LA ABUNDANCIA ES UN ESTADO MENTAL (II)

Para los más asiduos a esta sección del blog, no os habrá pasado desapercibido el tema principal de mis últimos escritos: enraizar con el propio Yo, confiar en uno mismo, volver al corazón y encontrar en él la verdadera creatividad, que nos ayuda a expresar un talento único con una consecuencia clara: la atracción de la abundancia en nuestra vida.

Repasando las últimas entrasas, a pesar de que consideraba que el mensaje estaba claro, echaba de menos algunas estrategias mentales para llevar a cabo esa transformación en nuestra vida. Evidentemente, las estrategias que encontrarás aquí exigirán algún pequeño cambio en tu forma de ver la vida, al hilo con la filosofía de vida que tanto CADA como yo pretendemos compartir con todos vosotros.

La primera estrategia es un lugar común de nuestro blog: nosotros creamos nuestra propia vida. Este es el punto de partida fundamental. Tenemos que empezar a genera aquellas situaciones que deseamos, sin victimismos y sin culpabilizar a otros de las circunstancias que vivimos, pues tenemos control sobre ellas, en la medida en que tenemos poder para controlar las emociones que nos generan.

La segunda estrategia es menos general: para generar abundancia hay que vivir en la abundancia. Todos hemos oído eso de que el dinero genera dinero. A parte de las leyes económicas que evidentemente rigen estos temas, existen otro tipo de leyes. Así que lo primero es ahondar en qué significa la abundancia para mí. Visualiza qué significa un estado de abundancia, siente cómo llega hasta ti, cómo te hace sentir tener todo aquello que anhelas y descubre qué es lo que realmente te hace feliz. En muchas ocasiones, nos pasamos la vida deseando un chalet en la Sierra y cuando nos vemos allí, realmente, descubrimos que no merecía la pena tanto esfuerzo y dedicación.

La tercera estrategia, como consecuencia de la anterior, es marcarnos una serie de sueños, objetivos, en nuestra vida y a la vez, darnos cuenta de todo lo que ya está presente, esto es primordial. Pues todo, absolutamente todo, es un paso encaminado hacia el horizonte de nuestro mayor bien. El agradecimiento es la respuesta emocional adecuada. Al despertarnos cada día, podemos dedicar cinco minutos a agradecerlo que tenemos, sin miedo y sin envidia. Quizá no tengamos todo lo que queremos, pero todos tenemos “algo”. Desde ese algo, mucho o poco, es sobre lo que podemos construir nuestros sueños, no existe otra manera.

Recuerdo ese anuncio de algunos años, donde una persona empezaba a hacer trueques con un céntimo hasta que conseguía canjear una casa. Un céntimo no me permite acceder a una casa, pero cada paso del camino me acerca más hasta su puerta. Esta es la actitud de abundancia y agradecimiento que os propongo. Todo está en nuestra vida por algo, no lo desechemos por pequeño o alejado que parezca estar de nuestro estado ideal. Quizá no tenga el último modelo de Audi en la puerta, pero agradezcamos el pequeño utilitario que nos transporta allá donde nos proponemos, o el transporte público que me acerca a mi destino o incluso, ese amigo que se brinda a acompañarnos para poder disfrutar de las maravillas de un paraje perdido.



Reconozcamos que el dinero es una energía sobrevalorada, pero también reconozcamos que es una energía que merecemos y que hay suficiente de todo para todos. A lo largo de muchas horas de terapia me he encontrado con personas que se quejaban de lo poco que ganaban, de las deudas que tenían, de lo injusto de su situación, mientras sus esquemas mentales estaban anclados en la absurda idea de que no se merecían la misma felicidad que anhelaban con tanto deseo.

Cuando decimos que la abundancia es un estado mental, lo que estamos diciendo es que sólo desde el amor a uno mismo viviremos esa abundancia que tanto echamos de menos. El psicoanálisis hace mucho hincapié en la distinción entre objeto y sujeto. Sin estar de acuerdo con todos los estudios psicoanalíticos, tengo que reconocer que esta distinción es fundamental y en sí misma constituye otra estrategia para atraer la abundancia a nuestra vida.

El amor, la abundancia, la felicidad, la alegría...son capacidades del sujeto. Son estados mentales, son estados del Yo, del sujeto que piensa, del sujeto que siente, del sujeto que anhela, que gana y que pierde. Son decisiones personales (no siempre conscientes, por supuesto). Los objetos no significan nada por sí mismos, a menos que interioricemos su significado. Cualquier cosa que esté fuera de nosotros (a efectos de este argumento, las personas también son objetos, en el sentido en que recibe los deseos de un sujeto) no deja de ser un símbolo, un signo para comunicarnos con nosotros mismos, incluyendo los números de nuestra cuenta corriente, los kilos que indica nuestra báscula o el medio de transporte que utilizamos cada día.

Cuando consideramos que los objetos limitan nuestra capacidad como sujeto es cuando sobrevienen los problemas. ¿Cuántas veces pensamos que la belleza está ahí fuera, porque es lo que marca alguien a quien queremos parecer bello? ¿Cuántas veces pensamos que la riqueza está ahí fuera, porque queremos compartir el ambiente de quien consideramos rico? Por eso el amor a uno mismo es tan importante, porque no hay absolutamente ningún objeto que me pueda dar lo que no tengo. Porque si no me siento rico, si no me siento bello, si no me siento digno de amor y abundancia, ya podré escalar la pirámide que forman mis lingotes de oro, que nada en este mundo podrá saciarme.

Así que con vuestro permiso, voy a cerrar esta entrada agradeciéndoos vuestro precioso tiempo, agradeciendo el café que me puedo tomar mientras escribo estas líneas, agradeciendo las miles de visitas con que nos regaláis vuestro cariño, agradeciendo a CADA el enorme privilegio de compartir comentarios e ideas que cristalizan en este blog y en una amistad tan impagable y agradeciendo, en fin, a la vida por darme tantas y tantas cosas que no dejan de ser una expresión de todo lo que yo mismo llevo dentro de mí. GRACIAS.

Os deseo a tod@s una semana llena de felicidad y abundancia, una vida colmada de regalos

EDU



1 comentario:

  1. Ya sabes cuánto comparto lo bueno q es agradecer, pues yo misma escribí una entrada llamada Gracias. Ahora soy yo, querido amigo, quien está agradecida. Pero sobre todo, por haber descubierto en este post una gran clave: no se puede ser feliz si no crees q mereces toda esa felicidad.

    Cada

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