DESAFIAR LAS LEYES DE LA FISICA

Cuando en un restaurante te traen el café rebosantemente lleno hasta el mismo borde de la taza y, resulta que, te encanta con dos azucarcillos, no te queda otra que desafiar las leyes de la física. Así pues, en ese mismo instante comienzan una serie de procesos para llegar a la toma de decisiones adecuada. Podrías dar un sorbo para dejar hueco antes de añadir el azúcar. Podrías; pero no lo haces, porque si te gusta con mucha azúcar, te produce una sensación horrible darle un sorbo así, tal cual, en plan amargo.

Eres una persona de acción. No te lo piensas más allá de segundo y medio. Pero también eres fría, calculadora y precisa en el trabajo manual. Abres el primer sobrecito y hasta ahí todo va bien. Completar tu café con un segundo sobre ya es una prueba de nivel, pero lo haces. Y ahora vienen los auténticos problemas, hay que meter la maldita cuchara. De nada sirve el iceberg de azúcar que te has montado si no puedes diluirlo repartidamente por todo el contenido.

Entonces, te percatas de que, mientras estás completamente concentrado apunto de introducir la cucharilla poco a poco en la taza, todos los ocupantes de la mesa guardan un minuto de silencio. Incluso notas como alguno de ellos, inquietado por la causa, traga saliva en un sórdido movimiento balanceante de su nuez.

¡Madre Santa! Esto es más complicado que abrir un sobre de Ketchup…

Todo el estrés que ocasiona se debe a que a la mayor parte de la población le molesta sobremanera que unas gotas de café se viertan en el plato. Eso es insostenible. Genera un engorro tremendo. Vamos, como para cogerse una baja por depresión!!

En pleno delicadísimo momento, habla el graciosillo del grupo: “pero qué haces? No ves que no puedes desafiar las leyes de la física? La materia ocupa un lugar en el espacio…”

Ni os cuento la cara de los comensales cuando diez minutos después, y tras haber liado semejante pollo, decides dejarte la mitad del café porque los posos te dan asco. – No tomas más? – No. Nunca lo hago. – Señora, el café no es de su agrado? – El café está perfecto, gracias. Por eso me he dejado la mitad; de lo contrario lo hubiese dejado entero…

Entonces, ¿de verdad no puedo desafiar las leyes de la física? ¡Yo creo que sí!

Por ejemplo, los polos opuestos se atraen, pero también se acaban matando.
Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme a menos que otros cuerpos actúen sobre él. Vale, Newton, estamos de acuerdo. Jamás me atrevería a poner en duda una ley tan erótica, verdaderamente física y de cuerpos…
Respecto a la Ley de la relatividad… qué vamos a decir? Si total es relativa!!




Cuando el día a día consiste en hacer que el tiempo aumente y 24 horas cundan como 40, el tráfico no suponga un impedimento para llegar a los sitios, el calor no te provoque sudoración, hablar por teléfono se pueda hacer a la vez que mandar un mail, comer con un cliente sea tu tercera comida del día, recoger a los niños del colegio, hacer la compra, retirar los trajes de la tintorería, comprar unos muebles del ikea y meterlo todo en un smart sea posible, nadie, absolutamente nadie, puede reunir el valor suficiente para decirte que dos azucarillos no caben en una taza de café apunto del desbordamiento.

Volviendo al sobre de Ketchup… ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántos litros diarios de tomate frito se desperdician en los restaurantes de comida rápida por quedarse siempre parte del contenido dentro del sobre?

¡Eso sí que es físico! ¡Eso sí que es un objeto dentro de otro ocupando un lugar!

Veamos; el contenido de un sobrecillo de esos pesa unos 10 gramos. Al abrirlo, un gramo se derrama por el dedo gordo y otros tres se quedan dentro. ¡Nadie se ha preocupado de contabilizar esto!?!?!?!

Sin embargo podemos preocuparnos de las gotas de leche que se escapan de una taza o de los posos que no me bebo…

Las leyes de la física, como tantas otras cosas, están sobrevaloradas. Cuando alguien dijo algo y se creyó que lo probaba ante todos, las discusiones filosóficas fueron más o menos posibles, pero no dejaron hueco a que las verdades absolutas sí o sí aparezcan en los libros de texto.

No debemos plantearnos dónde están los límites de la verdad, sino cuánto de útiles son éstos. Cuánto motor de la economía mundial suponen y cuántos valores están destruyendo.

Para mí, el día consta de 25 horas, el minuto dura dependiendo de lo que haga con él, el espacio es relativo a su continente y contenido, la velocidad tiene que ver con la adrenalina, el pensamiento ocupa un lugar y el amor deja un vacío.

Para mí, la física tiene que ver con sonreír cuando otro te mira fijamente a los ojos…


CADA.

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