TE ODIO

¿Alguna vez te han dicho “Te odio”?


Todos los niños saben lo que es que su amigo del alma les diga algo así en alguna ocasión. Aunque en la más tierna infancia no reviste importancia, los adultos nos esmeramos en explicar a los niños que eso jamás debe decirse. 

Sin embargo, lo que en realidad pensamos es, que jamás debería de sentirse. Los niños ya experimentan el dolor que causa el odio ajeno sobre uno mismo. Pero odiar en la infancia es amar al minuto. En breve todo pasa.


¿Sólo en la infancia odiar es amar al minuto?


Hace poco, una persona que quiero enormemente me dijo que sentía rencor hacia mí y que en estos momentos me odiaba. Sin querer, eso me provoca una doble sonrisa. Primero porque considero que cuando se está tan lleno de rencor hacia alguien como para tomarse la molestia de odiar y removerte por dentro, en realidad no hay otra cosa que amor intenso. Odiar y amar tienen un transfondo que se solapa.


Sé que no es la primera vez que me odian. Últimamente me he dado cuenta de que tengo la capacidad de generar el amor más absoluto o el odio más inmenso en otras personas; sobre todo cuando se trata del sexo opuesto. A "CADA" se la quiere con locura o se la aparta del camino por no soportar no tenerla. Soy la viva expresión de ni conmigo ni sin mí. Y éste es el motivo que me provoca la otra sonrisa. Yo no dejo indiferente a nadie. Ellos se posicionan en un lado de la balanza o en el opuesto, pero hacia mí no hay medias tintas. 

Algunos han preferido dejar de hablarme. Eso siempre lo considero una opción personal. Yo, no sirvo para el abandono completo. La gente deja su huella en mí y no aprendo a limpiarla. Así pues, cuando alguien sale de mi vida, respeto la decisión. Tiendo un par de veces la mano en son de paz y termino soltando.


¿Tú también me odias?





Este es un post en honor a todos los que me quieren tanto como para odiarme. En honor a todos aquellos a los que, por no darles lo que deseaban justamente como pensaban que debía, decidieron ahogarse en ellos mismos; decidieron no permitirse verme pensando que así no sufrirían. Existe el camino de aceptar a cada uno como es. Pero yo, aunque puedo aceptar, no puedo conseguir que otros lo hagan.


Este también es un post en honor a quien me ama a ratos y por instantes no tanto. A quien por estar tan ocupadísimo me metió entre dos huecos inexistentes, encajándome de refilón. Y por mantenerme ahí, escondida, en el rincón de “lo último del día”, se perdió mis sentimientos y obvió mi pasión. A quien no supo o no pudo respetar lo poco que teníamos. A quien no me dio nada que no tuviera de más. Y entre mi agonía de perderle y su tesón por tenerme sólo a ratos, divulgamos sobre el sexo, pero perdimos el amor.

Quizá tú también me odies cuando leas esto, como otros hicieron. Quizá tú tampoco aprendas a seguirme y prefieras apartarte. Quizá nadie llegue a entender nunca cómo funciona la atrevida mente del que arriesga permanentemente todo lo que tiene.


Pero si decides quedarte… Querer es querer. Un sentimiento. No compromete, sólo ata…

CADA.

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