NAVIFUN: PLANES CON NIÑOS EN NAVIDAD

Vuelven, un año más, las mañanas más divertidas de la Navidad.


Un espacio para toda la familia donde disfrutar de actividades lúdicas en 6 salas de cine.





Lugar: Cine Kinépolis Heron Diversia

Fechas: 26, 27 Y 28 de diciembre, y 2, 3 y 4 de enero en horario de 10.30 a 14.30 horas.

Precio: Entrada individual 10 EUROS y entrada familiar (4 personas) 32 euros.Y Con nosotros... 

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HABLA CHUCHO QUE NO TE ESCUCHO

Siempre me ha resultado muy curioso que la mayor parte de la gente prefiera ver a escuchar. Me explico: si a la población sana que tiene la suerte de conservar sus dos sentidos, vista y oído, se le pregunta que si tuviera que perder completamente uno de los dos y pudiese elegir cuál, qué preferiría, contesta (mayoritariamente) que opta por conservar la vista.

No es raro imaginar porqué la expresión una imagen vale más que mil palabras cobra tanta importancia. Sin embargo, a mí me llama poderosamente la atención y lo es por una razón: el aislamiento. Si observamos a nuestros mayores, que van perdiendo oído con los años, también podremos constatar cómo este hecho les conduce a un cierto aislamiento. No pueden seguir la conversación, por ejemplo, en una comida. De hecho, los educadores de niños que padecen de sordera estarán de acuerdo en las complicaciones que supone romper las barreras del aislamiento.

Pero preferimos ver. Nos cuesta abandonar la sola idea de dejar de contemplar lo que pueda estar ante nuestros ojos; a pesar de que el cerebro engañe a la vista, a pesar de las limitaciones espaciales que tienen nuestros ojos.

No se trata sólo de que las palabras las lleve el viento. Es algo mucho más profundo. Tiene que ver con la sordera humana en toda su dimensión. La sordera que todos y cada uno de nosotros manifestamos continuamente. Me estoy refiriendo a la incapacidad para escuchar y, aún más, la enorme capacidad que tenemos las personas para hacer oídos sordos.

Hace poco supe de esa famosa historia tibetana que explica porqué la gente se grita cuando está enojada. Si tienes al otro al lado, no parece tener sentido que haya que gritarle. La respuesta es que dos personas enojadas tienen los corazones alejados, por lo que tendrán que gritarse fuerte, para escucharse y salvar esa gran distancia.

En cuestiones de sordera mental aún podemos ser más discapacitados porque, sin duda, el engaño más fácil es el autoengaño. Por lo que da igual cuánto traten de explicarte algo intentando que lo reflexiones. Mientras quieras creerte tu verdad, nadie podrá clarificarte nada.




Pensé que había dos cosas que debía empezar a hacer de forma constante. La primera, no callarme. Dejar de permitir que la gente hiciera de mi capa un sayo. Decir lo que siento. No morderme más la lengua. Si te quiero, te lo digo. Si necesito algo, te lo pido. Si pretendo que vengas, te llamo. Sin embargo, el error de base de mis argumentos está en que yo puedo hablar, pero el otro puede no escuchar. La segunda cuestión era No dejar nada a medias cuando deba llegarse hasta el final. Volvemos al mismo error exacto. El de al lado puede no secundar el plan.

Así es cómo sigo teniendo la sensación de gritar y que nadie, aparte del eco, me devuelva nada de viva voz.

Esta misma semana un amigo me dijo: “Cada, si además de ser buena e intentar hacer las cosas bien te sientes mal, eso tiene otro nombre”. Efectivamente, eso se llama (y que los lectores me perdonen) ser un completo gilipollas.

Cómo ya estoy más que harta de intentarlo, he tenido que analizar dónde estaba el fallo. Y no es otro que no haber pensado primero en mí. Aunque suene egoísta, parece lógico recapacitar que si, de todo lo que queremos dar, no nos reservamos un pedazo, es imposible que toquemos a nada.

Mi jardín tiene una valla y yo sólo puedo cortar el césped hasta el límite de la misma. El otro lado es de mi vecino. Cuando sus hierbas están tan altas que ya no se ve su casa, trato de decírselo, pero él no escucha. Qué más da, si esa es su parcela.

Pero al mismo tiempo, que el vecino no se extrañe si, algún día las medidas que yo tome tengan que ser otras, porque su hierba empiece a invadir mi terreno.

Porque, quizá, una imagen sí vale más que mil palabras; pero un hecho es un derecho.

Porque no hay peor sordo que el que no quiere escuchar…

CADA.



Dedicado a N, porque este próximo 2015 te prometo que sí habrá vacaciones, verás lucir mi sonrisa y terminará con una amplia satisfacción. Porque no voy a permitir que nada se me vuelva a escapar entre las manos. Porque seré más “despiadada” en lo que deba y más justa contigo y conmigo misma. Porque no me van a preocupar los sordos más que nuestras propias circunstancias. Porque te lo debo

NUEVAS OPORTUNIDADES

Estamos casi de pleno en las festividades propias del mes de diciembre, con la celebración de la Navidad, el Año Nuevo y demás y durante estas semanas el mundo parece sumirse un poco en el caos de la organización de los grandes eventos familiares.

Un caos al que no hemos sido ajenos ni CADA ni yo y por ello os pedimos disculpas, por no haber tenido la oportunidad de compartir con vosotros la entrada de cada jueves. Esta vez la publicamos en domingo, qué se le va a hacer.

Y ya que hablamos de oportunidades, me gustaría que empezáramos a pensar en este año que va llegando a su fin. Es cierto que cuando uno mira para atrás, en muchas ocasiones no encuentra lo que le gustaría y parece que los proyectos del ya lejano año nuevo se han quedado , una vez más, en agua de borrajas. Pero yo soy de los que pienso que en realidad la vida es más sabia que nuestros proyectos humanos. Hay muchas oportunidades en los sueños incumplidos o por mejor decirlo, hay sueños incumplidos que en realidad son la piedra angular de la materialización de nuestros sueños, porque muchas veces, sabemos lo que queremos pero no tenemos que despreciar el modo concreto en que se suceden los acontecimientos para llegar a alcanzar nuestros objetivos.

En las últimas semanas, curiosamente, estoy recibiendo muchas noticias de personas cercanas que ven cómo, poco a poco, sus sueños se convierten en realidad aunque las circunstancias concretas distan mucho de ser las que hubieran imaginado. Yo mismo estoy viviendo una especie de catarsis profesional, que por vericuetos nunca pensados, me están llevando mucho más cerca de lo que quiero de lo que hubiera pensado en un principio. Y esto es lo que quiero compartir con todos vosotros en esta lluviosa tarde casi invernal.

El otro día estaba charlando con una persona a este respecto y le comenté que, efectivamente, hay dos formas de enfrentarse con los imprevistos. Una es la mirada miope del que se queja porque las cosas no son como le gustaría. La otra opción, más interesante y desde mi punto de vista hasta más inteligente, es que realmente las cosas que nos suceden se van alineando y tenemos que ir un poco más allá de las circunstancias actuales para ver qué oportunidades nos ofrece esa situación en principio indeseada.

La magia, dicen, es el resultado del agradecimiento y el agradecimiento por las circunstancias no deseadas es la mejor manera de llegar a donde queremos. Cualquier cosa en la vida, cualquiera, es una oportunidad para crecer, para desarrollarnos, para limar esa habilidad que no sabemos cuándo vamos a necesitar. Si pasamos por alto estas oportunidades de crecimiento, encabezándonos en que el camino debe ser el que esperaba, nunca disfrutaremos de paseos quizá ingratos, pero que en ocasiones suponen verdaderos atajos hacia nuestros sueños.

El consejo de hoy es bastante sencillo y sin embargo, por mi propia experiencia y la de otras personas que conozco, muy complicado de llevar a cabo: vive cada situación como un nuevo escalón hacia tu bien más preciado, aunque aparentemente suponga un paso hacia atrás.

Aunque pueda sonar a conformismo, me he dado cuenta, a tenor de las últimas vivencias que he tenido, que en la vida no hay pasos hacia atrás, o al menos no los hay si aprovechamos todo lo que la vida nos ofrezca, si bien en principio esa circunstancia concreta carece de sentido para nosotros.

Imagen de tekuidamos.com

Es por ello que he llegado a la conclusión de que efectivamente, no podemos tener la percepción de la realidad si nos centramos sólo en nuestros deseos. Cuando abandonamos o nos desapegamos del deseo, empezamos a ver, con mayor claridad, que las circunstancias son una oportunidad en la medida en que nosotros pensamos que lo son.

Uno puede pensar que cocinar es un tostón, pero también puede ser una oportunidad para enseñar a otros cómo llevar una vida más saludable, con el ejemplo y la formación adecuadas. A esto me refiero cuando digo que la felicidad es una cuestión de decisiones, como ya anuncié en una de las entradas clásicas del blog. Sólo tú puedes decidir la actitud con la que te enfrentas a todas las acciones que realizas, sólo tú puedes encontrar la gratitud y la magia escondida entre los fogones, o entre el aparente trabajo rutinario o entre las mismas discusiones de siempre.

Atrevámonos, ahora que empieza la navidad, a crear en nosotros algo nuevo. Atrevámonos a dejar crecer la semilla de la creatividad en cada momento de nuestras vidas. Atrevámonos, de una vez por todas y para siempre, a Ser lo mejor que podemos Ser en cada circunstancia, sin importar lo que esa circunstancia nos demande.

Hay algunas personas, me he encontrado con algunas estos días, que esperan a que la vida cambie para empezar a dar lo mejor de sí. También me he encontrado con algunas que sólo esperan a dar lo mejor de sí mismas para hacer que las circunstancias se conviertan en la gran oportunidad que estaban esperando, también, afortunadamente, he tenido ese ejemplo en la persona menos esperada del mundo.

Los ángeles a veces, tienen formas muy extrañas de manifestarse, en apariencia no son cándidos, ni bondadosos y desde luego no tienen nada de angelicales, pero aparecen en tu vida para traerte el milagro de un aldabonazo. El milagro de hacerte ver lo que necesitas ver en cada momento exacto, el milagro de acompañarte por un momento en tu vida y desaparecer, habiendo sembrado en el alma el germen exacto, ni un minuto antes ni un minuto después.

Los ángeles aparecen, en formas a veces muy extrañas, para llenar el mundo de luz en los momentos en los que parece que la oscuridad es más impenetrable que nunca. No busquemos alas ni miradas candorosas, porque quizá no es lo que necesitamos ahora, sino un taco bien dicho a tiempo para hacernos espabilar. Encontremos en cada circunstancia el toque mágico que nos puede hacer superarnos en cada instante y desde la confianza de que el mundo está dispuesto para nuestro mayor bien, comenzar a ser las mejores personas que podemos ser ahora, en este instante. No hay otro secreto.

Feliz y mágica semana para tod@s

Os quiero

EDU


P.D. Dedicado a R. un extraño ángel en el camino de la vida, pero un ángel al fin y al cabo. Con mi más sincera admiración, respeto y agradecimiento.