¿POR QUÉ VIVIMOS TAN MAL?

Ayer pasé la tarde con unos amigos con los que tuve la suerte de poder hacer una reflexión conjunta.

Como cada mañana, salgo a correr temprano antes de venir al trabajo. Desde que empezó septiembre había observado un cambio paisajístico importante. Ya me había olvidado de cómo era Madrid cuando vuelve la actividad frenética.

Los pasados julio y agosto salía un poco antes de las 8:00 y a penas me cruzaba con nadie. Mi lindo barrio, surcado de arbolitos dejaba filtrarse el sol entre las ramas y aún podía respirarse una bocanada de aire fresco que aligeraba mi carrera.

Pero el día 1 de septiembre todo empezó a cambiar. Me levanté antes. Eran las 7:30 y ¡menuda sorpresa! ¡la calle estaba llena de gente! Y, además, es ese tipo de gente que te molesta. Ya sabes: repartidores de bebidas que llevan carros con cajas apiladas y hay que ir sorteándolos, Trabajadores trajeados que caminan a paso ligero y te entorpecen el camino, personas que tiran de maletas con ruedas, camioneros y personal de limpieza a diestro y siniestro...



Puf! Dichosa vuelta al cole! Ya estamos todos aquí... Es como el mal presagio de que por narices vuelves a la rutina, a las carreras constantes, a no tener tiempo ni de mirarte al espejo. Prisa, estrés, correr, nervios, cansancio... AAAAAAAHHHHHGGGGGG. Que alguien pise el freno que yo me bajo en la próxima!!

Y, de esto, precisamente charlaba ayer con mis amigos. ¡Qué mal nos lo montamos! Madrugas, trabajas, llegas tardísimo a casa, ganas poco, te cuesta llegar a fin de mes, duermes 5 horas escasas y con dificultades y vuelves a la rutina otra vez. Mi profesor de Pedagogía Laboral de la facultad solía decirnos: "y al final, te mueres".

Y es la pura realidad. todo, ¿para qué? ¿cuál es el objetivo? Y así fue como llegamos a esta odiosa conclusión. Vivimos muy mal. Y es porque queremos vivir así de mal; y eso es lo triste. Pensamos que las cosas deben ser así y nos auto-engañamos, porque no tienen por qué serlo. Debemos seguir un patrón de movimiento que se resume en trabajar y pagar facturas. Y para auto-complacernos y sentirnos satisfechos cogemos a los niños y vamos a pasar el domingo a un parque infantil y miramos cómo disfrutan y pensamos que hacemos lo correcto. Pero cuando llega la noche y te metes en la cama, en la soledad y silencio de la oscuridad sigues con los ojos como platos porque tienes esa especie de incomodidad que apodamos "nudo en el estómago". ¿Qué pasa? ¿Por qué mi vida no me llena?

Sencillo, esto ni puede llenar a nadie ni puede llamarse vida. Pero que no decaiga el ánimo, porque después de todo no está tan mal. Somos afortunados. Somos luchadores. Somos esos buscadores de sueños que algún día se harán realidad.

Y, mientras sigamos buscando estaremos forjando un objetivo...

CADA.

1 comentario:

  1. Cada,

    Menos mal que ya es viernes!! El año empieza con el curso escolar. Cuando no vemos los objetivos no quiere decir que no los tengamos, sólo se nos resisten. Ya veremos cómo acaba el curso esta vez.

    Besos!

    ResponderEliminar