AL FINAL LA FORMACIÓN, LA RECIBES TÚ

AGC Formación acaba de lanzar la nueva oferta formativa para docentes. Dicha relación de acciones pedagógicas está completamente especializada en el sector educativo. Los cursos se elaboran por profesionales expertos en educación. AGC Formación es una empresa especializada en formación personalizada y a medida dirigida a los centros educativos.


Las posibilidades formativas son presenciales, online o combinando ambas opciones.

Aquí te dejamos la lista para este 2012, recién “sacada del horno” y te recordamos que puedes solicitar acciones a medida o preguntar por otras soluciones que no estén aquí contempladas:

Metodología de pizarra digital en el aula:
· Infantil
· Primaria
· Secundaria y Bachillerato
· FP
· Nivel avanzado
· Pizarra Digital Hitachi FX-Trío
· Pizarra IQ Board
· Pizarra SmartBoard
· Aplicada a ciencias y matemáticas
· Aplicada a humanidades y artes

Recursos TIC y plataforma Moodle. Convertirse en un centro interactivo

Métodos y estrategias de enseñanza

Aprender a través del Método por Proyectos
· Infantil
· Primaria

Desarrollo de la Inteligencia Emocional en el aula

Las Inteligencias Múltiples en el aula

Aprendizaje cooperativo

Aprender a ser creativos. Crear para aprender

La dislexia: definición y estrategias

TDAH: déficit de atención e hiperactividad

Alumnos de espectro autista en el aula ordinaria

Desarrollo de la lateralidad en la escuela

Educación intercultural en las aulas

Conflictos en el aula, dificultades de conducta y niños/as difíciles

Estimular en educación infantil

Desarrollo de capacidades a través de la música. Musicoterapia

La enseñanza del inglés de 0-6 años

Introducción y tratamiento de contenidos en inglés

Habilitación en inglés para bilingües

La educación plástica en la educación artística infantil

Competencias básicas en el marco de la nueva legislación educativa

Estrategias contra el fracaso escolar

Coaching educativo en el aula

Coaching educativo en la sala de profesores


Todos los cursos tienen posibilidad de bonificarse a través del sistema de bonificaciones de la Fundación Tripartita.

Si deseas más información dirígete sin compromiso a:

AGC Formación
91 416 91 37

Saludos y feliz semana,

CADA.

VEO FUEGO POR TODAS PARTES

A veces me da por pensar en cómo ha cambiado la vida en muy poco tiempo. Me refiero, sobre todo, a los avances tecnológicos. Hace veinte años no había ordenadores en las casas. Los paneles informativos del aeropuerto eran de claquetas. Las cocinas de gas. Las bombillas de filamentos. Los teléfonos tenían cables y estaban en las casas...

Internet, la informática y la tecnología en general, han cambiado nuestro modo de ser, pensar y actuar. Y todo se debe a un descubrimiento casual que hizo un simple mono, al que denominamos Homo Erectus para no faltarle al respeto, hace 500.000 años. Ese fue el inicio de toda esta revolución. Este tipo chascó dos piedras para hacerse una lanza y le pegó un chispazo que le tuvo que dejar atónito. Señoras y señores: ya tenemos fuego.


Ese fuego sirvió a aquellos primitivos para calentarse, iluminar la cueva por las noches y asar animales.

Hoy, aquel fuego del cavernícola intrépido, se ha convertido en calefacción de gas natural, bombillas de led y vitrocerámicas.

Cuesta creer que el que podría ser el descubrimiento clave de la humanidad, hubiese podido ocurrir sin más, por pura casualidad.

Pero eso no lo sabemos. No podemos estar seguro de qué había en la pequeña mente de aquel homo cuando chascó las piedras. Lo más probable es que hubiese chascado para pulir y aquella primera chispa pudo captar su atención y, sin saber su consecuencia exacta, se hubiese empeñado en darle más y más.

Puede que fuese menos casual y más por su insistencia.

En cualquier caso, gracias al fuego, existe Internet. Ya no puedo imaginarme un siglo XXI en ausencia de paneles luminosos, máquinas expendedoras, programas informáticos, redes sociales y comunicación por doquier.

Allá donde mire veo fuego. Fuego en la bombilla de bajo consumo de mi despacho. Fuego en la pantalla de mi ordenador. Fuego al meter la llave en el coche y hacer el contacto. Fuego al calentar la leche en el microondas. Fuego al encender el televisor…

Aquel pequeño ignorante, insignificante mono del pasado, es el mayor tecnópata de la historia. Pero como era muy feo para los cánones de belleza actuales, no hemos hecho logos con su cara para representar grandes marcas informáticas.

La reflexión de hoy pasa por dos temas:

  1. Pensemos sobre si es bueno aplicar parte de casualidad y parte de tesón para sacar adelante un proyecto que algún día podría ser revolucionario.
  2. Pensemos sobre qué le debemos a quién, para poder lanzar sobre aquello nuestras propias ideas.

Hoy, buscamos las fórmulas mágicas para crear con imaginación y convertir nuestras creaciones en útiles y valiosas. Nos fijamos en los predecesores que han hecho grande nuestro planeta. A veces, en ese pequeño rincón hay una persona trabajando en un proyecto nuevo e inquietante. A veces, la mayor simpleza es la más grande de las creaciones…


CADA.

APRENDIZAJE EN 3 DIMENSIONES

¿Imaginas ver un corazón humano real, en pleno funcionamiento, a 30 cms de tus ojos, bombeando sangre y girando ante ti?




(Sin gafas no es lo mismo, pero para ir abriendo boca: “Corazón virtual 3D”. pincha el link)

Deja de imaginar una realidad que ya es posible.

Varias firmas llevan algunos años comercializando proyectores 3D con ayuda de gafas acordes. La novedad es el salto cualitativo (y cuantitativo) en cuanto al contenido académico se refiere.

Bett 2012 presentó grandes novedades en este sistema. Convertir el aula en un planetario, en un laboratorio químico, en un museo, en un estudio arquitectónico o en un centro anatómico ya es posible.



(Beatriz De La Riva. Directora de Formación en BETT2012)

La apuesta en Reino Unido y Estados Unidos es fuerte, por lo que los desarrollos están en inglés. Algunas compañías están comenzando traducciones al español y a otros idiomas. Pero esto no debería preocupar en nuestro país, donde el sistema de bilingüismo encaja con el producto en el idioma de origen.

Pero, ¿cómo funciona la tecnología 3D?

La tridimensionalidad, naturalmente entendida, se debe a un distanciamiento entre los ojos que permite la captación de diferentes puntos de vista de la realidad.

Para reproducir esa sensación en imágenes grabadas, las grabaciones se realizan con dos objetivos separados por una distancia fija.

Ahora bien, para que el ojo humano consiga ver esas imágenes grabadas, existen dos tipos de tecnologías: activa y pasiva.

El sistema de gafas activas se basa en la transmisión de imágenes a la pantalla hacia el ojo izquierdo y el derecho de forma secuencial y a muy alta velocidad. En este sistema las gafas se sincronizan con el televisor para mostrar en cada ojo solamente la imagen que le corresponde.

En el sistema de gafas pasivas, las gafas están polarizadas permitiendo visualizar línea a línea. Esto genera un problema de pérdida de resolución.

Evidentemente, los nuevos contenidos educativos en 3D, se han creado con el sistema de gafas activas.

Rizando el rizo: 4D, que incluye experimentación con más sentidos que la vista y el oído. El olfato y el tacto entran en juego. Experiencias olfativas o incluso táctiles pueden recibirse al mismo tiempo que se disfruta visual y auditivamente de una secuencia.

Pero para que os vayáis iniciando en este mundo tridimensional, os recordamos que tenéis a libre disposición la “Galería 3D de Google”


(Museo El Prado de Madrid, en Google 3D)


Finalmente, os dejamos aquí algunos links de utilidad. Esperamos que los disfrutéis:

Exploración de disecciones virtuales y otras posibilidades relacionadas con la naturaleza,


Asignaturas de ciencias para primaria y secundaria,


3D Educativo,


CADA

DECIR ADIÓS AL RESENTIMIENTO

Una de las mayores ventajas de trabajar en equipo es que cuando a uno se le funden un poco los plomos, debido a este ritmo que a veces no nos deja ni respirar, tu compañera se saca de la manga un post como el del jueves pasado para decirnos que el pasado siempre vuelve.

A mí particularmente me dio qué pensar. ¿Por qué vuelve el pasado?¿Nos ayuda o nos perjudica? Respecto a la primera pregunta yo al menos lo tengo claro, el pasado vuelve si hay aún algo que nos pueda enseñar, respecto a que eso nos ayude…Pues como todo lo demás en la vida, dependerá de las actitudes que asociemos a distintos recuerdos.

Uno puede revivir su historia a través del recuerdo con nostalgia, con agradecimiento, con rencor, con remordimiento…De algunas de estas emociones os he hablado en alguna ocasión. Pero CADA nos ayudaba a reflexionar acerca de ese pasado que queremos olvidar y que por más que intentemos guardar debajo de la alfombra de la represión, siempre nos ataca en cada esquina.

Me he dado cuenta de que en numerosas ocasiones, cuando eso sucede, en realidad lo que estamos tratando de hacer es ocultarnos a nosotros mismos que ese pasado nos duele, nos duele y nos rebelamos, nos duele y quisiéramos tirarlo a la basura, nos duele y no podemos porque nuestra historia, para bien o para mal ya está escrita y si hay algún modo de cambiarla, es siempre mirando hacia delante pero nunca hacia atrás. Esa ira que no conseguimos aceptar, grabada en las páginas de nuestro libro, se llama resentimiento.

El resentimiento nos endurece el corazón, los golpes inevitables de la vida nos motivan a refugiarnos, a tratar de acorazarnos para que no vuelvan a hacernos daño. Existe un funesto dicho que dice: “Si me haces daño una vez, la culpa es tuya. Si me lo haces dos veces, la culpa es mía”. Hubo un tiempo donde esta sentencia me pareció sabia, pero ahora, después de haber tenido que perdonar mi pasado tantas veces, me parece un completo error. Es una idea cargada de rencor. Cuando un corazón está cargado de rencor no deja ningún espacio para el perdón, ni para el amor, ni para el futuro.

Así que sería interesante poder reconciliarnos definitivamente con nuestro pasado, lo que supone aceptar que, a pesar de todas nuestras buenas intenciones, aún guardamos ese punto de ira relacionada con el hecho de que las cosas no salieron tal y como uno había planeado, ¿no os parece?



La primera receta, a modo de prólogo para poder abandonar mi propio resentimiento, es aceptar que no somos tan buenas personas, que aún escondemos el dolor, que aún hay basurilla encastrada en las paredes de nuestro pasado. Después del prólogo, el primer capítulo es identificar el objeto de nuestro resentimiento. En el caso de una relación de pareja frustrada esto parece evidente, pero a veces no lo es tanto. En otro tipo de relaciones, como las laborales, familiares o de otro tipo, el objeto de nuestro resentimiento puede no estar tan claro, puede ser un compañero de trabajo, un jefe que no ha conseguido ver todas nuestras potencias, un padre o una madre excesivamente ausentes o sobreprotectores…Cada cual tendrá que hacer su propio examen.

El segundo capítulo es aceptar nuestra parte de responsabilidad. Quizá no en las circunstancias, porque evidentemente hay circunstancias que no elegimos y simplemente nos suceden. Lo que sí puede ser responsabilidad nuestra es la decisión de cómo aceptamos el adiós. Al menos eso, sí que depende de nosotros.

El tercer capítulo de la serie es aceptar que muchas veces podemos encontrar regularidades en nuestro comportamiento, ese famoso caer siempre en la misma piedra, que nos puede hacer darnos cuenta de que una y otra vez cometemos los mismos errores, porque no hemos podido aprovechar las circunstancias para aprender de ellas. Al fin y al cabo, en esto consiste la vida, en aprender para seguir creciendo. No quiero ser agorero, de hecho, cuando aceptamos que las circunstancias son una fuente de aprendizaje, conseguimos mirar de otro modo, buscando las soluciones, las oportunidades, los proyectos y entonces la amargura desaparece, porque el germen de lo que soy se encuentra anclado en esto que no quiero vivir.

Hasta aquí hemos limpiado la herida, pero también debemos sanarla para que no vuelva a abrirse. No sé si os funcionará a todos, pero puedo hablaros desde la experiencia de haber trabajado con muchas personas resentidas, aun sin saberlo. El mejor cicatrizante para las heridas del pasado es el perdón. Perdón materializado en la aceptación de que esa persona tan importante en nuestra vida, esa empresa a la que dediqué tantos esfuerzos, esa familia en la que me crié y crecí, ese amigo con el que compartí tantos y tantos secretos, ahora mismo, en este instante, ya no me necesita, en realidad no lo hizo nunca, pero ahora decide contar con otros sin contar conmigo.

Cuando aceptamos sinceramente que esto es así, nos damos cuenta de dos cosas: La primera es que nos merecemos todo lo bueno que nos suceda en la vida, la segunda es que, de la misma manera, los otros también se lo merecen. En realidad no importa tanto de donde provenga la felicidad, siempre y cuando seamos felices. Las circunstancias no siempre ayudan, pero aceptar con absoluta confianza que merecemos tener todo lo que nos proponemos, nos ayuda a aceptar con generosidad que los demás obtengan todo lo que ansiamos para nosotros, aunque ahora, no cuenten con nosotros para conseguirlo.

La aceptación conduce a la libertad, a la verdadera libertad de no quedar anclados en los condicionamientos del pasado, a la verdadera libertad que supone volar hacia un futuro que es, seguro, infinitamente más precioso que el que dejamos atrás.

Que tengáis una semana maravillosa. Un fuerte abrazo

EDU

BETT, UNA APUESTA POR LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA

Londres acogió la semana pasada la mayor feria de tecnología educativa de Europa. Entre los días 11 y 14 de enero se pudieron visitar los stands de 650 expositores. Más de 30.000 visitantes de todo el mundo asistieron a los 3800 eventos organizados.


Bett es un punto de encuentro fundamental para el sector educativo. Las novedades tecnológicas y los nuevos recursos prácticos se presentan por las firmas más prestigiosas. Una cita, sin duda, para apostar por lo que está por venir y va a implantarse de inmediato en escuelas de todo el planeta.



AGC Formación encontró esos días un sinfín de nuevos productos e ideas que irá apoyando los próximos lunes en este blog.

Para empezar, puede señalarse el punto de partida que la feria supone para conocer nuevas implementaciones.  La reunión de  profesionales y tanta diversidad ofrecen grandes ideas e interesantes soluciones educativas.

Entre los exhibidores pudo encontrase una gran variedad de software educativo y presentaciones digitales de todo tipo, destinadas a convertir las aulas en interactivas, incrementando tanto el interés como los conocimientos de los alumnos. Asimismo, las diferentes plataformas de e-learning destinadas a la infancia parecen comenzar a ser una tendencia. Además, se mostraron nuevas soluciones tecnológicas.

Hitachi, presentó sus pizarras interactivas de las cuales destaca la StarBoard FXTrío de 77 pulgadas con su software educativo más actualizado. Además, la firma nos sorprendió con componentes de plasma interactivos que pueden verse en el siguiente link:




Como ya viene siendo costumbre, AGC Formación apuesta por los productos interactivos que presenta esta marca y recuerda a los usuarios que estén interesados que AGC es partner oficial de la misma, representando distribución, instalación y formación.


IQ Board también supo sorprendernos presentando una nueva pizarra táctil resistiva, dúo y con un software muy interesante. AGC acometió pruebas de la misma in situ y comprobó la fiabilidad de este nuevo producto que ya puede comercializarse en España. La pizarra es muy recomendable para el uso en aulas por su resistencia y fácil manejo. Su software combina el clásico pero renovado IQ con Maker, un muy interesante software de trabajo.

(Elena Gutiérrez, responsable de grandes cuentas en AGC, probando la nueva pizarra de IQ)

Las próximas semanas haremos un recorrido por algunos de los stands y os pondremos al día sobre recursos interesantes con la intención de que podáis tomar nota para vuestras aulas.

Un saludo,

AGC Formación.


EL PASADO SIEMPRE VUELVE

Hace días que tengo en la cabeza una conocida canción que entre sus versos deja caer “…porque el pasado nunca vuelve…”

Todo el que tenga un mínimo de experiencia de vida ya sabe de sobra que esa afirmación es completamente falsa. De hecho, por el contrario, el pasado vuelve a nosotros una y otra vez.

Para empezar, es imposible renunciar a nuestras raíces. Y, si por la causa que sea, has decidido escapar, ya te habrás dado cuenta de que hay algo dentro de ti inamovible. Es lo que algunos sabios griegos decidieron llamar “esencia”. Esa parte de nuestro ser que va con nosotros a donde sea, que cruza las fronteras subida a nuestro yo, como si de un trozo de nuestra propia piel se tratase. Esta especie de razón de ser propia, es lo más profundo que hay en cada uno y tiene que ver con la persona que se es. Es, sobre todo, quién soy y de dónde vengo. Incluso cuando alguien desconoce su procedencia, la esencia te llama con tanta fuerza que te empuja a saber de ti, de tus ancestros.

Podemos escapar del resto del mundo, pero no podemos escapar de nosotros mismos.

Esto me da qué pensar, porque además de un pasado espiritual, tenemos un pasado real que va desde el momento de nuestra creación y hasta hace un segundo, más o menos.



En ese pasado hemos hecho un montón de cosas. Muchas no las recordamos, otras nos gustaría olvidarlas, algunas son intensas y unas pocas nos enorgullecen. Pero la parte peor es que todo el mundo tiene algo escondido en su pasado que hubiese preferido borrar por completo. A veces, es una tontería. Puede que sólo se trate de un momento de ridículo personal sin demasiada importancia. Pero otras veces se trata de algo que nos puede resultar turbio y delicado. No importa de lo que se trate, lo realmente preocupante es que saldrá a flote cuando menos falta haga.

Todo lo que hacemos, todo lo que nos acontece, provoca una huella en nuestro camino y, antes o después, volveremos a pasar por el mismo sitio y la marca del pasado, más o menos profunda, nos recordará los pasos que dimos entonces.

El siguiente pensamiento que todo esto puede provocarme es si no hay nada que podamos hacer para cambiar el curso de los acontecimientos. Si no existe solución, se convierte en imposible la marcha atrás. No hay forma de volver sobre nuestros propios pasos.

Aquí llega otro de los grandes problemas: cuando estás con el agua al cuello y buscas una salida pero esa escapatoria no es real, porque te dirijas a donde te dirijas, nunca terminarás de escapar.

A veces siento que me he empeñado en llevar puesto un traje que me compré dos tallas más pequeño. El día que me lo calcé por primera vez pensé que acabaría por encajarme a la perfección, pero el tiempo pasa y eso no ocurre. Para que me siente bien tomo aire y encojo el estómago. La incomodidad es permanente, pero soy incapaz de renunciar a la idea que en un principio tenía: ese traje algún día se amoldará a mí.

Mientras cada jornada soportamos un traje que nos aprisiona, pensando que en algún momento estará hecho para nosotros, ahí fuera hay cientos de trajes que nos sentarían como un guante, pero que no nos atrevemos a probar.

Si el pasado va a perseguirme, al menos que en el presente me siente bien el traje que llevo puesto. Y, especulando acerca del futuro, quizá ha llegado el momento de dejar de pensar en actuar y, simplemente, actuar.

No huyas de tu esencia. No intentes escapar de lo que ya no tiene sentido. No sigas vistiendo aquella prenda en la que no encajas. No trates de demostrar lo que no sientes. No creas que el pasado nunca vuelve. No huyas para poder ser, libremente, la persona que realmente eres…

CADA.

¿LLEGARÉ A TIEMPO?

Las mejores historias empiezan por el final y es que después de una Navidad diferente, el día uno de enero de 2012 empezaba saliendo de un atasco de coches, unos 70.000, de paquete con un motorista desconocido y mi pasaporte como único equipaje.

He sido uno de los afortunados en tener vacaciones en Navidad. Me trasladé a Brasil en un vuelo de 11 horas con Air China. Y sí, todo era en chino, las películas, la mayoría de los pasajeros, las azafatas…y el avión. Pero para suerte de los pasajeros, yo sólo lo noté en el precio. A mi llegada al país, noté que el ambiente caribeño se mezclaba con la modernidad y la responsabilidad de los habitantes por ser la Sede de los JJOO de 2016 y del Mundial de Fútbol de 2014. Un esfuerzo que todos tienen asumido. Pero las culturas, lo son por sus tradiciones y estas hay que respetarlas porque son la idiosincrasia de cada pueblo y sería injusto intentar cambiarlo.

Mi profesor de inglés (originario de Brasil) me invitó a pasar la Navidad en Sao Paulo, su ciudad natal. El segundo día de mi estancia allí, creí estar siendo grabado para un programa del Diario del Patricia cuando fui a conocer a mis familiares españoles que emigraron a principios del SXX. Y es que como dice una amiga, existe una regla en la que sólo estamos separados por 6 personas, independientemente del lugar en el mundo en el que te encuentres.

Nos llevaba el padre de mi compi de viaje en su taxi, siguiendo las indicaciones que yo traía desde España, cuando al entrar en la famosa calle Moca, dijo un poco sorprendido: “En esta calle vive mi compañero de trabajo, hace poco estuve en su casa viendo el fútbol”. Hablaba en portugués, pero esto lo entendí perfectamente.

Según avanzábamos por la calle, me pregunta el número al que nos dirigíamos y aunque todos teníamos en mente una posibilidad remota, en la que nuestros familiares se conocieran, sin embrago, lo dábamos como improbable debido a los 20 millones de habitantes de Sao Paulo y los 47 millones de España. Pero justo cuando estábamos llegando, señaló sorprendido la casa de Genaro, su compañero de trabajo, y claro, ahí nos paramos porque resultó que este tal Genaro es el marido de mi familiar español emigrante al que iba a conocer y también el compañero de trabajo del padre de mi profe de inglés...¡Vamos, de sesión de tarde!.

Un hecho que habría sido la nota más importante de coincidencias, de no ser por el atasco de coches en el que me vi envuelto de regreso a España.

Mi vuelo salía a las 19:10 del Aeropuerto Internacional de Guarulhos. Íbamos en la autopista, cuando nos quedaban unos 10 km para llegar y entonces nos vimos literalmente parados en un atasco de coches que no se veía el fin de la carretera, es más, allá donde mirabas, el atasco era monumental. Los nervios por no saber que sucedía empezó apoderarse de todos...¿De todos?


Entre el aeropuerto y nosotros se encontraban las favelas de Sao Paulo y el pueblo de Guarulhos. Decidimos tomar una vía de salida dirección a las favelas, pues eran las menos congestionadas. También preguntamos a los viandantes una dirección al aeropuerto y cuando seguíamos las indicaciones, siempre salíamos al mismo punto de partida: El atasco. Le gente era muy amable, la verdad es que me sorprendió por el prejuicio que tenemos de las favelas.

Todos nuestros intentos por salir de allí se iban esfumando hasta que, directamente nos quedamos parados en la entrada del pueblo a Guarulhos. La radio local sólo hablaba del colapso en el pueblo producido por la inauguración de una iglesia evangélica que desbordó las previsiones de las autoridades locales…Autoridades?? Cuando creí ver a tres policías, resultaron ser personal de esta iglesia repartiendo agua y alimentos a los viandantes que inundaban las calles entre los coches. No había ni un solo policía en “X” kilómetros a la redonda.



Nuestras esperazas por coger el avión estaban agotadas…Empezaba a hacer cálculos: Llamaré a la oficina, les contaré que he perdido el avión, aunque suene a “mi perro se ha comido los deberes”. Estoy en Brasil, verano y pierdo el avión… a ver.. Luego pensaba en el pastizal para coger otro avión, eran ya las 18:05 h.Br y las llamadas telefónicas tenían menos resultado que cruzarse de brazos. Fue entonces cuando mi compi de viaje, sin pensárselo dos veces, paró a un motorista y su novia y les suplicó que tenía que coger urgente un vuelo internacional.

Los chicos se miraron y sin dudarlo dijeron que sí. Se cambia la chica por mí, me subo de paquete y pienso en mis maletas pero me grita mi compi: ¡¡Olvídate de las maletas!! Me coloco el casco y allá fuimos esquivando coches, viandantes, subiendo aceras, conduciendo en sentido contrario a los coches (en sentido contrario? Había sentido???), bajando de la moto, andando por tramos y por fin…Llegamos a la terminal 2 con 30 minutos de antelación. Lo iba a conseguir, le doy mil “Obrigados” al motorista, que me mira con cara de póker, aún así sabía que me entendía, y corrí como un rayo para hacer el check-in. Cuando entro en la terminal, había cientos de persona con bultos de equipajes que sobresalían por sus cabezas, una nata de personas tal que me resultaba casi imposible ver en que Stand se encontraba Air china.

Mis ánimos estaban por los suelos pero me dije a mi mismo: “Hoy no voy a perder el avión. He salido de un atasco de más de 70 mil coches y no voy perder el vuelo aquí en el aeropuerto”. Comienzo a correr, esquivar, andar y preguntar a todos los chinos (ninguno respondía). Las Azafatas de otras compañías me indicaban un Stand que ponía TAM, y yo buscaba Air China, pero sí, usaban su Stand de prestado. Tan sólo un póster en un trípode que ya estaban enrollando delataba su apariencia…Eran los chinos!! Casi les lloro… En mi Spanglish les pedí que, por favor tenía que subir al avión y por fin…Objetivo cumplido.

Llegué a tiempo a mi destino.

Mis agradecimientos a los padres de mi profe de inglés, a mi profe y a todos los que conocí en Brasil. Por supuesto a ese motorista, sin nombre ni apellidos que decidió ayudar a alguien a cambio de nada. A su novia por cederme su sitio y compartir la espera en el taxi con mis amigos, mientras esperaban el desenlace. A todos GRACIAS

EL TURISTA, (THE TOURIST)

¿PARA QUÉ NOS SIRVE LA ILUSIÓN?

Mañana es día de Reyes, la última de las grandes fiestas navideñas. Siempre me ha gustado salir a la calle y ver a los niños disfrutando de los regalos dejados la noche de antes por esos excelsos personajes.



Observar la alegría y expansión de los niños me hace pensar en la ilusión, que al igual que la imagen de los magos, ha caído en una especie de confusión mental. Si nos damos cuenta, cuando hablamos de ilusión uno suele asociarlo con la idea de iluso, es decir, un personaje con no muchas luces en su intelecto que se deja llevar por la fantasía. Sin embargo, ilusión tiene que ver con luz y si uno se deja iluminar la palabra cobra todo su sentido y se convierte en una actitud que nos ayuda a superar cualquier obstáculo.

¿Sirve de algo la ilusión? Si atendemos a las portadas de los periódicos podríamos pensar que no sirve más que para engañarnos a nosotros mismos, una manera como otra cualquiera de ocultarnos de una realidad que se nos impone como un demonio de oscuridad y malas noticias. Desde mi punto de vista es precisamente lo contrario. Si la ilusión significa estar en consonancia con la luz, el órgano que nos permite contemplar esa luz son los ojos y todos sabemos que no se puede ver con los ojos tapados.

Quizá el problema radica precisamente en eso, en que tanta adversidad actúa para evitar que contemplemos la realidad tal cual es, con sus miserias pero también con su ración de alegría diaria. Y esto no es ser iluso, esto es saber ver. Seguro que habéis oído aquello de “todo depende de los ojos del que mira” y cada día tengo más claro que esta aseveración es completamente cierta. ¿Y si resulta que no sabemos mirar?¿Y si a algunos pocos le interesa que la mayoría creamos que ya no hay esperanza?¿Y si nos han borrado del mapa los prados verdes, los ríos y los bosques y nos han hecho creer que la Tierra es sólo un desierto de inmundicia y maldad?

Probablemente la primera de las capacidades que tengamos que cultivar sea la de ver, ver en el sentido de la palabra verdad: contemplar sin más, dejándonos influir realmente por lo que vemos y no por lo que creemos que estamos viendo. El otro día, un amigo muy cercano caminaba de regreso a su casa por el centro de Madrid. Le salieron al paso dos personas con no muy buen aspecto para pedirle un cigarrillo, a lo cual mi amigo no puso reparos. Hasta aquí nada nuevo. Pero en vez de salir huyendo de la situación, mi amigo se paró para conocer un poquito más quiénes eran esas dos personas y por qué se encontraban en esa situación. Ninguno tenía donde pasar la noche. Un par de llamadas al Samur Social y dos personas que esa noche durmieron, al menos, acompañadas y bajo techo.

Podría parecer una insignificante anécdota navideña de esas que las televisiones gustan de emparedar en estas fechas en mitad de las riadas de violencia y catástrofe con los que nos tienen acostumbrados. Podría…pero el suceso me hace pensar en las pocas veces que realmente miramos a los otros. Y si no me creéis, probad el siguiente ejercicio: Cierra los ojos por un momento y trata de recordar el color de los ojos de tu compañero, el que tienes más cerca de ti en este momento. Es posible que no sepamos de qué color son, así que ya no os preguntaré por si sabéis cómo brillan cuando está contento o contenta o cómo se vuelven opacos en la tristeza de sus infortunios, de esos que en mayor o menor medida, todos vamos cargando.

No se trata de haceros sentir culpables, sólo de haceros reflexionar un poco sobre la forma que tenemos de relacionarnos con los demás. Las más de las veces, colocamos una etiqueta a la gente y la incluimos en el saco correspondiente. Quizá sea hora de recuperar la ilusión, de recuperar la capacidad de ver, de recuperar a la persona que tenemos al lado y así, también recuperarnos a nosotros mismos.

Seamos sinceros, cuando en vez de contemplar el mundo a la luz de nuestros mapas, o peor aún, a la luz del mapa que otros han construido para nosotros, podemos acercarnos a la realidad tal cual es, empezamos a descubrir que la vida no son sólo blancos y negros. Una vez que toda la gama de tonalidades se extiende ante nosotros, ya no podemos permanecer impasibles, ya no podemos escudarnos en la coraza de nuestros prejuicios, ya no podemos pasear por la calle haciendo como si no me importara que una persona duerma en la calle, porque más allá de la fachada, de la máscara, podemos contemplar a la persona real que hay detrás. Una persona con los mismos derechos que yo. Ante este hecho, nadie puede permanecer impasible.

Ilusión significa ver y descubrir. Cuando después de atravesar un largo túnel salimos de nuevo a cielo abierto, la luz duele, los ojos se cierran para protegerse. Nos sentimos, por un momento, deslumbrados. Pero cuando el primer destello pasa y nos atrevemos a abrir los ojos, los del cuerpo y los del corazón, la realidad cobra todo su sentido, la naturaleza despliega todo un abanico de colores desplegado para nosotros. El asombro detiene el incesante pensamiento por un instante y ese instante se vuelve nuevo y eterno.

Perder la capacidad de ilusionarnos es perder la capacidad de asombrarnos. Cada cual tiene la decisión de ocultar la basura debajo de la alfombra. Que al menos nos demos cuenta de que esa decisión, lleva asociada la consecuencia de no poder disfrutar de los mil y un colores de la existencia. Que al menos seamos conscientes de que no querer ver es también no querer vivir. Que al menos no nos sorprendamos, cuando me despierte una mañana sin energías para levantarme de la cama. Porque la toma de conciencia es el primer paso para quitarnos la venda de los ojos.

Feliz e ilusionante semana para tod@s. Un abrazo,

EDU