTE A TODOS LOS PARTICIPANTES!!

EDU y CADA