BORRAR EL PASADO

Una de las cosas que más nos apetecería hacer en alguna ocasión de nuestra vida es borrar el pasado. ¿Os habéis planteado alguna vez la posibilidad de hacerlo? Me refiero a eliminar de nuestra mente un recuerdo incómodo o doloroso.

Imaginad, por un momento, cómo sería poder seleccionar un recuerdo no deseado de nuestro cerebro y, simplemente, eliminarlo. Es algo así como lo que se nos ha planteado en algunas películas de ciencia ficción. La posible existencia de la "desprogramación" de sucesos no adecuados para nosotros.

Aunque en principio todos podamos pensar que borraríamos una evocación que nos produjo dolor, creo que acabaríamos por no hacerlo. Porque para desechar el recuerdo doloroso tendríamos que deshacernos de toda la cadena que nos llevó hasta ese hecho. Por ejemplo, si deseásemos olvidar el fallecimiento de un ser querido, deberíamos olvidar toda la memoria que tenemos de ese ser. La eliminación de la parte que queremos obviar supondría perder todo lo bueno que dicha persona nos dio, lo cual sería irreplanteable.


(Imagen de: carlosalvarez.blogia.com)

El caso clásico de eliminación de recuerdos sería las situaciones de nuestra vida en las que nos pusimos en ridículo. Vamos a pensar en aquella vez que hice el ridículo más espantoso de mi vida. ¡Me gustaría que no hubiese ocurrido! Con lo que, por lo general, pensamos en cosas que debería haber hecho para evitar tal situación. Como ya no podemos volver atrás en el tiempo, tratamos de eliminar ese recordatorio amargo y que nos produce desazón.

Pero el problema de borrar este tipo de situaciones es que no nos acordaríamos de lo que sucedió, pero las otras personas implicadas sí. ¿Qué pasaría entonces? Creo que lo más probable es que el resto de la gente asistiese a la "desprogramación" como algo normal, ya que todo el mundo lo haría, y vivirían tu olvido como si nada. Al fin y al cabo yo ya no sufro y eso es de lo que se trata.

De igual modo, podríamos plantearnos olvidar por completo a esa persona que está continuamente en nuestro corazón y que debería haber salido del mismo hace mucho tiempo. Como no conseguimos relegar por los métodos tradicionales, la desprogramación sería una buena solución. Quizá con el paso de los años volveríamos a encontrarnos a esa persona que ya no recordamos. ¿Nos jugaría el destino una mala pasada haciéndonos caer una y otra vez en la misma situación?

Con esta extraña visión de la vida que os he planteado hoy, quería que todos nos parásemos a pensar por unos minutos que los recuerdos amargos son necesarios para dar continuidad a todo el proceso. Aunque en muchas ocasiones nos gustaría borrar de un plumazo aquello que nos causó dolor, es necesario tener esas reminiscencias para poder manejar nuestras habilidades. Puede que la ignorancia sea felicidad, pero sólo a corto plazo. El conocimiento previo nos hace fuertes, nos prepara para nuevas situaciones difíciles y, en definitiva, nos configura a nosotros mismos.

La vida es un conjunto de situaciones salvables, menos salvables, gratificantes, menos gratificantes, deseables, replanteables... o difíciles de olvidar. Y en ese camino lleno de todas esas situaciones haremos el ridículo un montón de veces, conoceremos gente que nos amará y dejará, viviremos momentos que nos harán sentir en la cima y momentos que preferiremos no recordar pero que con suerte, recordaremos. Y su memoria servirá para darle sentido a cada situación.

Existen recuerdos que tardamos años en aceptar. Este es el verdadero aprendizaje. No se trata de mirar hacia otro lado. No se trata de buscar culpas ni excusas. Lo que pasó en ese momento ocurrió por las causas que fueran. Debemos acoger su enseñanza y fortalecernos.

Espero que la vida me enseñe a no olvidar y a poder aceptar...

CADA

2 comentarios:

  1. ¡Fantástico post Cada! ¡Enhorabuena!
    Me ha hecho pensar y darme cuenta de que también hay unos cuantos recuerdos por ahí que tengo que quisiera olvidar y me has ayudado a darme cuenta de por qué no debo olvidarlos...un pasito más en la aceptación de las cosas como son, y no como nos gustaría que fueran!

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  2. Estimado lector (o lectora):

    Muchísimas gracias por tu comentario. Lo primero porque me anima a seguir escribiendo cada lunes y, en segundo lugar, porque me ha tenido un rato pensando. Esa última frase tuya ha sido como "poner el dedo en la llaga". Básicamente porque, por desgracia, soy de esas personas que creen que la vida sí puede ser como nos gustaría. Te puedes imaginar los batacazos que este ideal me supone. Debería aprender de los errores y poner los pies sobre suelo firme. Quizá, debería aprender de mis lectores. O mejor aún: seguir dándole vueltas a tu comentario y centrar en él mi próximo post... ¿cómo lo ves?

    Nuevamente, un millón de gracias. Hoy me has hecho un poco más "mayor"

    CADA

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