LA ALIANZA DEL CUERPO

En el mundo político, concedemos cien días a los presidentes para hacer un primer balance de su gestión. En un año, un mes puede ser tiempo suficiente para hacernos una pequeña composición de lugar acerca de lo que podemos esperar de los once meses que nos restan.

Desde hace relativamente poco tiempo, he adquirido la costumbre de tratar de encontrar un tema central acerca de mis aprendizajes para el año que comienza y aunque de momento no es más que una intuición, tengo la sensación de que este 2014 será un año importante en cuanto a dejar que las cosas se materialicen.

Esta palabra, materializar, es de uso socorrido en ciertas tradiciones energéticas y quiere decir llevar las cosas a término. En nuestra cultura, quizá el principio que más se acerca sea el “ora et labora” que rige la vida monástica, también reconocido en el refranero con el famoso “a Dios rogando y con el mazo dando”. En definitiva, se trata de no quedarnos sólo en las ideas y proyectos, sino que debemos procurar las condiciones necesarias para que esas ilusiones se transformen en realidad.

No es un tema sencillo, en mi caso concreto hay bastantes lagunas en cuanto a la habilidad para hacer que lo que pienso se convierta en una realidad que podamos contemplar, tocar y sentir. Esta no es cuestión baladí, porque en el mundo tecnológico que nos movemos el criterio fundamental de eficiencia está corrompido por una especie de idolatría del resultado. Esto lleva a que en muchas ocasiones, nuestras mejores ideas no tengan la oportunidad de dar a luz. Estamos más pendientes del rendimiento económico que de la manifestación de nuestro ser.

Parece que el cuerpo y la mente están tan separados que todo lo que tiene que ver con la recuperación corporal es bajo y sucio y las cuestiones altas y nobles son objetos mentales. Esta situación genera dos problemas, uno es el culto al cuerpo como lo único que merece la pena cuidar y otro es un envilecimiento de lo material, con la excusa de que al fin y al cabo no es más que una envoltura que tendremos que abandonar más tarde o más temprano.

El camino correcto, desde mi punto de vista, es que el cuerpo es una manifestación de lo que sucede en nuestra mente. Pero no podemos abstraernos de él, porque esa manifestación hace que dependamos de lo corporal de una manera fundamental. En el sentido de que sin cuerpo no haríamos absolutamente nada. Fundamental porque todas las estructuras del ser humano se construyen apoyándose en el cuerpo, fundamental porque es precisamente lo menos humano que tenemos en nosotros.

Nos buscamos mil excusas para no desarrollarnos completamente y si queremos empezar la casa por los cimientos, en el ser humano nuestro cimiento es material, aunque a la vez nuestras funciones más importantes son las que se desarrollan en otros aspectos. Esta es una paradoja difícil de explicar en dos folios, pero lo más importante, desde mi punto de vista es observar los obstáculos que nos impiden traer a la vida lo que guardamos en el alma.

Un primer problema es ese envilecimiento, del que hablaba antes y que supone que el cuerpo es algo de lo que debemos alejarnos. Un error. Otro problema es que no nos atrevemos a demostrar quienes somos. Manifestar tiene un componente de riesgo, porque mientras los proyectos están en nosotros, no están expuestos al juicio público y en la oscuridad de nuestra mente puede tener todos los errores posibles, pero ay, amigo. Probad a decidle a una madre que su hijo es feo y comprobaréis en vuestras propias carnes lo que quiero decir.



Dar a luz significa iluminar, mostrar al mundo, dejar que los demás opinen y ante esta petición de sinceridad absoluta nuestro ego se resiente, porque no está acostumbrado a las críticas. Así que hay que ser muy valiente para poner una idea en práctica sea la que sea, porque la espada damocliana del fracaso siempre ondea sobre la cabeza de quien decide.

Y precisamente de decidir trata el siguiente problema. Como vivimos en un mundo que se define por su carácter opuesto, decidir equivale, sin excepción, a abandonar. Cualquier elección supone desechar el otro lado de la ecuación. La vida está llena de decisiones y también de muertes, en la misma apuesta. Nos da tanto miedo morir que terminamos por no decidir nunca, por mantener abiertas todas las posibilidades, en un vano intento de guardarnos ese as en la manga.

Y de ases considero yo que va este año. Es el año de apostar definitivamente por lo que queremos que se convierta en realidad, así que más nos vale decidir bien y la mejor apuesta como no podía ser de otra manera consiste en amar mejor. Porque el miedo es enemigo del amor y cuando me guardo ases lo que estoy diciendo es que no estoy seguro de haberme equivocado. ¿Y si no hay elección correcta? Todo sería más sencillo, sabiendo que todos estamos continuamente equivocados, al fin y al cabo, hay que ser indulgente con quien comete las mismas faltas que yo.

Este es el año en que nos quitarán las camisas, en el que saldrán a la luz nuestras equivocaciones, nuestros más oscuros deseos y nuestros inconfesables vicios. Este es el año para acabar con las sombras, con la Sombra. No vivamos con miedo este proceso, porque toda la energía del miedo, que dedicamos a mantener vírgenes las más insondables oscuridades de nosotros mismos será energía disponible para hacer realidad cualquier cosa que nos propongamos y esa es mucha energía.

El cuerpo es nuestro aliado en este proceso, si nos dejamos de estupideces y empezamos a escucharle con atención. Hay mil heridas, cicatrices que están deseando que les de el sol para curar definitivamente. De nada sirve mantenerse en las sombras, de nada sirve el pelele intento de esconder la cabeza en el ala. De nada sirven ya los “por si acasos” y los “quizás”. Es hora de apostarlo todo, porque la única manera de ganarlo todo es perderlo todo y descubrir que en realidad no perdí nada por el camino. Es una verdad sencilla, pero radical en su sencillez, tanto que asusta. Pero el problema no es la decisión, sino el miedo que nos genera decidirnos, impidiéndonos hacerlo.

Escucha tu cuerpo, porque en las heridas de las decisiones no tomadas se encuentra el germen de la mejor manifestación de lo que tú eres, sin comparaciones, sin etiquetas, sin juicios. Y descubrirás que efectivamente, nadie, absolutamente nadie, puede hacer por ti lo que has venido a hacer.

Un abrazo y feliz y corporal semana para tod@s


EDU

1 comentario:

  1. Querida amiga:
    Es siempre un placer hacer nuevos amigos, tanto CADA como yo, estamos encantados de contarte entre nuestros lectores y te agradecemos muchísimo tu comentario. Respecto a tu situación, te recomendamos que leas las entradas, ya clásicas en nuestro blog, sobre cerrar puertas y abrir ventanas. Esperamos que te ayuden a transitar mejor tu duelo. Si te sirve de algo, nosotros estamos convencidos de que todo lo que nos sucede es para mejor, aunque no sepamos verlo. De hecho, el "amor de la vida" no existe, porque el amor no es una persona, sino tu propia capacidad de dar y eso, nadie puede quitártelo. Seguro que poco a poco encontrarás en ti misma la vida y la fuerza para enamorarte de nuevo de la persona más importante de tu vida: TÚ.
    Un abrazo enoooooorrrrrrrmmmmmmeeeee
    EDU

    ResponderEliminar